Henos aquí, al final del mes de Aries y entrando en el mes de Tauro. Aries es considerado como el primer mes de la rueda del Zodíaco, que tiene lugar al comienzo de la primavera (en el hemisferio norte) y representa los nuevos comienzos. Podemos empezar de nuevo y expandir nuestros deseos. El segundo mes del año zodiacal es el mes de Tauro. Tauro es un signo de tierra, responsable de ser el primero en la fila para llevar toda esta nueva energía al año entrante. Esto nos permitirá arraigarnos y comenzar a manifestar la energía que inyectamos en el mes anterior.

Todos los signos de tierra son conocidos por estar dotados de la capacidad de materializar ideas y ser constantemente prácticos a la hora de manifestar cualquier objetivo. Este mes, todos tenemos la capacidad de conectarnos con esta fuerza. El mes de Tauro también es conocido por bendecirnos con una abundancia de energía de sanación y unificación. Como todos los meses, Tauro también posee cierta energía compleja. En el mes de Tauro, la dificultad radica en hacer cambios o salir de nuestra comodidad.

Demos un vistazo a este mes semana a semana y veamos cómo usar para nuestro beneficio las alineaciones cósmicas únicas, y también superar los aspectos más complejos.

A medida que el Sol entra en el signo de Tauro en la primera semana del mes, se une a la ya poderosa actividad taurina: Mercurio, Urano y el Nodo Norte están todos en Tauro. Juntas, estas fuerzas pueden ayudarnos a desacelerar y prestar más atención. Dado que en esta primera semana el Sol también crea un aspecto positivo con Saturno en Piscis, la atención se centra principalmente en nuestro trabajo espiritual y en las áreas de nuestra vida en las que necesitamos asumir más responsabilidad. El universo nos lleva a revisarnos a nosotros mismos y a nuestros compromisos espirituales. Tómate tu tiempo. Observa dónde necesitas asumir un papel de liderazgo y más responsabilidad. Al mismo tiempo, reevalúa dónde ya estás funcionando como líder en tu vida y pregúntate: ¿Cómo puedo crecer en este papel? ¿Cómo puedo mejorar? ¿Cómo inyecto más espiritualidad en mi forma de liderar?

En la segunda semana del mes, Mercurio en Tauro forma un aspecto positivo con Marte en Cáncer. El planeta de la comunicación y las ideas se da la mano con el planeta del deseo y la acción. Es un buen momento para manifestar cualquier idea. Ten claro lo que verdaderamente quieres y ve por ello. Dado que Marte está en Cáncer, también se nos anima a ser sensibles con los demás y no precipitarnos en acciones que solo nos servirán a nosotros y nuestras intenciones particulares.

En la tercera semana del mes, Mercurio continúa con su influencia positiva y, esta vez, forma un aspecto positivo con Saturno. De nuevo, se activan los poderes positivos de Saturno y continúa el tema de la semana pasada: ¡manifestar! Pensamientos, metas, ideas e inspiraciones: este es el momento de hacer que sucedan, hacer un plan, sembrar la semilla y hacer algo que arraigue la energía que pasa por nuestra mente. Pasar del pensamiento a la acción.

En la cuarta semana del mes se produce un tránsito importante. El planeta Júpiter pasa al signo de Tauro donde estará todo un año. Puesto que Júpiter es el planeta que destaca las oportunidades, el crecimiento y la expansión, este movimiento nos indica que activemos todas las energías poderosas, positivas y espirituales de Tauro. La capacidad de ver lo bueno, el poder de sanar y cuidarnos, y el poder de un camino lento pero constante hacia el crecimiento y la expansión.

Esta semana, mientras se produce el cambio, Júpiter crea un aspecto complejo con Plutón en Acuario, que es una señal de advertencia para nosotros. Plutón tiene que ver con el cambio y la transformación. Tauro es el signo que más se resiste al cambio. Durante esta última fase del mes, sé consciente de fluir y permanecer abierto al cambio y a la transformación necesaria que debe ocurrir en tu vida. Puede que no sea fácil y que a veces te resulte doloroso, pero sigue preguntándote: ¿Qué es lo correcto para mí a largo plazo? ¿De qué tengo miedo? ¿De verdad debería postergar este cambio o debo asumirlo? ¿Dónde me resisto al cambio y por qué? Con una perspectiva más profunda y un verdadero deseo de evolucionar espiritualmente, ¡este aspecto puede trabajar a nuestro favor y no en nuestra contra!