Los entendimientos espirituales sobre la porción de Vayikrá son verdaderamente inspiradores, especialmente las revelaciones que están contenidas en sus primeras palabras: Vayikrá El Moshé, “El Creador llamó a Moshé”.
El Midrash utiliza una parábola para explicar la relación que hay entre la porción pasada de Pekudei, en la que Moshé completó la construcción del Tabernáculo tal y como el Creador le ordenó, y el inicio de la porción de Vayikrá, en la que el Creador llama a Moshé. La parábola también es usada para ayudar a indicar lo que significan para nosotros las primeras palabras de Vayikrá hoy en día. La parábola compara al Creador con un rey que le ordena a su sirviente construir un hermoso palacio para él y escribir el nombre del rey en todo lo que use para construirlo; ya sea en un ladrillo que ponga en una pared, una mesa o una silla.
El sirviente siguió las órdenes del rey, y cuando el palacio estuvo listo el rey dijo: “Mi sirviente construyó este bello palacio para mí, pero ahora estoy sentado adentro mientras él está afuera. Llámenlo para que esté conmigo en mis habitaciones más internas”, con esto quería decir que lo dejaran entrar al palacio y estar muy cerca de él.
Mientras Moshé estaba dirigiendo la construcción de cada parte del Tabernáculo, decía: “Esto viene de parte del Creador. Así es como el Creador quiere que sea”. El infundió la energía del Creador en todo lo relacionado con el Tabernáculo. Por lo tanto, tal y como sucede en la parábola, una vez completada la construcción del Tabernáculo, el Creador dijo: “¿Cómo puedo estar adentro mientras Moshé está afuera? Díganle a Moshé que venga y esté conmigo en mis habitaciones más internas”, con eso quería decir que lo dejaran entrar para conectarse completamente con la Luz de Creador.
El Talmud dice que el mensajero de una persona tiene el mismo poder que dicha persona tiene. Por ejemplo, digamos que un multimillonario hace que alguien pobre sea su emisario y lo envía a comprar una empresa de mil millones de dólares en su nombre. Ahora el hombre pobre puede ir a comprar una empresa de mil millones de dólares para el multimillonario aunque él no tenga ni un centavo; cuando a alguien se le da un poder notarial, ese poder es legalmente vinculante. Así pues, las dos almas se conectan porque una vez que le damos una tarea a un mensajero, él puede hacer todo lo que nosotros podemos hacer.
Lo mismo ocurre con el Creador. Cuando nos convertimos en mensajeros del Creador, podemos hacer todo lo que el Creador puede hacer. El Midrash explica que mientras Moshé impregnaba la energía del Creador en todos los aspectos de la construcción del Tabernáculo, también lo hacía en su esencia completa siendo únicamente un mensajero de la Luz. Gracias a esta conciencia, Moshé mereció la conexión absoluta con la Luz del Creador y, en consecuencia, podía hacer todo lo que el Creador podía hacer. Piensa en esto por un momento, si cada uno de nosotros pudiera llegar al nivel de ser un mensajero de la Luz del Creador, podríamos llegar a un punto en el que podríamos hacer todo lo que el Creador puede hacer. Sanaríamos gente, podríamos dar cualquier bendición. Cuando entendemos esto, se convierte en una lección que realmente cambia nuestra vida.
El Zóhar, en la porción de Behar, dice (y no muy seguido lo hace): “Revelaré un gran secreto”. Luego habla de un concepto llamado Ol Maljut Shamáyim, “aceptar el yugo del Cielo” tal y como un buey acepta su yugo para arar un campo. Primero el agricultor debe tomar el yugo y unirlo al buey para que mientras él camine, el buey vaya arando el campo.
Sin embargo, si solo pones a caminar al buey por el campo, no logrará nada. En primer lugar, para que el buey are el campo adecuadamente, el yugo debe estar unido a él. Al relacionar esto con nosotros, nos damos cuenta de que primero tenemos que aceptar el yugo del Creador, aceptar ser un mensajero de la Luz del Creador por completo… y entonces podremos hacerlo todo.
El Zóhar aquí nos dice algo muy claramente: en la medida que nos veamos solo como mensajeros de la Luz del Creador, en esa medida podremos hacerlo todo. En cambio, en la medida que no nos veamos como mensajeros puros de la Luz del Creador, no podremos hacer nada.
No obstante, ten cuidado, porque cuando la gente aprende esta enseñanza puede pensar que es muy sencillo, que todo lo que tiene que hacer es hablar con alguien o tratar de ayudarle, y simplemente decir: “Soy un mensajero de la Luz del Creador y por eso tengo la habilidad de hacerlo todo”. Pero así no es como funciona, ser un mensajero del Creador influye en lo que hacemos y en la manera en la que pensamos. El Shem MiShmuel dice que la belleza de este nivel de conciencia es que podemos llegar al nivel espiritual de ser un ángel.
Por lo tanto, Vayikrá es un llamado que se nos hace a cada uno para que seamos un ángel del Creador. Sin embargo, como hemos aprendido antes, mientras estemos molestos, decepcionados y tristes con lo que está ocurriendo en nuestra vida, no somos mensajeros del Creador por completo. Pero cuando nos reduzcamos por completo y nos veamos solo como un mensajero de la Luz del Creador por completo, tendremos el poder y la habilidad para ser un ángel del Creador con la fuerza para hacer todo lo que el Creador puede hacer. Ese es un nivel que, tal y como leemos en la porción de Vayikrá, Moshé alcanzó.
Al hablar de Moshé y de Shabat Vayikrá, el Midrash cita el versículo: “Ángeles del Creador que poseen gran fuerza”. Por eso uno de los grandes regalos de este Shabat es que se nos da la oportunidad de alcanzar el más alto nivel de conciencia, el de convertirnos en ángeles del Creador poseedores de gran fuerza.
Tener la habilidad de convertirnos en mensajeros del Creador es un gran regalo de ShabatVayikrá. En realidad, convertirnos en un ángel del Creador no tiene nada que ver con nuestro nivel espiritual, sino con cuán puros somos como mensajeros. Cuando alcancemos el nivel de conciencia que consiste en reducir nuestras dudas, pensamientos negativos y reacciones como la ira, podremos traer todo a este mundo. Espero que todos podamos comprender lo que esto significa: podemos convertirnos en ángeles del Creador con la fuerza para traer la Luz del Creador y lograr cualquier cosa en este mundo.