Nuestras vidas están llenas de trabajo. Carreras, relaciones, amistades, eventos sociales, tareas domésticas… todo implica tiempo y esfuerzo, y a veces se puede sentir como si el trabajo nunca terminara. Añadir la espiritualidad a la mezcla puede parecer otra cosa más en la lista de tareas pendientes, por lo que a menudo se le resta prioridad. Sin embargo, el trabajo que dedicamos a nuestro camino espiritual es un trabajo que beneficia todas las demás áreas de nuestra vida. Hacer de la espiritualidad una prioridad es la clave para alcanzar la vida que estamos destinados a tener: una vida con alegría, paz y felicidad infinitas.
He aquí tres elementos para incorporar en tu trabajo espiritual:
1. Mantén la constancia en tu trabajo espiritual, aun cuando no sea conveniente.
Desarrollar una conexión cada vez más profunda con el Creador es lo que en definitiva nos aporta plenitud duradera, pero el camino no siempre es fácil. A veces podemos caer en la trampa de ver nuestro camino espiritual como algo que es bueno tener pero no necesariamente importante para nuestra supervivencia, por lo que lo ponemos en un segundo plano para cuando tengamos más tiempo. La verdad es que, si queremos una vida próspera en todas las áreas, se requiere un constante trabajo espiritual interno.
Pregúntate: “¿Mi trabajo espiritual es constante o solo lo hago cuando me apetece?”. Dedica tiempo a tu espiritualidad todos los días, no sólo cuando te sientas inspirado.
2. Sal de tu comodidad.
Salir de nuestra comodidad es una parte clave de nuestro trabajo espiritual que nos empuja a crecer de maneras poderosas. Es fácil adoptar una rutina cómoda con nuestra espiritualidad. Incluso la forma en que compartimos con los demás puede volverse cómoda a veces. Por ejemplo, que un multimillonario dé un gran cheque a una organización benéfica es un acto espiritual, pero no necesariamente transformador para él. Puede que le resulte mucho más difícil (y, por tanto, más poderoso) ir a preparar comidas para las personas sin hogar o limpiar baños.
Compartir y practicar la espiritualidad desde la comodidad es genial, pero solo te lleva hasta cierto punto. Asegúrate de que también te estés esforzando por salir de tu comodidad de formas que influyan positivamente a los demás.
3. Esfuérzate por ser como el Creador, una fuerza amorosa y generosa.
La sabiduría de la Kabbalah enseña que la máxima plenitud llega cuando estamos en perfecta conexión con la Luz del Creador. Somos como una pieza de rompecabezas que necesita encajar de nuevo en el Creador. Nuestro trabajo espiritual es pulir los bordes ásperos que no encajan. Esto lo logramos estudiando y trabajando para llegar a ser como el Creador, una fuerza de bondad que ama y comparte.
Enfoca tu trabajo espiritual en emular al Creador. Pregúntate: “¿Cómo puedo parecerme más al Creador el día de hoy?”.
Tener la vida que estás destinado a vivir requiere una intensidad de trabajo espiritual. Observa si tu camino espiritual es constante, desafiante y te impulsa a parecerte más al Creador. Cuanto más priorices tu trabajo espiritual, más beneficios verás en todas las demás áreas de tu vida.