Yitró aconsejó a Moshé, el líder y juez del pueblo de Israel. Yitró notó que todo aquel que tenía una pregunta se acercaba a Moshé, por eso le sugirió a él que designara cortes superiores e inferiores, tal y como tenemos hoy en día. La Biblia dice que Moshé escuchó a Yitró e hizo todo lo que le sugirió. ¿Por qué esta sección sobre el suegro de Moshé (Yitró) precede la entrega de los Diez Enunciados? ¿Cómo se relacionan?
El Zóhar, que contiene una gran cantidad de capas de entendimiento, da un largo discurso sobre lo que se presenta aquí, y nos ha dicho muchas veces que si leemos la historia de la Biblia y asumimos que el mensaje está en lo que se presenta en un nivel literal entonces no hemos entendido. El Zóhar continúa diciendo que cuando Yitró tuvo esta conversación con Moshé, no se trataba de su cansancio ni de su trabajo continuo, sino de lo que se revelaba a través de las dos palabras de Yitró: veatá tejezé (“y verás”), refiriéndose a “tú eliges a quienes temen a Dios”. Pero, ¿cómo lo hacemos? ¿Cómo reconocemos a estas personas? Cuando vemos a una persona bella, pensamos que seguramente es inteligente, y si es fea, seguro es tonta. Si la persona es pobre, es tonta, y si es rica, es inteligente. La Biblia no dice que elijas a gente honesta por ti mismo. ¿Cómo podemos detectar quién podría recibir un soborno o quién les haría favores a sus compinches? El Zóhar tiene 60 páginas que hablan sobre estas dos palabras.
Obviamente Yitró era un alma elevada, pues pudo darle consejos a Moshé. ¿Por qué fue así? Él no era un israelita, fue consejero del faraón y no decía cosas buenas sobre los israelitas. Para hablar de esta sección, el Zóhar toma una frase de Éxodo 18:21 “y verás”, esta frase reúne todo el estudio sobre cómo podemos reconocer a las personas a través de sus características faciales: el color de sus ojos, la manera en la que crece su cabello, la forma de sus orejas, su boca, su frente y otros rasgos. En general, las líneas de las palmas de las manos, la forma de las orejas, el cabello, los ojos, la nariz y los labios hablan y cuentan nuestra propia historia.
Si pudiésemos leer a los demás, ¿cuántos robos habría? ¿Cómo esconderíamos nuestros sentimientos profundos? No tendríamos que trabajar 20 años con alguien para luego descubrir que es un ladrón, tampoco tendríamos que casarnos con una mujer para después de décadas darnos cuenta de que no era la persona correcta. Todos nos equivocamos al juzgar el carácter o la incompatibilidad con alguien en un momento u otro, pero el Zóhar nos ha dado información traída de Yitró sobre cómo lidiar, a través de la observación y el entendimiento, con las complicaciones que aparecen en nuestra vida. Cuando vamos más allá de la superficie, lo que recibimos de esta porción del Zóhar es el conocimiento y metodología con la que podemos reconocer a las personas. La energía está detrás de toda educación y conocimiento. No es cuestión de sólo conocer o mirar ciertos rasgos, estas características nos hablan.
El Zóhar dice que cada experiencia se expresa en la parte exterior de una persona y también muestra sus características internas. Esta discusión trata sobre el hecho de que de verdad podemos ver, nos damos cuenta inmediatamente. No necesitamos pasar por problemas por los que la mayoría tiene que pasar. Hay un sistema y este sistema está en el Zóhar.
Todo esto es una antesala a los versículos que hablan sobre los Diez Enunciados en el Monte Sinaí. Todo se trata de la inmortalidad, sobre eliminar esa causa que crea caos en el cuerpo de alguien, en el ambiente y dónde sea. El Zóhar explica que los consejos de Yitró a Moshé sobre el sistema judicial son tan importantes como para mencionarlos antes de los Diez Enunciados en el Monte Sinaí. Sin embargo, ¿qué tiene que ver Yitró con algo tan importante para el hombre, más importante que el éxodo de Egipto, como lo son los Diez Enunciados?
Podemos obtener este conocimiento de manera inconsciente. Aunque no sepamos por qué, nos sentiremos más cómodos con una persona que con otra. Esta conversación entre Moshé y su suegro no es algo que Moshé necesitaba, es algo más profundo que eso. La Biblia y el Zóhar nos dan la habilidad de leer a los demás, de realmente ver a las personas a nuestro alrededor y eliminar todas esas capas que nos impiden ver.
Todos estamos intentando mejorar nuestra vida. ¿Eso significa que todos avanzan y hacen lo que sea para mejorar? Ese no es nuestro trabajo. La función del Centro de Kabbalah en estos 80 años ha sido dar información sobre cómo mejorar tu vida, luego tú haces lo que quieras con esta información.
