Leo es uno de esos meses especiales en los que los kabbalistas dicen que hay una abundancia de energía. Los planetas indican que no hay filtros espirituales. La mayoría de los meses “comparten” planetas. Por ejemplo, Mercurio comparte su energía con Géminis y Virgo, Marte con Aries y Escorpio, y Venus con Tauro y Libra. Las luminarias, el Sol y la Luna, solo comparten su energía con un mes: la Luna comparte su energía con Cáncer y el Sol con Leo.
Las luminarias nos influyen mucho más que los planetas. Dado que el Sol dirige su energía a un solo mes, Rav Berg explica que esta abundancia es una energía en estado bruto que puede ser muy buena o muy mala, dependiendo de cómo la utilicemos. Dentro del mes de Leo está el día más negativo del año y el día más positivo del año; dos energías extremas que existen en un mes.
El Templo fue destruido en el día más negativo del año. La función del Templo era traer equilibrio y armonía al mundo. Fue destruido a causa del odio. Podemos creer que nuestros pensamientos o sentimientos negativos hacia otra persona tienen su debida justificación. Sin embargo, cualquier tipo de odio se origina en la voz negativa del oponente: una voz que nos da todo tipo de falsas justificaciones para desear el mal a los demás.
Al comenzar el mes, la carta astrológica nos muestra que hay muchas lecciones que aprender. Si aprendemos esas lecciones, podemos activar el sistema divino que existe en nosotros y emular el flujo del universo. El Sol, la Luna y Mercurio (el planeta de la comunicación) están en Leo. Mercurio está en oposición a Saturno retrógrado en Acuario y en cuadratura con Marte, nuestra motivación y fuerza motriz, en Tauro. Urano y el Nodo Norte también están en Tauro. Todos están en signos fijos. Además, Júpiter entra en movimiento retrógrado en Aries, el signo cardinal de fuego.
¿Cómo nos afecta todo esto? Pues, cada uno de esos planetas se comunican entre sí y crean energía. Una cuadratura trae una energía de emprender acción; no es una energía pasiva. Una oposición en el cosmos significa que estamos divididos entre dos tipos de energía.
Leo es un signo de fuego fijo. La palabra que motiva a un signo de fuego es “yo”. Leo siempre es el protagonista de una película que gira en torno a él. Los signos fijos tienen que ver con la preservación de la energía, los cardinales con las acciones y los mutables con los ajustes. Mercurio en Leo se convierte en: “Comunico”, “Pienso” y “Recibo”. El trabajo de los leo es transformar la energía del “yo” al “nosotros”. Es el momento de tener más sensibilidad por los demás. Piensa en: la humildad, abrir el corazón y, sobre todo, en estar al servicio de los demás.
El Sol, que rige a Leo, da vida. Sin el Sol, los árboles no pueden crecer y el mundo no puede existir. Pero el Sol también tiene un poder destructivo que puede quemar y destruir. Cuando Leo está al servicio, da vida. Pero cuando se concentran en el “yo” con pensamientos como “soy mejor y más importante que los demás” o “estoy arreglando esta situación porque soy mejor”, la energía se vuelve destructiva.
Mercurio forma una cuadratura con Marte, Urano y los nodos, lo que nos dice que debemos abordar las cosas con otros ojos, que debemos cambiar nuestra forma de hablar, pensar y escuchar. Aportar nuevas ideas e innovación. El viaje de Leo consiste en activar la zona del corazón usando palabras de inspiración y amor incondicional. Urano en Tauro rompe los viejos sistemas a fin de crear sistemas nuevos y mejores. Aquí nos podemos conectar con lo positivo al no centrarnos solo en lo que ganamos individualmente sino en lo que ganamos todos. La pregunta es: “¿Cómo puedo despertar más amor en el mundo?”.
Los aspectos entre los planetas pueden darnos las herramientas para crear una nueva energía de amor y apoyarnos mejor. El amor y la unión forman parte de los nombres del Creador. Esto no significa que todos seamos iguales, sino que todos somos piezas del rompecabezas llamado humanidad, y en efecto nos completamos unos a otros.
Júpiter entra en movimiento retrógrado para darnos la posibilidad de revisar nuestra motivación en nuestros caminos espirituales. ¿Qué reglas espirituales estamos obedeciendo?
Del 28 de julio al 2 de agosto, una conjunción entre Marte y Urano puede aportar un sentido de singularidad y originalidad, pero el otro lado de esto puede ser inestable, testarudo y violento. No inicies conflictos y ten cuidado de no atizar ningún incendio.
El 31 de julio, Mercurio está en precisa oposición a Saturno. Es el momento de reflexionar sobre nuestra verdad personal y social, y de superar los obstáculos en el ámbito de la comunicación.
Asimismo, el 31 de julio, el Sol está en trígono con Júpiter en Aries, un aspecto de flujo y oportunidad. La oposición entre Mercurio y Saturno puede limitar este flujo para animarnos a traer pensamientos y conciencia a nuestras acciones, para ver las cosas desde los ojos del Creador.
El 4 de agosto, Mercurio se mueve de Leo a Virgo. Mercurio rige a Virgo, lo cual mueve la energía del corazón a la cabeza. En esa semana, procura no sobreanalizar las situaciones. Y respira profundo.
Desde la tarde del 6 de agosto hasta el 7 es Tishá BeAv. Se considera el día más negativo del año, pero también la semilla de la redención personal y global. Este día es también el aniversario de la muerte de nuestra maestra, Karen Berg. Consulta en línea las conexiones en vivo en tu Centro de Kabbalah local.
Venus está en oposición a Plutón el 8 de agosto. Piensa en: las relaciones y el dinero, en los nuevos comienzos y en los finales, y en todo lo que hay en medio. Pregúntate: “¿Qué es lo más importante para ti en tus relaciones?”. Y también: “¿Qué estás dispuesto a soltar?”.
Desde la noche del 11 de agosto hasta el 12 de agosto, experimentaremos la luna llena de Leo. Este es el día más positivo del año, un día de amor. Consulta las conexiones en línea o en tu Centro local.
Del 12 al 14 de agosto, el Sol está en oposición a Saturno, lo que puede traer algunos obstáculos, tensión entre el corazón y la cabeza, y una liberación de juicios negativos internos y externos.
Del 12 al 15 de agosto, Marte forma un trígono con Plutón, que es un poderoso flujo del signo de tierra. Marte es nuestro deseo en la superficie. Plutón es nuestro deseo bajo la superficie. Cuando estos dos planetas trabajan juntos, tenemos la oportunidad de profundizar nuestra comprensión y ahondar nuestra manifestación. Esto es genial para la intuición en los negocios y para alinear nuestro deseo con los deseos del alma.