*Adaptado del pódcast Sed Espiritual de Monica y Michael Berg. Escúchalo y subscríbete aquí here.
Si le preguntas a la mayoría de la gente, es probable que concuerden en que la “bondad” es una hermosa cualidad. No obstante, solemos subestimar la importancia de la bondad cuando se trata de tener una vida espiritualmente satisfactoria. La bondad es mucho más que una agradable cualidad que alguien puede tener, es el aspecto más importante de nuestra vida espiritual.
Las acciones de bondad cumplen dos propósitos, de hecho. El obvio es el beneficio que aporta al receptor, pero, en realidad, el que ofrece bondad es quien siempre recibe más. Esto se debe a que podemos convertirnos en la versión más plena de nosotros mismos al ofrecer bondad.
He aquí tres razones por las que ser bondadoso te hará una persona más feliz:
1. Cuanto más compartimos, más recibiremos. Una de las grandes paradojas espirituales del universo es que cuanto más hagamos por los demás, más hacemos por nosotros en realidad. Algunos podrían llamar a esto karma o causa y efecto. Al igual que un búmeran, la energía que emitimos al mundo siempre regresará a nosotros. Tal y como Karen Berg dijo una vez: “Cuando te ocupas en cuidar de los demás, el universo se ocupa en cuidar de ti”.
2. Cuando eres bondadoso, estás siendo fiel a quien eres realmente. La sabiduría de la Kabbalah enseña que nuestro trabajo de vida es alinear nuestras ideas y acciones con las del Creador. El Creador solo tiene una característica: bondad. Esta fuerza es una fuente infinita de compartir, bondad y benevolencia. ¿Y sabes algo? Todos tenemos una chispa del Creador en nuestro interior. De hecho, nuestra alma está hecha de la misma esencia del Creador. Es por ello que, cuando somos amables, nos sentimos bien a nivel del alma. Nos satisface. Nos inspira. Nos recuerda la benevolencia inherente que existe en nosotros.
A fin de que seamos felices o plenos en cualquier aspecto en nuestra vida, tenemos que estar en afinidad con la fuerza que creó todo lo que existe y con nosotros mismos. En nuestra esencia, somos un alma gentil que solo estará satisfecha cuando alcancemos un estado en el que aportemos bondad a los demás.
3. La bondad nos ayuda a crecer. Todos tenemos un viaje espiritual por el que debemos pasar en la vida. No vinimos a este mundo a permanecer en nuestro estado actual. Estamos destinados a seguir desarrollándonos. La bondad está en el centro de nuestro trabajo espiritual. Al igual que cualquier habilidad, la bondad requiere práctica.
A fin de tener una vida satisfactoria, debemos esforzarnos por ser cada vez más bondadosos y preguntarnos: “¿Qué más puedo hacer?”. Debemos ser bondadosos aun cuando no queramos. Ser gentiles con personas que no lo merecen. Esa es la única manera en la que podemos crecer espiritualmente.
Solo hay una manera en la que podemos convertirnos en una persona más bondadosa mañana y es al practicar la bondad hoy. La mayoría de nosotros nos consideramos buenas personas, pero no siempre practicamos la bondad. Siempre hay excusas para no compartir, para postergar o para solo hacer dar hasta cierto punto. Ser personas más bondadosas implica dedicación, trabajo duro y práctica, pero es un trabajo que nos beneficia a nosotros mismos más que a nadie más. Es la clave para obtener plenitud duradera.
Tal y como decía Rav Berg, el fundador del Centro de Kabbalah: “Es muy fácil ser religiosos. Es muy fácil ser espirituales. Ser bondadoso toma toda una vida”.
