Mientras me preparaba para Rosh Hashaná el año pasado, repentinamente me dije a mí mismo: “De verdad espero no tener esa terrible gripe que me da una vez al año y que perjudica mi garganta”. Así que, por supuesto, al día siguiente al despertar y mientras me preparaba, comencé a sentir los síntomas de esa gripe. El primer pensamiento que tuve fue: “No, este es justamente el peor momento del año para que esto ocurra”, pero luego el segundo pensamiento fue: “No, esto es exactamente lo que quiere el Creador así que, sea cual sea la razón, el trabajo en este Rosh Hashaná debe hacerse con esa condición”.
Para mí, fue emocionante, no por no sentirme del todo bien en términos físicos, sino por poder hacer el trabajo espiritual más importante desde esa posición. Y creo que es importante que todos nosotros estemos claros acerca de eso también, porque no hay otro momento del año en el que nuestro trabajo, nuestra conciencia y nuestro enfoque sean tan necesarios como en el primer día del nuevo mes de Tishrei, Libra, el cual es el primer día de Rosh Hashaná, y el día siguiente.
Por nosotros, nuestra familia y el mundo, tenemos que estar enfocados, conscientes, con claridad y seriedad acerca del trabajo que vamos a hacer. Donde sea que se encuentre nuestra conciencia durante las conexiones a lo largo de Rosh Hashaná es lo que garantiza un año con abundancia de Luz.
Por ende, sin importar qué o cómo nos sintamos, o cualesquiera que sean las razones por la que no estemos tan enfocados, no tenemos la libertad de estar desenfocados durante esos dos días.
Estos son los días más importantes del año, y el lugar en el que se encuentren nuestra conciencia, trabajo y enfoque durante esos días no sólo determinará nuestro año, sino que también determinará el año para todo el mundo.
Los kabbalistas enseñan que el Creador observa al mundo durante Rosh Hashaná, y lo que se prepara es el trabajo para el mundo para ese año, el trabajo que será necesario; no sólo nuestro trabajo personal, sino también el trabajo espiritual global. El trabajo este año es diferente al del año pasado, así como el del año pasado fue diferente al de cualquier año anterior, y el próximo año será diferente a este.
Eso es lo que sucede en Rosh Hashaná. El Creador observa el mundo y dice primero: “Este es el cambio que debe ocurrir en el mundo”. Y luego pregunta: “¿Quiénes serán las personas que van a asumir ese trabajo?”. Algunas personas creen que Rosh Hashaná es el tiempo en el que el Creador ve nuestra vida y juzga lo positivo y lo negativo de nuestro pasado; sin embargo, Rosh Hashaná no se trata de eso, tanto así que el Arí deja claro que en Rosh Hashaná no hablamos ni pensamos en nada negativo que hayamos hecho en el pasado. En Yom Kipur sí lo hacemos; mencionamos aquellas cosas que hemos hecho que queremos limpiar. Pero Rosh Hashaná no es un día de limpieza, no es un día en el que recordamos nada negativo que hayamos hecho.
Rosh Hashaná está separado de cualquier cosa que hayamos hecho en el pasado.
En Rosh Hashaná la Luz del Creador observa al mudo y pregunta: “¿Quiénes serán mis soldados este año?”. Y no marca ninguna diferencia si fuiste el peor individuo el año pasado, si en Rosh Hashaná estás verdaderamente comprometido con ser un gran conducto, aceptas ese compromiso y asumes para ti un trabajo cada vez mayor. Si lo haces, entonces la Luz del Creador te dará todo el apoyo que necesitarás para llevar a cabo ese trabajo. Y ya sea sustento, salud, felicidad o certeza, puedes recibirlo todo independientemente de cómo ha sido tu pasado.
En Yom Kipur todos tenemos el tiempo para limpiar nuestras acciones, pero en Rosh Hashaná no pensamos en nada negativo que hayamos hecho. En lo que necesitamos pensar —y este es el único indicador de cuánta Luz, bendiciones, salud y felicidad recibiremos este año— es cuánto del trabajo de revelar la Luz del Creador en este mundo estamos dispuestos asumir el día de hoy.
Por supuesto, en Rosh Hashaná todos podemos decir: “Dedicaré la mayor parte de mi tiempo, la mayor parte de mi día, revelando esa Luz y haciendo ese trabajo”. Pero esto tiene que ser real. ¿Cuánto del trabajo de la Luz del Creador estamos realmente dispuestos a aceptar y asumir el día de hoy? Sea cual sea esa cantidad, de eso dependerá la cantidad del Luz que el Creador nos dará. Porque, de nuevo, el Creador ve al mundo, no piensa en lo que hicimos el año pasado, sino más bien se enfoca en cómo haremos de este un año de cambio verdadero.
El Creador tiene canastas de salud, felicidad, sustento y Luz, y las puertas para recibirlas estarán abiertas para los individuos que asuman una cantidad mayor de trabajo, lo cual significa que si queremos que el próximo año esté lleno con más Luz, más bendiciones, mayor sustento y más felicidad, entonces la única pregunta que tenemos que hacernos el día de hoy es, de forma franca y sincera: ¿qué tan grande es el compromiso que estoy dispuesto a asumir para hacer el trabajo de la Luz del Creador el próximo año, el trabajo de compartir y de traer la Luz del Creador a este mundo?
Ese es el único y el más grande indicador de cuánta Luz y bendiciones recibiremos. Es importante estar claros de ello. No podemos pedir ni conectarnos hasta que estemos comprometidos. En realidad pedir sustento, salud o felicidad es casi inútil si nuestro nivel de compromiso por hacer un mayor trabajo por la Luz del Creador en este mundo no existe, porque todo lo anterior son efectos de nuestro compromiso.
Por lo tanto, el único gran enfoque en este momento, al comenzar la conexión del primer día de Rosh Hashaná, el primer día del nuevo mes de Tishrei, tiene que estar en esta interrogante: ¿Cuánto del trabajo de la Luz del Creador estoy dispuesto a aceptar y estoy comprometido a hacer? Piensa en ello. Realmente tómate el tiempo para considerarlo. Porque vamos a hacer las conexiones y las puertas estarán abiertas para las bendiciones, el sustento, la salud y la felicidad, pero todo lo anterior vendrá a nosotros sólo dependiendo del nivel de compromiso que tengamos para este año entrante.