Recientemente estaba sentada en mi café favorito, escuchando a una amiga cercana mientras abría su corazón. Ella y su esposo acababan de celebrar su 21 aniversario de bodas, y lo que debería haber sido una conversación de celebración fue todo lo contrario. Habló de lo hermosos que fueron los primeros años de su matrimonio, pero que su experiencia había sido más dolorosa que alegre por más tiempo del que le gustaría admitir. Su voz temblaba al relatar las innumerables horas que había invertido, los sacrificios que había hecho y los recuerdos que habían compartido, muchos buenos, pero en los últimos años muy dolorosos o mediocres. Había mucho más, por supuesto, pero para mí, estaba claro que era momento de pasar la página. Cuando le pregunté sobre la posibilidad de marcharse, dudó. “He dedicado tanto a esto”, dijo, “que no puedo simplemente alejarme ahora. Tengo mucho miedo”.
Su situación es un ejemplo clásico de una relación de costo hundido. Es un término tomado de la economía, donde un “costo hundido” se refiere a un gasto en el que ya se ha incurrido y no se puede recuperar. En las relaciones, este concepto se traduce en continuar un vínculo no porque brinde alegría, satisfacción o incluso apoyo básico, sino debido a la importante inversión de tiempo, esfuerzo y emotividad ya realizada.
En economía, la toma de decisiones racional implica ignorar los costos hundidos al considerar acciones futuras. Sin embargo, las emociones humanas y la psicología no son economía. Esta área de la vida es compleja, profundamente diversa y está lejos de ser una lista de activos y pérdidas en un balance. Tendemos a caer en la falacia del costo hundido, creyendo que tenemos que quedarnos con algo debido a las inversiones pasadas, incluso cuando está claro que marcharse sería la mejor opción.
¿Cómo puedes saber que has caído en una falacia de costo hundido cuando se trata de tu relación? Hay varias señales:
Sobrevalorar el pasado
Al igual que mi amiga, muchas personas permanecen en relaciones porque sobrevaloran el tiempo, la energía y los recursos que ya han invertido. La idea de “desperdiciar” estas inversiones al abandonar parece insoportable.
Miedo al arrepentimiento
El miedo al arrepentimiento es un poderoso motivador. A las personas les preocupa que, si se van, podrían arrepentirse de su decisión y temer no haberse esforzado lo suficiente o perder la posibilidad de ser felices en el futuro.
Presiones sociales
Las presiones externas de los amigos, la familia o la sociedad pueden reforzar la bruma de la falacia del costo hundido. Las expectativas de mantener relaciones, especialmente las a largo plazo, pueden hacer que la decisión de marcharse sea todavía más difícil. ¿Qué pensará nuestra familia? ¿Qué pasará con nuestros hijos? ¿Perderé mi comunidad? Todos son ejemplos de este tipo de presión inútil.
Apego emocional
Los lazos emocionales profundos hacen que sea difícil pasar la página. Incluso si la relación actualmente no es saludable, los recuerdos de tiempos mejores y el vínculo emocional formado a lo largo de los años pueden mantener atadas a las personas.
Reconocer que estás en una relación de costo hundido es el primer paso para hacer un cambio. Las relaciones requieren esfuerzo, pero ese esfuerzo debe ser compartido. Si una y otra vez, tú eres el único que se esfuerza por mantener la relación a flote, es posible que desees considerar si esta relación en realidad puede satisfacerte durante los próximos 10, 20 o 30 años.
Entender que hay un camino a seguir es el siguiente paso. Diré aquí lo que he dicho muchas veces y lo que le dije a mi amiga: haz que tu relación funcione o deja la relación. La vida es demasiado corta para ser infeliz o para estar en ese lugar de “está bien, pero no es genial”. La vida es dura, tu relación no debería serlo. Tu relación es lo que debe ayudarte a superar los tiempos difíciles. Una fuente de sustento que te eleva, no te hunde. Creer que este tipo de relación existe para ti es vital para pasar la página. He aquí algunas preguntas basadas en los criterios anteriores para ayudarte a comenzar:
Mirar hacia el futuro > Sobrevalorar el pasado
Mirar hacia el futuro nos permite aprovechar nuevas oportunidades y posibilidades de crecimiento, en lugar de sentirnos abrumados por inversiones pasadas que ya no suman a nuestro bienestar. Al concentrarnos en lo que nos espera en el futuro, podemos tomar decisiones que se alineen con nuestros valores y objetivos actuales, lo que nos llevará a una vida más plena y con propósito. ¿Qué tipo de relación quieres y qué puedes hacer hoy para alcanzarla?
Confiar en el proceso > Miedo de arrepentirte
Confiar en el proceso de la vida nos permite acoger el crecimiento, dar la bienvenida a la transformación de nuestra alma y ver oportunidades inesperadas. Esta mentalidad es más empoderadora que estar paralizado por el miedo de arrepentirte, que puede obstaculizar nuestro progreso y mantenernos anclados en el pasado y en relaciones poco sanas. Si pudiera usar una varita mágica y garantizar que no te arrepentirías, ¿qué decisiones tomarías hoy?
Seguir tu corazón > Presión social
Cuando escuchamos nuestra intuición y seguimos nuestro corazón, decimos sí a nuestro auténtico ser, lo cual nos permite tener una vida que se alinee con nuestros verdaderos valores y pasiones. Sucumbir ante la presión social o ante cualquier idea de lo que otras personas quieren nos lleva en la dirección opuesta. Elegirnos a nosotros mismos y a nuestra felicidad es la única manera de alcanzar la versión más plena de nuestra vida. Si eliminas la influencia de otras personas en tu vida y los miedos sobre lo que puedan pensar, ¿qué claridad surge?
Soltar > Apego emocional
Deshacerse del apego emocional a la persona equivocada te permite liberarte del dolor innecesario y también abre la posibilidad de relaciones más sanas y satisfactorias. El acto de liberar un vínculo expirado, si bien es doloroso en el momento, también es una liberación de algo que está drenando tu energía y manteniéndote atascado. Viaja en el tiempo cinco años en el futuro y mírate a ti mismo en una relación llena de amor y apoyo: ¿estás dispuesto a sentir la incomodidad y el dolor necesarios para alcanzarla?
Muchos podemos identificarnos con la sensación de estar estancados en una situación, ya sea en relaciones románticas, amistades o incluso ámbitos profesionales. Darse cuenta es difícil y el camino a seguir puede ser igualmente incómodo, pero la incomodidad es una señal de que estamos creciendo. Reconocer una relación de costo hundido y elegir seguir adelante no se trata de rendirse, es todo lo contrario. Se trata de decirte sí a ti mismo y a tu futuro por encima de las inversiones pasadas. Las relaciones de costos hundidos pueden ser más complejas que las inversiones de costos hundidos, pero la solución a ambas es simple e igual. Soltar lo que ya no funciona para que puedas crear algo que sí funcione. Podría aun ser mejor que cualquier cosa que puedas imaginar.
Los costos hundidos en las relaciones se refieren a los gastos e inversiones de nuestra energía, y la verdad sobre la energía es que nunca se desperdicia. Si bien es posible que la energía invertida no se manifieste de la manera que pretendías, se utilizará de alguna otra manera. En este caso, enseñarte más sobre ti mismo y cómo poder responder mejor en futuras relaciones, tanto por ti como por tu pareja. Eso me parece un hermoso retorno de una inversión.
