Estamos a dos semanas de Rosh Hashaná. La influencia de la luna llena marca el inicio de una etapa de culminación. Es el mejor momento para brillar, ya que es el momento en que el Sol y la Luna se alinean. Podemos esperar armonía, equilibrio y esplendor. Durante este período, somos más visibles y nos proyectamos más hacia el público y la sociedad. En esta fase, ya no iniciamos proyectos o actividades; es el momento de concluir.
El día 17, entramos en la fase del último cuarto del ciclo lunar. La última fase del mes de Virgo es extremadamente importante: marca la pauta para que concluyamos lo que la Luna Nueva inició. Nos da la posibilidad de reflexionar, aprender y hacer un balance de lo que ha sucedido en este último mes. Considéralo como una oportunidad para eliminar lo que no funciona y preparar un nuevo comienzo. Es el mejor momento para limpiar y eliminar lo que ya no queremos en nuestros armarios y en nuestra vida. Es un momento de desapego y soltar. El último cuarto lunar también es bueno para cambiar y modificar hábitos porque, al eliminar lo que no nos sirve, podemos abrirnos a todo lo que el nuevo mes tiene para nosotros. En esta ocasión, dejar entrar lo nuevo no es poca cosa: representa el comienzo de un nuevo año kabbalístico.
El mes de Virgo es el último mes masculino, que van de Aries a Virgo. A partir de aquí transcurren los siete meses femeninos, que van de Libra a Piscis. En el mes de Libra, el hombre (la humanidad) fue creado, y por eso cada año, en el día de la Creación, somos juzgados por nuestras acciones. Como en cualquier juicio, para salir indemnes, es necesario hacer una revisión exhaustiva de los acontecimientos en los que hemos participado durante el último año. ¿Qué mejor mes para hacerlo que el mes de Virgo? En este mes, tenemos el apoyo que necesitamos para hacer el trabajo de teshuvá, análisis y arrepentimiento. Podemos abrir el corazón y ver los errores que hemos cometido en el año, que pueden haber causado dolor a nosotros mismos y a los demás. Aprovecha estos últimos días antes de Rosh Hashaná para hacer el trabajo de teshuvá. También es beneficioso meditar, orar y hacer donaciones (tsedaká) durante este período previo a Rosh Hashaná.
En cuanto a los planetas, no tenemos ningún cambio; la energía es muy similar a la de la semana pasada. Hay muchos planetas en tierra y pocos en agua, por lo que deberíamos ser más cariñosos y misericordiosos, así como empáticos y sensibles con nosotros mismos y los demás. El elemento de tierra es más objetivo, realista y enfocado en la responsabilidad. No se da permiso para sentir. El objetivo es servir y ser diligente. También falta el fuego, la energía de la pasión y el optimismo. Cuando tenemos mucha tierra y falta de fuego, el trabajo se vuelve pesado. Para aligerarlo, incluye la diversión y mira las cosas con ojos entusiastas. Esa práctica te ayudará durante la semana.
Mercurio, el dios de la comunicación, comenzó su tercer período retrógrado del año el 9 de septiembre y continuará hasta el 2 de octubre. A finales de diciembre, viviremos el cuarto episodio de retrogradación de este planeta. Cuando Mercurio está retrógrado, fallan todos los asuntos regidos por él, como: la comunicación, la expresión, el análisis, el ingenio, la precisión, la lógica, la razón, el discernimiento, los contratos, los viajes, el transporte y el comercio, entre otros. Durante este período, podríamos tener desafíos en estos asuntos, por lo que la paciencia y la prevención son esenciales. Si somos tolerantes con estas situaciones, podremos tener más control y sentirnos menos frustrados.
La bendición de Mercurio retrógrado es que la repetición de estos temas es muy favorable. Si volvemos a estudiar por segunda, tercera o cuarta vez un asunto no comprendido anteriormente, bajo las luces de este momento astrológico, saldremos victoriosos. Si en el pasado tuvimos una conversación en la que no se llegó a ningún acuerdo, en un segundo intento podremos resolver más hábilmente la disputa. Si leemos un contrato por segunda vez, podremos encontrar los errores con facilidad y rapidez. Como dije antes, repetir alguna actividad de Mercurio más de una vez es beneficioso.
Mercurio no es el único planeta en movimiento retrógrado esta semana. De hecho, también tenemos a Júpiter, Saturno, Urano, Neptuno y Plutón. Físicamente, cuando un planeta está retrógrado, el planeta parece ir hacia atrás. Es tan solo una ilusión óptica desde la perspectiva del observador. En realidad, los planetas nunca van hacia atrás, siempre van hacia delante. Sin embargo, energéticamente su retrogradación marca un momento kármico relacionado con una segunda oportunidad para poder remediar asuntos relacionados con su energía. Por ejemplo, Júpiter, la sabiduría y la verdad; Saturno, la autoridad y las lecciones que debemos aprender; Urano, el cambio y la libertad; Neptuno, la fantasía y la ilusión; y Plutón, el poder. Desde luego, no sabemos cómo actuar según estas energías, pero cada año se nos da una segunda oportunidad para aprender de nuestro pasado. Así que vayamos con cautela para aprovechar esta semana, teniendo conciencia de nuestras acciones pasadas y aprovechando la oportunidad, especialmente (como mencionamos antes) en vísperas de Rosh Hashaná.
Cabe mencionar que los nodos lunares, que básicamente representan el tikún, pasan este año de Escorpio a Tauro (de donde venimos y a donde vamos). Así que tengamos cuidado con las actitudes obsesivas, el control, la manipulación, los celos, la envidia y la venganza. Además de no tomarte las cosas demasiado personales, busca el equilibrio. Comprométete a asumir la responsabilidad para poder triunfar sobre cualquier caos que se te presente, no solo durante esta semana sino a lo largo de este año.
En cuanto a la relación entre los planetas, tenemos más armonía que en semanas anteriores. Si bien la tensión es menor, la presión para cambiar se sigue sintiendo a pesar de nuestra resistencia a hacerlo de forma proactiva. Saturno contribuye a la limitación de estos cambios y nos impide asimilarlos. La solución es simplemente dejarse llevar, fluir y aprender las lecciones que el cosmos nos impone.
Al comienzo de la semana (lunes y martes), la Luna se posicionará en Aries, lo que beneficia la vitalidad, el entusiasmo y la energía. Buscaremos estar activos y el deporte es recomendable en este momento. Ten cuidado de no ser demasiado agresivo e impulsivo. Para el miércoles y el jueves, la Luna se mueve hacia Tauro. Son días excelentes para disfrutar. Se recomienda disfrutar del arte, una buena comida o un masaje. El romance está a flor de piel, y nos atrae el lujo y la belleza. En estos días, los negocios y la economía se benefician. Pero cuidado con la testarudez: las decisiones tomadas bajo esta energía son difíciles de cambiar en el futuro. Por último, el viernes, sábado y domingo, tenemos la Luna en Géminis, que favorece la comunicación que necesitamos con un Mercurio retrógrado. Estamos más curiosos y versátiles; cualquier desafío intelectual se verá beneficiado durante este período. Podríamos sentirnos más intelectuales y sociales. Cuida tus palabras, tanto lo que dices como la forma en que lo dices, ya que a Géminis le encanta hablar y a veces no prestamos atención al poder que tienen nuestras palabras. Aprovecha esta energía para estudiar o aprender.
Esta semana estudiamos la porción de Qui Tavó, que habla de bendiciones y maldiciones. Esta porción, al igual que la de Bejukotái, toca el mismo tema. La diferencia es que, en Bejukotái, las maldiciones y las bendiciones están dirigidas en plural, hacia el pueblo; en Qui Tavó es en singular. Esto significa que, al entrar en Israel, el Creador tiene en cuenta las transgresiones de un individuo para juzgar a toda la nación. Somos responsables de nuestras acciones y estas también afectan a los demás, por eso la conciencia comienza con el cambio personal y al hacerlo, somos responsables del mundo entero. El pueblo se convirtió en uno y es juzgado como uno. Que la energía del mes de Virgo y el último cuarto lunar disponible en esta semana nos ayude a ver nuestra negatividad para transformarla antes de Rosh Hashaná. Con la ayuda de todo el mundo, podemos tener un mejor veredicto para el año siguiente. No olvidemos que cada acción espiritual que realizamos repercute en todo lo que nos rodea.
