Cuando Michael Aronin, un cómico muy querido que nació con parálisis cerebral, sube al escenario, todo el mundo puede ver y oír su discapacidad física. También ven que eso no lo ha detenido. Está ahí arriba, a la vista de todos, haciendo lo que más le gusta: hacer reír a los demás. A menudo comienza su espectáculo abordando de inmediato su discapacidad con algo así: “Sé lo que están pensando. Ven mi forma de caminar y oyen mi forma de hablar, y sé que se preguntan cómo es ser… judío”. ¡Y voilà! Su público queda cautivado. A través de su vulnerabilidad, su humor humilde y su sinceridad, Aronin ha creado una intimidad instantánea. Y esto es solo una muestra del inmenso poder que puede ejercer el humor.
Desde una perspectiva kabbalística, la risa y el humor son canales naturales de energía espiritual. Dado que están entrelazados con la alegría y la felicidad, nos conectan directamente con el Creador. Los kabbalistas han enseñado desde hace tiempo que las bendiciones no pueden habitar en un lugar de oscuridad, ¡y nada “ilumina una habitación” tan rápida o fácilmente como la risa! Además, el humor nos libera momentáneamente de nuestras preocupaciones. Cuando nos reímos con ganas, no podemos evitar más que estar en el AHORA.
He hablado de una historia de mi propia vida que ilustra esta idea. Hace años, cuando teníamos tres hijos muy pequeños, nuestra familia se dirigía a una fiesta de cumpleaños. Todos estábamos vestidos y emocionados por una tarde divertida. Pero ¿sabes lo que dicen sobre los “planes mejor trazados”? Pues… estos amigos vivían en una zona desconocida de Los Ángeles (donde vivíamos entonces), y esto era antes del GPS. Basta con decir que nos perdimos. Y quiero decir PERDIDOS. Y unas horas más tarde, que parecieron días, seguíamos dando vueltas por calles desconocidas y sin señalizaciones con un auto lleno de niños inquietos y hambrientos, dos de los cuales, obviamente, habían ensuciado los pañales (te ahorraré los detalles).
La energía empeoró hasta que, muy exasperada, paré el auto y apagué el motor. Mi esposo y yo nos sentíamos cerca del abismo, pero cuando nuestras miradas se cruzaron, algo cambió. Es como si compartiéramos el mismo pensamiento: ¡es solo una fiesta de cumpleaños! Nos sonreímos y, al instante, todo cambió. En lugar de intentar controlar el momento, nos entregamos a él. Entonces supimos que no íbamos a llegar a esa fiesta. ¿Y qué hicimos? Empezamos a reírnos incontroladamente. Y como si necesitara más pruebas (que no las necesitaba) de que Michael era mi alma gemela, ahí estaba... porque ¿quién más podría reírse de estar totalmente perdido en un coche caluroso con bebés malhumorados y pañales con caca? Así que, como suele ocurrir, el humor salvó el día.
Incluso en tiempos difíciles, siempre hay una grieta, una apertura para dejar entrar la Luz. Solo hay que estar abierto a ver esas grietas. Como dice el aclamado humorista motivacional Scott Friedman: “El humor puede ayudar a traer luz a la oscuridad, porque las peores cosas de la vida a menudo contienen las semillas de las mejores”. La vida está llena de dicotomías. Así como no hay un exterior sin un interior, ni un arriba sin un abajo, cada estado de nuestra vida contiene la esencia de su opuesto. La pérdida puede revelar o iluminar la profundidad del amor que sentimos por otro; la calamidad puede inspirar gran bondad en desconocidos. A primera vista, el dolor y la risa parecen estar enfrentados, pero aun en nuestros momentos más desesperados o sin esperanza, todavía hay espacio para el humor. Al dirigirse a un grupo que estaba de luto por una tragedia compartida, Friedman les dijo: “Nuestro trabajo no es dejar nuestro duelo, sino dejar de estar únicamente de duelo. Está bien tomarse un respiro y celebrar lo bueno”. Sus palabras y el humor posterior hicieron que muchos participantes lloraran de gratitud por la oportunidad de volver a sonreír.
Esto no quiere decir que los tiempos oscuros sean siempre vías para la risa instantánea. Hay un momento para permitirnos sentir el duelo. Se trata simplemente de subrayar la idea de que “levantar el ánimo” mediante el humor ocurre en el sentido más literal... ¡que la risa es tanto espiritual como transformadora!
Se ha demostrado que el humor también tiene beneficios físicos. Numerosos estudios han demostrado que la risa reduce las hormonas del estrés, como el cortisol y la epinefrina, a la vez que aumenta las endorfinas que mejoran la salud y los anticuerpos que combaten las infecciones. Sin embargo, estos descubrimientos no son del todo nuevos. Más allá del uso tradicional de payasos y programas de comedia en hospitales infantiles y residencias de ancianos, el humor ha demostrado ser una excelente herramienta de salud a lo largo de la historia. La risa fue un bálsamo para los reyes agobiados (¿recuerdan al bufón y al grupo de comediantes?). Era un tratamiento médico prescrito en la antigua Grecia y en las culturas tribales de los nativos americanos. Y hoy en día, la “risoterapia” es un campo en expansión.
¿Cómo podemos inyectar más humor en nuestro día a día?
George Bernard Shaw escribió una vez: “No se deja de reír cuando se envejece, se envejece cuando se deja de reír”.
La risa nos conecta, nos eleva y alivia hasta las situaciones más difíciles (¡como el fiasco de la fiesta perdida de nuestra familia!). Cuando reímos juntos, nuestras diferencias se transmutan en una única felicidad compartida, más allá de la estación, la nación, la ideología o las cargas mundanas. Estamos en la Luz. Estamos en el AHORA.