Acabamos de entrar en la semana de Qui Tavó. Aunque ya hemos alcanzado la mitad del mes kabbalístico de Virgo (Elul), esta es la semana en que el Sol pasa de Leo a Virgo. Eso significa que sentiremos un gran aumento de la energía de Virgo esta semana.
¡Y no es de extrañar! El capítulo de Qui Tavó habla mucho sobre bendiciones y maldiciones. Mientras las bendiciones eran otorgadas en el monte Guerizim, las maldiciones se daban en el monte Ebal. Los kabbalistas explican que, en la vida, solamente experimentamos bendiciones. Hay bendiciones reveladas que son fáciles de percibir y hay bendiciones que están ocultas.
Con una energía de Virgo tan pesada, podríamos estar estancados en la cáscara superficial del prejuicio. Es por ello que los virgo suelen criticarse severamente a sí mismos, a su entorno o la gente que los rodea. Cuando hacen esto, se pierden la bendición. Este es nuestro trabajo esta semana: encontrar la bendición oculta en cada situación que hemos vivido este año.
La porción de Qui Tavó también habla sobre un concepto antiguo llamado bikurim, ofrendar los mejores frutos al Templo. En esta práctica, no solamente se tomaban los mejores frutos de las cosechas: los frutos tenían que ser excepcionales. ¡No es sorpresa que muchos virgo sean perfeccionistas! Ellos saben que siempre hay una versión mejor de todo. Con el exceso de energía de Virgo en el cosmos, podríamos tender a percibir la distancia entre la realidad de las cosas y la perfección, lo cual crea una sensación de vergüenza, enojo, frustración o decepción. Sin embargo, esto no es lo que el cosmos o el mes de Virgo quiere darnos. De hecho, estamos destinados a desear más. El universo sabe que podemos ser más, recibir más y compartir más.
Si nos permitimos usar esta sensación para desarrollar nuestros sueños antes del año nuevo kabbalístico de Rosh Hashaná y sabemos con certeza que una vida infinitamente mejor nos espera, podemos conectarnos con la energía de una forma equilibrada en vez de caer en la trampa de la autocrítica y el perfeccionismo.