De niños nos suelen decir que seamos chicos “buenos”. No llores, no pelees, no te portes mal. Ese tipo de lenguaje puede funcionar cuando somos niños para que nos comportemos bien o enseñarnos qué se espera de nosotros, pero de adultos comenzamos a entender que no todo está definido tan claramente.
¿Qué es el “buen” o “mal” comportamiento? La sabiduría de la Kabbalah enseña que las acciones positivas son las que ayudan a la gente, y las acciones negativas son las que lastiman a los demás o a ti mismo. Pero incluso esta definición deja mucho espacio a la interpretación. A veces pensamos que estamos favoreciendo a alguien cuando en realidad estamos perjudicándolo. ¿Cómo sabemos que estamos actuando de acuerdo con la naturaleza de nuestra alma?
He aquí cinco preguntas para hacerte cada día a fin de garantizar que actúes con la intención correcta:
1. ¿Acepto que mi alma es perfecta, sin importar los errores que haya cometido? Antes de que siquiera podamos comenzar a evaluar nuestro comportamiento, primero tenemos que entender que somos perfectos en nuestra esencia porque nuestras almas son hechas por el Creador y provienen de Él. Toda nuestra bondad, empatía, alegría y positividad provienen de nuestra alma. ¡Esa es nuestra verdadera naturaleza y ningún error o acción negativa puede cambiarla!
Sin embargo, cada uno de nosotros también posee una inclinación negativa. Esa es la vocecita en nuestro interior que intenta hacer que dudemos, tengamos miedo, actuemos de forma negativa. Esta voz en realidad no es parte de nuestro ser, es una fuerza que nos tienta para traicionar a la persona que somos verdaderamente.
Ten presente que cualquier cosa negativa que hayas hecho alguna vez no es reflejo de quién eres en tu esencia, sino que más bien estás siendo presa de esta inclinación negativa. En lugar que de ver cualquier acción negativa que hayas realizado como un fracaso personal, recuerda que eres puro, perfecto y elevado. Solo cuando actúas desde el amor propio puedes comenzar a analizar los pensamientos, las acciones y las palabras en las que necesitas trabajar.
2. ¿Cuán a menudo escucho la voz negativa que está en mi cabeza? Al entender que cada uno tiene una inclinación negativa tratando de engañarnos constantemente, podemos comenzar a hacer seguimiento de las veces que fomentamos esta voz. Esta fuerza negativa nos impulsa a que gritemos, seamos celosos, tengamos miedo, tengamos pensamientos oscuros, actuemos egoístamente. Pero también existe para darnos la oportunidad de apartarla. Ese es un componente clave de nuestro crecimiento espiritual.
A medida que transcurre cada día, habrá oportunidades para elegir: entregarte a esa voz negativa o superarla.
3. ¿En quién NO quiero convertirme? Dedicamos mucho tiempo a pensar en el futuro, en quién deseamos convertirnos y cómo queremos que sea nuestra vida. Contemplamos dónde debemos invertir nuestro tiempo, energía y dinero, y creamos estrategias para obtener éxito. Pero si en lugar de planificar quién deseas ser en el futuro te preguntaras: “¿En quién NO quiero convertirme?”.
Todos vivimos con expectativas que los demás nos han impuesto, y esto puede hacer que desarrollemos hábitos que van en contra de nuestra naturaleza. Nunca seremos felices de verdad a menos que vivamos auténticamente tal y como somos. Al reconocer a la persona en quien no deseas convertirte, puedes comenzar a reconocer cuándo adoptas esas características o hábitos a lo largo del día y, con el tiempo, transformarlos.
4. ¿Qué hice y pensé el día de hoy que estuvo fuera de los parámetros del propósito de mi alma? Una de las muy prácticas herramientas que mencionan los kabbalistas es la revisión diaria de nuestro comportamiento. Si cada mañana te despiertas y recuerdas quién no deseas ser, entonces cada noche es una oportunidad para reflexionar cuán bien lo llevaste a cabo.
¿Cuáles son los pensamientos y conversaciones que tuviste hoy que de verdad no están alineados con tu alma? ¿Dónde permitiste que los pensamientos negativos se colaran? ¿Cuáles son las acciones dañinas que realizaste? Si eres muy sincero contigo mismo, siempre encontrarás algo cada día.
5. ¿Me estoy esforzando lo suficiente por ser una persona mejor o simplemente me conformo con ser “suficientemente bueno”? Si le preguntaras a la mayoría de la gente, te dirán que básicamente son buenas personas haciendo su mejor esfuerzo. El problema con esta mentalidad es el desconocimiento de la inclinación negativa, la cual nos enceguece ante las áreas en las cuales necesitamos trabajar. Al conformarnos en un lugar que es tan solo es “suficientemente bueno”, no estamos reconociendo las bendiciones infinitas que hay a nuestra disposición. ¡Son mucho mayores y más abundantes de lo que se nos puede ocurrir!
Cada característica negativa que hay en ti en realidad es una llave para abrir bendiciones. Si quieres más alegría, inspiración, bendiciones, entonces busca algo en tu interior en lo que debas trabajar y comienza el proceso de transformarlo. Encontrarás que esto se convertirá en el umbral hacia regalos más grandes. Del mismo modo, si simplemente transitas la vida estando “bien” y sin transformarte, entonces hay demasiada Luz y bendiciones que no has revelado.
Incluso si las cosas son fantásticas o buenas, recuerda que hay mucho más en ti y tus bendiciones que todavía está por revelarse.
La idea de ser una “buena” persona es una noción con muchas facetas y matices. Recuerda que, en tu esencia, eres inherentemente bueno. La pregunta no es cómo ser una buena persona sino cómo convertirte en una todavía mejor. Se requiere dedicación para la transformación y mucha autorreflexión. Resístete a los pensamientos e inclinaciones negativos a lo largo del día, y revisa tu comportamiento como un modo de aprender y crecer. Y, más que nada, ¡nunca te conformes simplemente con “suficientemente bueno”!