Todos queremos más. Más dinero, más amor, más éxito, más plenitud. Pero no siempre sabemos cómo lograr nuestros sueños y, a veces, comenzamos a creer que no es posible hacerlo.
La sabiduría de la Kabbalah enseña que estamos destinados a alcanzar un punto en el que solo tengamos experiencias positivas y bienaventuranza en nuestra vida. El Creador quiere bañarnos con regalos infinitos, pero no siempre nos abrimos a recibirlos.
He aquí tres consejos para comenzar a manifestar tus sueños:
1. Todo lo que vale la pena incluye dificultad. Piensa en el tiempo y el arduo trabajo que implica aprender a manejar bicicleta o aprender un idioma. Cualquier transformación importante requiere gran esfuerzo. La presión es necesaria para convertir el carbón en un diamante y una oruga necesita oscuridad para convertirse en mariposa. Lo mismo es cierto con relación a nuestro trabajo espiritual. Nuestro propósito es crecer y evolucionar en un estado más elevado del ser, y todo esto exige oposición y mucho esfuerzo. Si algo es difícil, es un indicador de que estás accediendo a algo que es necesario para tu crecimiento.
Sin importar cuánto hayas hecho, se necesita trabajo duro si deseas lograr más. Esto no significa que cada proyecto sea el correcto o que tendrás éxito en cada área, pero ¡sigue trabajando duro y vendrán cosas buenas! Tienes algo increíble que aportar al mundo, pero la única manera de manifestarlo es con esfuerzo, perseverancia y un sentido de curiosidad.
2. ¡Emociónate por ganarte las cosas! ¿Alguna vez has notado una sensación de culpa cuando recibes algo sin habértelo ganado? Esto se debe a que nuestras almas nunca están genuinamente satisfechas al recibir algo que no nos hemos ganado. Podríamos disfrutarlas a corto plazo, pero a largo plazo no nos darán plenitud duradera. Esto es porque va en contra de nuestra propia naturaleza. ¡No le sienta bien a nuestra alma!
A nivel lógico, cuanto más tiempo y esfuerzo hayamos invertido en algo, más apreciamos la recompensa. Alguien que reciba un bonito auto como obsequio probablemente sienta menos aprecio por este que alguien que trabajó incansablemente por años para ahorrar suficiente dinero para comprar el auto por cuenta propia. A nivel espiritual, las cosas que nos hemos ganado nos proporcionan más energía. Cuando nos ganamos algo no solamente recibimos la bendición, sino que también recibimos plenitud de ello. Ganarnos nuestras bendiciones no solo es la manera “correcta” de hacer las cosas desde una perspectiva moral, sino que es la manera que más nos satisface espiritualmente.
Resiste el instinto de recibir sin ganarte las cosas. Encuentra maneras de transformar tus regalos en acciones dadoras. Esto no solo trae más dicha a tu vida, sino que te abre a más bendiciones todavía.
3. Concéntrate en el viaje, no en el destino. Las bendiciones no siempre se manifiestan de las maneras que creemos que lo harán. A veces nos rendimos cuando no vemos resultados de inmediato. Creemos que hemos hecho suficiente trabajo duro y que no está funcionando.
Solemos tener una visión angosta con respecto a nuestras expectativas, y si las cosas no resultan como creemos, tildamos la experiencia como un fracaso. Podríamos sentirnos mal por haber perdido tiempo y energía, pero si de verdad miramos la experiencia, podemos ver cómo hemos crecido y cambiado gracias al proceso.
A veces nuestros esfuerzos resultan de formas maravillosas e inesperadas, ¡que incluso superan lo que hayamos podido imaginar! No limites tu visión a un solo resultado posible. La energía que inviertes en algo no desaparece, aun si el resultado no es el que esperabas.
Tenemos el potencial de recibir bendiciones ilimitadas del Creador. Mediante el trabajo arduo y la conciencia, cada uno de nosotros puede obtener una existencia satisfactoria y dichosa. Prepárate para trabajar, alinea tu conciencia y comienza a ganarte los regalos que están destinados a llegar a tu vida.