Es fácil ser positivo y optimista cuando las cosas van bien en la vida y nos sentimos bien. Parece que todas las piezas encajan en su lugar y nada está fuera de tu alcance. Pero ¿cómo mantenemos las esperanzas cuando las cosas no marchan tan bien? ¿Cómo conseguimos el famoso “lado positivo” en los momentos más oscuros?
No hay una solución fácil ni rápida para sentimientos como aflicción, depresión, estrés o tristeza. Si la hubiese, alguien la habría descubierto hace mucho tiempo y se habría vuelto millonario al venderla a las personas. Más bien, siempre tenemos la opción de replantear nuestros pensamientos y acciones para llevarnos a tener una mente más positiva. La felicidad no es algo que nos ocurre, es algo que debemos elegir.
A continuación, algunas cosas para recordar cuando pases por momentos difíciles:
1. Está bien no estar bien.
No somos seres infalibles y perfectos. Es saludable llorar, sentir dolor, tener miedo. Cometemos errores. A veces caemos y luego nos levantamos. La presión de mantener la compostura puede ser más fuerte que la dificultad que estamos enfrentando. Pero no necesitamos tener todas las respuestas todo el tiempo. Tómate el tiempo de procesar tus sentimientos.
2. No estás solo.
En momentos difíciles es fácil sentirse aislado del mundo. Pero todos pasamos por momentos complicados. Es un rito de transición universal. Encuentra a alguien con quien hablar, ya sea un amigo, un desconocido o un profesional. Aunque no haya pasado por la misma experiencia que tú, probablemente se identifique con ella. No necesitas soportar el peso tú solo. A veces es suficiente con tan solo saber que hay alguien a tu lado.
3. Estás creciendo.
Cada experiencia, positiva o negativa, revela algo sobre nosotros o nos enseña algo. Aprendemos tanto o más de nuestras luchas que de nuestros éxitos. Hay una lección hasta en las situaciones más difíciles. Concéntrate en la lección. ¿Qué puedes aprender de la situación? ¿Cómo puedes usar lo que está ocurriéndote para ayudar a alguien en el futuro?
4. Concéntrate en lo que puedes controlar.
Por más que queramos, no podemos controlarlo todo en la vida. Hay muchos factores fuera de nuestro alcance. No podemos controlar a los demás y no siempre podemos controlar los sucesos que ocurren a nuestro alrededor, pero podemos controlar las maneras en las que actuamos y reaccionamos. Si un amigo se te acerca y te pregunta cómo superar un problema similar, ¿qué le dirías que hiciera? Lo más probable es que no le dirías que la situación es irremediable. Siempre hay algo que podemos hacer para ir en la dirección correcta.
5. Eres fuerte.
Reflexiona sobre tu vida. Recuerda los muchos problemas que ya has superado. Pudieron haber parecido imposibles en aquel momento, pero los superaste. Puedes y lo harás de nuevo.
La decisión más importante que puedes tomar mientras pasas por momentos difíciles es no rendirte. Cada persona es una obra en proceso, y las dificultades son una parte importante del proceso. Los desafíos solo son oportunidades para volvernos una mejor versión de nosotros mismos.
Ser optimista no significa que no veas los obstáculos que se interponen en tu camino. Significa que estás consciente de ellos y eliges enfrentarlos con fe y certeza en que los superarás.