Platón, Sócrates, Pitágoras: muchos de los filósofos y pensadores antiguos a lo largo de la historia creían en el concepto de la reencarnación. La reencarnación se refiere a la creencia de que un aspecto de cada ser vivo continúa existiendo después de la muerte. Puede ser el alma, la mente, la conciencia o algo trascendente que renace en un ciclo interconectado de existencia. La reencarnación, desde una perspectiva kabbalística, es el concepto espiritual de que nuestras almas son fuerzas eternas de energía que circulan a través de encarnaciones físicas.
Muchos son escépticos sobre el concepto de la reencarnación o la vida después de la muerte. Si bien a todos nos gustaría pensar que solo creemos en cosas que son lógicas y han sido probadas, la realidad es que hay mucho del universo físico que es desconocido. Una vez que entendemos la reencarnación, los sucesos aparentemente fortuitos de repente adquieren un nuevo significado. La influencia que las vidas pasadas pueden tener en nuestra vida actual podría darnos una visión profunda y cambiar nuestra perspectiva de la vida.
He aquí tres poderosas lecciones sobre la reencarnación:
La comprensión fundamental de la reencarnación es que estamos aquí para mejorarnos a nosotros mismos, no simplemente para disfrutar de nuestra vida. Lo que cada uno de nosotros viene a corregir a este mundo se basa en todo lo que nuestras almas han experimentado hasta ahora. Tu trabajo es diferente al de cualquier otra persona. Esto explica por qué las vidas de dos personas no son iguales.
En la sabiduría de la Kabbalah, hay un concepto llamado tikún, un área específica de nuestro ser que cada uno necesita corregir en el transcurso de muchas vidas. Si bien puede haber muchas áreas en las que podemos mejorar, usualmente hay un área específica que a menudo se repetirá muchas veces en nuestras vidas. Es ahí donde comenzamos la aplicación práctica de la sabiduría de la reencarnación. Solo al profundizar en nosotros mismos podremos descubrir el área única que vinimos a corregir. Si somos sinceros con nosotros mismos, nos daremos cuenta de que nuestros miedos, dones y desafíos son una hoja de ruta que nos lleva a la parte de nuestro ser que estamos destinados a transformar.
Hay quienes tienen la capacidad de remontarse a vidas pasadas y recordar aspectos de encarnaciones anteriores, pero la mayoría de nosotros no podemos. Si recordásemos todas nuestras vidas pasadas, fácilmente podríamos evitar caer en las mismas trampas sin un crecimiento o transformación real. La idea de la reencarnación es que todos somos llevados a enfrentar desafíos y luchas similares, una y otra vez, para darnos la oportunidad de tomar mejores decisiones. El estado óptimo de corrección es cuando estás en la misma situación con la misma persona, pero eliges actuar de manera diferente. Así es como el alma se eleva.
La belleza de esto es que este mundo físico está perfectamente configurado para ayudarnos a crecer de maneras que ni siquiera percibimos. No necesitas conocer la historia y la narrativa de tus vidas anteriores para poder crear el cambio que necesitas. Cuando encuentres un problema recurrente en tu vida, en lugar de preguntarte: “¿Por qué me sigue pasando esto?”, reconoce que es una guía que te lleva hacia tu tikún, la corrección que es necesaria para el viaje de tu alma. Ábrete a esa realidad, aprende de ella y crece a partir de ella.
Experimentamos desafíos en muchas áreas de nuestras vidas, pero las relaciones con los demás con frecuencia son la fuente de nuestra mayor lucha, estrés y decepción. El concepto de reencarnación explica que es probable que hayamos experimentado muchas vidas con las personas que nos rodean, y esta encarnación es una poderosa oportunidad para mejorar esas relaciones. Cuando comprendemos que nuestras relaciones no se basan solo en lo que estamos experimentando en esta vida, puede darnos una perspectiva diferente sobre los demás, una con más gracia y misericordia, y menos juicio.
Entiende que cada persona que llega a tu vida es necesaria para ti porque necesitas saldar algo, limpiar algo o ayudarla. Si estás en conflicto con alguien, considera que pudiste haber hecho daño a esa persona en una encarnación anterior y podrías tener una deuda cósmica con ella. O que pudo haber sido tu hijo o tu padre en otra vida. Piensa en cómo eso podría cambiar la forma en que la tratas. Lo que estás experimentando de esa persona en esta vida es solo una parte de tu relación con ella a través del tiempo infinito. Esto tiene el poder de abrirte a juzgar menos a los demás y a tener una mayor aceptación del proceso de tu vida.
El estudio de la reencarnación no solo se trata de una agradable conversación teológica, sino de los cambios prácticos que podemos hacer en nuestra vida. Si aceptas y entiendes la sabiduría de la reencarnación, puede darte una visión diferente de por qué las cosas podrían estar sucediendo o no. Elige crecer, aprender y ver tus interacciones y desafíos como las oportunidades perfectas diseñadas para que crezcas. Este es el camino para avanzar de una manera positiva que eleve tu alma.