Hola a todos.
¡Fiuuu! Ya terminamos el maratón cósmico de Rosh Hashaná, Yom Kipur y Sucot… ¡Por ahora! Con el comienzo del año queremos continuar accediendo al cosmos en búsqueda de nuevos significados y nuevas formas de mejorar nuestra vida. Esta semana, la energía del Génesis (llamada Bereshit en hebreo antiguo) entra en el universo.
La mayoría de nosotros ha escuchado acerca de la famosa historia bíblica de Adán y Eva, el árbol y la serpiente y ¡ups! el gran error. Sin la sabiduría y la Luz de los kabbalistas, no existe forma en la que esta historia tenga sentido. Mucha tinta ha sido derramada explicando este desastre bíblico. Que la verdad sea dicha: cuando observamos un poco más cerca, nos damos cuenta de que esta historia es, de hecho, la historia de nuestra vida. Somos genios en sabotearnos a nosotros mismos en el momento de éxito. ¡Es como si las bendiciones fueran una especie de maldición de las cuales hay que huir!
¿Qué quiere decir esto y cómo se conecta con toda la historia?
Adán y Eva recibieron un manual de instrucciones y se les permitió utilizar libremente el Jardín del Edén con sus maravillosos árboles y frutas… A excepción de UN árbol. Todo bien hasta ahora ¿Verdad? No realmente. El árbol prohibido fue el único en el que ellos (Nosotros) estábamos interesados.
Observemos de cerca la carta de esta semana para obtener un mejor entendimiento. Una muy fuerte energía de Escorpio (Venus, Saturno, Nódulo Norte) y la energía de Aries (La Luna y Urano) prevalecen. Ambos signos están regidos por el planeta Marte.
¿Cuál es la naturaleza de la influencia de Marte? Guerras, confrontación, agitación, deseo de controlar y conquistar y, por supuesto ¡¡falta de autocontrol! Ahí lo tienen, la mayor metida de pata en la historia de la humanidad es que estamos tan preocupados con las cosas que no podemos tener, que nos olvidamos de las bendiciones que ya tenemos.
Este es un comportamiento típico de Aries/Escorpio.
¡Sin ofender, chicos! En el sistema kabbalístico nos burlamos y nos reímos de todos los signos porque no queremos ser prisioneros de sus influencias.
Así que ¿Cuál es la conexión con el famoso fruto prohibido?
Esta es la única fruta que Adán y Eva (quienes representaban todas las almas de la humanidad en la Kabbalah) necesitaban merecer. Si no, ¿Por qué crear un árbol lleno de frutas que no pueden ser comidas? Se suponía que ambos comieran de él, pero sólo después de haberlo merecido al simplemente esperar un poco más para que la fruta estuviera disponible para ellos.
Esto tiene mucho que ver con una tendencia actual en nuestro mundo de hoy en día: la generación “ahora”. Queremos todo no sólo lo más rápido posible, sino para ayer, si es posible. La tecnología nos permite viajar en segundos a diferentes lugares en el mundo a través de Skype, correos electrónicos, etc. Todo está tan rápidamente disponible que olvidamos apreciar lo que tenemos debido a que ya nos encontramos en lo siguiente, y en lo que viene después.
Nuestra maestra Karen Berg, sabiamente dice: “Somos llamados seres HUMANOS no seres HACEDORES”. Olvidamos eso todo el tiempo. Olvidamos detenernos y pensar, siempre estamos sedientos, sin descanso y buscando lo siguiente que está por venir.
Mis hijos me hicieron ver la película “The Bling Ring” la semana pasada. Está basada en una historia real acerca de un grupo de chicos buenos que simplemente deseaban probar algo costoso y hermoso, lo que los llevó a comenzar a robar cosas de las celebridades. Esta historia refleja exactamente lo que acabamos de discutir sobre: Vamos a obtener lo que no nos podemos ganar lo más pronto posible, ¡y de todas las maneras creativas posibles!
Esto definitivamente no es kabbalístico.
Esta semana, debemos regresar a lo básico; regresar al comienzo. Mientras más energía coloquemos en merecer lo que queremos, más felices seremos.
Nuestra tarea, para los próximos días por lo menos, es despertar con un solo pensamiento en mente, una cosa, una bendición: ¡Estoy agradecido por lo que tengo en mi vida!
¡Tengan una increíble semana de nuevos comienzos y realidades completamente nuevas de Luz y bendiciones eternas!
Amor,
Yael.