Este artículo fue publicado originalmente en 2016.
Bienvenidos al mes de Acuario. En hebreo llamamos “dli” a este signo, eso significa “vasija” o “recipiente”. El símbolo de Acuario es el portador de agua, y el mes de Acuario en sí es como un recolector: toma todo lo que existe o existió, el pasado y el presente, y lo unifica.
¿Qué quiero decir con eso?
Bien, sabemos que la Torá está compuesta por los cinco libros de Moshé. El quinto libro fue terminado en el mes de Acuario; Moshé terminó su trabajo en este mes antes de dejar el mundo el día 7 de Piscis.
Kabbalísticamente, entendemos que estos cinco libros de Moshé no sólo son libros en el sentido físico, sino más bien son una fuente de gran cantidad de energía espiritual y Luz. Gracias a lo que ocurrió en este período de tiempo, nosotros también podemos acceder a esta energía de finalización y totalidad durante este mes; una energía que podemos usar en proyectos, relaciones o cualquier otra cosa con la que estemos tratando.
Los acuarianos son excelentes personas caritativas. Les encantan las organizaciones y son defensores de la justicia para todos. Cuando se convierten en servidores, cuando llenan el dli (recipiente) de agua con la que se supone que deben llenarlo, entonces sirven al verdadero propósito de ser un acuariano en esta vida. Ocurre de esa manera porque el agua representa Jésed (misericordia) e, idealmente, los acuarianos son los servidores de la humanidad. Son los hacedores e impulsores, las personas que hacen que las cosas ocurran en el panorama completo.
Sin embargo, aunque los acuarianos sean excelentes al momento de trabajar por una gran causa, a veces pueden tener dificultades en sus asuntos personales, particularmente en la intimidad y las emociones. Debido a todas las cosas que hacen, y porque se ocupan tanto con el mundo, ya sea a propósito o no, pueden terminar muy solos. Pueden llegar a estar tan consumidos por los temas que los rodean y todo lo que es importante para el panorama completo que, al final del día, hacen retrospección y dicen: “¿Cómo? ¿Qué hice? Es decir, he hecho muchas cosas, pero ¿por qué no lo siento?”.
Una de las dificultades más grandes que tienen los acuarianos es encontrar su base emocional: abrir su corazón y ser capaces de entenderse ellos mismos y a los demás en un nivel profundo o personal. Esto suena sencillo, pero conozco muchas personas que comparten mucho durante todo el día, se mantienen ocupados y hacen cosas por los demás pero, al mismo tiempo, su corazón no está nada abierto. Puede que se abran por una causa o que sean capaces de hacer algo por el bien común, pero se les hace muy difícil hacer algo por ellos mismos o permitir que los demás hagan algo por ellos porque su corazón no está abierto a ese tipo de intercambio.
Debido a que a todos nos afecta la energía de este mes, nuestra meta es simplemente hacer nuestro trabajo espiritual con el corazón abierto: compartir con el corazón abierto, cuidar a los demás con el corazón abierto, trabajar con amor, sentir la energía de la persona que está a nuestro lado y concentrarnos en el marco personal mientras logramos nuestras metas en el panorama completo.
Te darás cuenta de que este es un mes de renacimiento, no sólo para los acuarianos, sino para el mundo entero. Si ves a tu alrededor, te darás cuenta de que hemos comenzado un cambio de paradigma. Más y más gente está despertando a la energía espiritual existente. Los cambios vienen en camino. Mientras más caos veamos a nuestro alrededor y más polvo sea sacudido de la alfombra cósmica, por decirlo de alguna manera, más cerca estamos del fin de esta oscuridad. Y lo único que puede acelerar este proceso es nuestra propia habilidad, como individuos y colectivo, de ser servidores de la Luz, al mismo tiempo que vivimos con conciencia y el corazón abierto.
Este es nuestro desafío de este mes, superar dicho desafío nos hará avanzar juntos para sanar al mundo y hacer de él un lugar mejor para todos.