Tal y como observó sabiamente Ralph Waldo Emerson: “el fruto está en la semilla”. Piénsalo: una semilla de manzana, por ejemplo, contiene el potencial de todos los frutos de todos los árboles que pueden surgir de ese único núcleo. ¡Sostenerla es como tener mil bosques en la palma de la mano!
Cuando llega Aries (Nisán en hebreo), somos como esa semilla. Nuestras decisiones, palabras, acciones y planes están llenos de un inmenso potencial en bruto este mes. El Rav solía referirse a las semillas cuando hablaba de Aries porque este mes marca el inicio del ciclo astrológico. Como todo lo que está en sus inicios, Aries nos ofrece una oportunidad única para empezar un gran crecimiento y transformación. Y como Aries es el primer signo del Zodíaco, también sirve como la puerta de entrada a todos los demás signos que están por venir, potenciando los cambios que inspira para que duren todo el año y más.
Rav Yitsjak Luria enseñó que los primeros doce días de Aries se corresponden con cada uno de los doce meses del año. Por lo tanto, este período de tiempo (del 1 al 12 de abril de este año) proporciona la ventana oportuna para la práctica de “sembrar” una semilla metafórica cada día. Algunos eligen alinear cada día con la energía que rodea a su signo correspondiente —por ejemplo, Aries el primer día, Tauro el segundo, y así sucesivamente— pero el acto más importante reside en la intención de plantar y sembrar. Se trata de invitar a una mentalidad de crecimiento y actuar en consecuencia. Daniel Coyle, autor de The Talent Code, dice que el talento no nace sino que se cultiva. El método de crecimiento personal de Coyle, basado en el cerebro, incluye lo que él llama el “punto de ignición”, el lugar donde se generan la motivación y la inspiración. Antes de poder realizar un cambio, tenemos que tener o crear el deseo de hacerlo.
Los nacidos bajo el signo de Aries están naturalmente predispuestos a desear cosas (o personas, logros o atención). Es cierto que todos lo estamos, pero la energía de Aries tiene una tendencia especial en esta dirección. La decisión de cómo y hacia dónde dirigir este deseo innato de recibir es el mayor desafío de Aries. Si se dirige solo hacia uno mismo, el resultado llevará solo la fuerza del que desea. Si, por el contrario, canalizamos ese deseo de Aries de recibir con el propósito de compartir, ¡invitamos a la Luz del Creador a que nos ayude a llevar a cabo esos deseos! Por lo tanto, las semillas que sembramos este mes tendrán infinitamente más poder si su manifestación ayudará o inspirará de alguna manera a otros, y no solo a nosotros mismos.
Recuerda que para cada gran acción o logro, se sembraron innumerables semillas mucho antes del resultado. El líder empresarial, inversor y filántropo estadounidense Warren Buffett vendía chicles, botellas de gaseosa y revistas semanales de puerta en puerta, incluso cuando era un estudiante de primaria. En la secundaria, invirtió en una máquina de pinball en una barbería y acabó comprando varias más para obtener una ganancia decente. Su deseo de aprender sobre negocios e inversiones no surgió de la nada. Del mismo modo, puede que Oprah Winfrey no pensara conscientemente de niña “estoy sembrando las semillas de un futuro imperio mediático”. Sin embargo, de niña realizaba obras de teatro para los animales de la granja de su familia, y era una lectora y oradora extraordinariamente buena incluso antes de empezar la escuela. Posteriormente, se unió al club de debate y al consejo estudiantil, y finalmente se convirtió en periodista y presentadora. Tanto si preveía su futuro impacto en el mundo como si no, Oprah siguió creciendo de forma que ayudara a muchos otros, y sigue haciéndolo.
Sembrar las semillas de nuestro futuro es un proceso que dura toda la vida. Si bien algunas echan raíces en la infancia, otras pueden germinar después, cuando desarrollamos las habilidades que ya tenemos o probamos algo totalmente nuevo. Oscar Peterson fue un pianista de formación clásica que se convirtió en un renombrado músico de jazz. Laura Ingalls Wilder fue una educadora que no publicó su primer libro sino hasta después de los 60 años. Tomar nota de nuestros primeros intereses puede ser útil para explorar nuestros dones naturales; pero, en realidad, nunca hay mejor momento que AHORA para emprender algo nuevo (¡o volver a avivar lo viejo!). Así es como asumimos el control de nuestras bendiciones. Porque cuando establecemos objetivos e intenciones y los respaldamos con acciones, ¡empezamos a cocrear la vida de nuestros sueños!
Entonces, ¿cómo puedes aprovechar al máximo esta energía de Aries?
· Escribe un plan para lo que quieres lograr en el año que viene. Puede ser un solo objetivo o varios. (Y recuerda: ¡los que se extienden más allá de ti mismo son los que tienen más fuerza!).
· Si te sientes alineado con la idea de los “doce días de Aries”, escribe un plan de siembra de doce días para actuar sobre tu(s) objetivo(s). Por ejemplo: El día 1, me comprometo a dejar de hablar negativamente (de mí mismo o de los demás)… El día 2, establezco mejores límites: Diré amablemente “no” si es necesario, y crearé el tiempo y el espacio para ___ (tu objetivo personal o relacionado con la comunidad)… El día 3, saldré de mi comodidad y probaré algo nuevo… etc., hasta el día doce.
Dar nombre a nuestros deseos y actuar en ellos es una potente receta para la manifestación en nuestra vida. Como signo de fuego regido por el planeta Marte, Aries contiene la pasión y la fuerza del guerrero. Rav Berg se refería a Aries como “el campo de batalla que determinará el resultado de todas las batallas que surgirán durante el próximo [año]”. ¡Creo que todos tenemos el poder de ganar!
Como el “fruto en la semilla” de Emerson, cada uno de nosotros es la encarnación de la posibilidad infinita. Siembra tu próxima serie de objetivos y sueños mientras la energía de Aries es fuerte. ¿Y quién sabe? Los cambios que encendamos este mes pueden tener más alcance del que podamos imaginar, como la diminuta semilla que encierra mil bosques por venir.