Al contemplar un cielo lleno de coloridas explosiones luminosas, me encontré pensando en otro tipo de independencia: la independencia de la mente. Se trata de uno de nuestros dones más sagrados, la libertad que tenemos para interactuar con el momento presente y dirigir nuestros pensamientos dentro de él. Es un don que siempre ha estado disponible tanto para el rey como para el mendigo: ¡la igualdad de oportunidades original!
Aunque a menudo se tome por sentado (la naturaleza humana es muy buena en eso), este increíble poder impulsa hasta nuestras decisiones más mundanas. Me refiero a la autonomía básica: a ella le gusta el café solo; él lo prefiere con dos de azúcar y una de crema. O mi opinión sobre las montañas rusas, ¡que ha cambiado dos veces! De niña me encantaban; después me aterraban (probablemente relacionado con la fatiga suprarrenal) ... ¡pero recientemente he aprendido a amarlas de nuevo! Lo que demuestra que algo que no nos gustaba la semana pasada puede interesarnos mañana.
Sin embargo, más allá del mundo concreto de las experiencias, nuestras mentes independientes pueden hacer mucho más. Las historias que nos contamos sobre nosotros mismos no son cuentos de hadas; ¡son los cocreadores de nuestras vidas! Y, tal y como enseña la Kabbalah, siempre podemos cambiar nuestros pensamientos. Podemos aceptar, rechazar, ajustar o revisar cualquiera de ellos. Incluso la más rotunda de las opiniones tiene una flexibilidad inherente. Hay una cualidad porosa dentro de la mayoría, o de todas, las ideas e ideales.
Esto no significa que no podamos mantener nuestros principios más sagrados o que no debamos luchar por ellos cuando sea necesario. Pero somos más sabios y estamos más conectados con el Creador cuando nos abrimos para ver todo el panorama; cuando hacemos lo mejor posible para entender ambos o todos los lados de una situación. Cuando mantenemos las ventanas abiertas, la brisa puede pasar. Enfriamos nuestros prejuicios. Podemos tanto mantenernos fuertes como también doblarnos y crecer a través de los suaves movimientos de la vida.
Aún cuando las cosas son difíciles o parecen abrumadoras, podemos elegir cómo afrontar el momento. Mientras reflexionaba sobre su experiencia en Auschwitz, el superviviente y psicoterapeuta Viktor Frankl describió cómo “es posible practicar el ‘arte de vivir’ incluso en un campo de concentración”. Frankl se dio cuenta de que, aunque le habían quitado todo lo demás, ¡nunca podrían arrebatarle la libertad de elegir su actitud! Sobrevivió a condiciones insoportables mientras estaba rodeado de desesperanza y miedo porque sabía que ni ellos ni nada podría erradicar su fundamental libertad de pensamiento.
Aunque este es un ejemplo extremo, subraya lo que Rav Berg quería decir cuando afirmaba que “la conciencia lo es todo”. Aun así, un efecto secundario de ser humanos es sentirse impotente a veces… reaccionar precipitadamente… entregarse al miedo, a la inseguridad o al prejuicio con demasiada facilidad. Hace unos años, descubrimos que las dificultades de nuestra hija Abigail con la lectura se debían a la dislexia. En lugar de hundirnos en un diagnóstico de manual, lo vimos como una diferencia con muchos aspectos positivos. (Sin ánimos de cuestionar la validez clínica del término, ¡pero un ligero cambio en las etiquetas puede afectar enormemente los resultados!) Desde entonces, Abigail ha abrazado los “superpoderes” que han surgido con su diferencia y a través de la misma. De hecho, ella y yo estamos escribiendo una serie de libros sobre cómo tus diferencias pueden ser tu mayor regalo. ¡Cambia la historia, cambia tu vida!
Tu propia experiencia de vida es una maravilla de potencial. Es tu marca y tu tesoro. ¡Porque tu versión de los acontecimientos, tu opinión sobre esto o aquello, y tu versión de este día es singular en la totalidad de la creación!
¿Qué es lo que TÚ eliges notar, con qué lo que eliges conectarte y qué eliges agradecer en este momento? Y, si estás enfrentando un desafío en tu vida, ¿cómo podrías redirigir tu pensamiento para traer más Luz y positividad a tu manejo del mismo?
Tal y como Eckhart Tolle escribió en su libro El poder del ahora: “Cualquier cosa que contenga el momento presente, acéptelo como si usted lo hubiera escogido. Trabaje siempre con él, no contra él. Conviértalo en su amigo, en su aliado, no en su enemigo. Esto transformará su vida milagrosamente”.
Esta semana, recuerda que no importa dónde estemos, siempre somos libres en nuestra mente. En esa libertad, podemos merodear y soñar despiertos e imaginar y crear. Podemos mover multitudes con nuestras pasiones y cambiar otras mentes con nuestra razón. Podemos perder nuestro tiempo buscando todo lo que falta o está mal en el aquí y ahora, o podemos trabajar con ello y mejorarlo. Hagamos que importe.
Al hacerlo, crecemos para personificar el espíritu de la verdadera independencia. Creamos un “país de la libertad” dentro de nosotros mismos. Y cuando nos iluminamos por dentro, todo el universo se ilumina con nosotros, como los fuegos artificiales en un cielo de verano.