Cuando pasamos por un período difícil en nuestra vida, este puede llevarnos a hacernos una serie de preguntas. ¿Por qué me está pasando esto a mí? ¿Cuánto durará? ¿Qué puedo hacer para acabar con el dolor? Podría ser una ruptura dolorosa, un trabajo que destruye tu alma o la pérdida de un amigo. En cierta medida sabemos que debemos pasar por un proceso para avanzar. Tenemos que superar nuestras emociones y encontrar un camino para avanzar.
"¿Qué puedo hacer para acabar con el dolor?"
Afortunadamente, los kabbalistas ofrecen las respuestas a todas estas preguntas que nos hacemos en momento difíciles, así como las soluciones para superarlas rápidamente.
1. Busca la lección.
Los kabbalistas enseñan que nuestra vida, incluyendo todas las bendiciones y desafíos que vivimos, fueron perfectamente diseñados para ayudarnos a transformarnos y alcanzar un nivel espiritual más alto. Pasamos por estas dificultades para aprender determinadas lecciones que aún no hemos aprendido.
¿Has notado que las personas suelen caer una y otra vez en ciertas trampas? La gente pasa de un mal trabajo a otro o de una mala relación a otra. Estos patrones continúan apareciendo hasta que aprendemos la lección que debemos aprender. Alguien que tiene problemas en el trabajo constantemente quizá necesite aprender que no está tomando suficientemente en serio su trabajo. Del mismo modo, alguien que tiene problemas en su relación tal vez necesite darse cuenta de que se conforma con la primera persona que le presta atención porque tiene problemas de autoestima.
El dolor terminará cuando aprendamos la lección y rompamos el patrón. Mientras más rápido encontremos cuál es el mensaje para nosotros, más rápido terminaremos el proceso y llegaremos a nuestro próximo nivel de plenitud.
2. Pídele al Creador que te ayude en tu transformación.
Cuando se trata de aprender las lecciones que estamos destinados aprender, es más fácil decirlo que hacerlo. Hace falta que seamos sinceros con nosotros mismos y nos dediquemos a transformarnos. ¡Pero no tenemos que hacerlo solos! Podemos pedirle al Creador que nos ayude.
A menudo es tentador pedirle al Creador que elimine nuestros obstáculos y nos quite nuestro dolor. El problema con esto es que eliminar el desafío no nos enseña la lección que necesitamos aprender. En su lugar, podemos pedirle al Creador que nos muestre la lección y nos ayude a transformarnos. Cuando le pedimos al Creador que nos ayude a cambiar para mejor —ser más pacientes, generosos, comprensivos— creamos una abertura para que el Creador nos muestre el camino a seguir.
3. Asume tus errores.
Mientras continuamos trabajando en nosotros mismos y nos concentramos en la transformación, solemos comenzar a reconocer nuestra propia negatividad de una forma diferente. Comenzamos a darnos cuenta de que somos más egoístas de lo que creíamos originalmente o que realmente necesitamos trabajar en nuestra paciencia, por ejemplo. En lugar de sentirnos mal con nosotros mismos, ¡ver nuestra negatividad en realidad es algo que debe emocionarnos! ¿Cómo reconocemos cuáles son los aspectos en los que debemos trabajar si no sabemos cuáles son nuestros problemas? Ver nuestra negatividad es una bendición. De hecho, la negatividad en sí es un regalo del Creador. No es algo que deba hacernos sentir avergonzados o culpables. Al hacer nuestro trabajo espiritual y luchar por transformarnos, permitimos que entre más positividad y bendiciones a nuestra vida.
Nadie es perfecto. A todos nos gustaría aprender inmediatamente las lecciones importantes que necesitamos aprender sin tener que pasar por un proceso doloroso. No obstante, hay momentos en los que simplemente no entendemos y por eso el universo nos sacude un poco para ayudarnos. Mientras más podamos reconocer estos momentos como nuestra oportunidad de oro para pedir ayuda y responsabilizarnos, más rápido podremos transformarnos y dejar atrás el proceso doloroso.