Sobre la palabra vayeshev, Rashi escribe que ella significa que Yaakov deseaba estar en paz, sentarse, morar. Pero vemos que la porción de Vayeshev comienza con, lo que objetivamente llamaríamos, todo tipo de problemas que llegan a la vida de Yaakov y que no le permiten sentarse en paz. Por ende, los kabbalistas explican que la primera lección del Shabat de Vayeshev es que no nos podemos sentar o estar en paz. No nos referimos a la paz mental o al estado de plenitud, sino más bien al deseo de no caer en el llamado estancamiento espiritual; por eso, la porción de Vayeshev nos habla de los peligros de estar espiritualmente estancados.
Me gustaría compartir una enseñanza del gran Kabbalista Rav Menajem Mendel de Vitebsk, quien, según Rav Brandwein le dijo a Rav Berg, tiene una fuerte conexión con el Centro, incluyendo la protección para quienes estudian. La enseñanza habla de los peligros del estancamiento espiritual, por ejemplo, si una persona está espiritualmente estancada en un área de su vida espiritual, entonces el trabajo que hace mientras está estancada no revela mucha Luz.
Por esa razón él dice, al igual que Rav Áshlag, que el propósito de nuestro trabajo espiritual es alcanzar el concepto de devekut, una unificación total con la Luz del Creador. Y cualquier carencia, oscuridad o tristeza que vivamos es simplemente el resultado de nuestra falta de conexión con la Luz del Creador. A fin de cuentas, el propósito de nuestro trabajo espiritual no es necesariamente llevarnos a un estado constante de devekut, un estado constante de estar envueltos por la Luz del Creador, sino al menos, a veces, estar envueltos por completo por la Luz del Creador.
Ahora bien, cuando una persona estudia o realiza acciones espirituales y conexiones, hay momentos en los que está completamente dedicada sin conciencia ni pensamientos externos; pero también hay momentos en los que realiza el trabajo espiritual, ya sea leer el Zóhar o realizar actos de compartir, y no está 100% comprometida, en mente y cuerpo, en realizar esa acción.
Ese es un gran problema.
Cuando abres el Zóhar y lo lees o cuando realizas una acción de compartir, ¿piensas en algo distinto al deseo de conectarte por completo e involucrarte en lo que estás estudiando o la acción que estás realizando? Si la respuesta es no, que no hay nada en tu mente ni en tu conciencia, entonces estás totalmente involucrado y todo lo demás es aislado excepto por esta lectura del Zóhar o acción de compartir. Él dice que cuando lo haces, obtienes total unificación y envolvimiento de Luz del Creador. Y, cuando realizamos las acciones de esta manera, podemos eliminar el dolor y la oscuridad de nuestra vida.
¿Por qué sentimos dolor físico o emocional? Porque estamos conectados e involucrados con lo físico. La realidad es que la mayor parte de nuestra vida estamos rodeados por lo físico. Por lo tanto, aunque haya momentos en los que nos elevemos un poco fuera de lo físico y toquemos lo espiritual, no somos envueltos por eso. Cuando tocamos lo espiritual seguimos conectados y vinculados a lo físico; así pues, el dolor puede existir, ya sea físico o emocional.
Lo mismo ocurre con las acciones espirituales. Por ejemplo, ocurre que incluso con una mikve una persona puede recibir algo de Luz si se sumerge en ella y deja su meñique fuera del agua.
Sí, probablemente consiguió algo, pero la mikve no le trae la purificación ni la elevación que debe.
Lo mismo ocurre en nuestro trabajo espiritual. Y pienso que es muy importante que tengamos esto claro porque ¿alguna vez hemos estudiado el Zóhar y hemos estado completamente envueltos por él? ¿Alguna vez hemos orado y hemos sido envueltos completamente por él? ¿Alguna vez hemos hecho un acto de compartir mientras estábamos completamente envueltos por este? La verdad es que no; lo estamos haciendo quizá a un 80% o 40%, y por eso sólo tocamos la Luz, pero no somos envueltos por ella.
Y el propósito del trabajo espiritual, quizá no siempre, pero al menos a veces, es asegurarnos de que la acción, el estudio o la conexión nos envuelva por completo, en lugar de que sólo nos toque. Así pues, cuando un individuo realiza el trabajo espiritual y le dedica su mente, conciencia y cuerpo por completo, pasa a estar envuelto por la Luz del Creador en su totalidad. Se separa enteramente de la fisicalidad, de la fuente de dolor y oscuridad que pudo haber vivido antes.
La idea es que hay dos estados de envolvimiento: estamos envueltos por lo físico y, por ende, aún sentimos dolor físico y oscuridad, o estamos envueltos por la Luz del Creador. Las acciones espirituales, el trabajo espiritual y el estudio espiritual no nos envuelven con la Luz del Creador; nos permiten tocarla, pero como sólo la tocamos y no estamos envueltos por ella, no llegamos a un nuevo estado y, por lo tanto, no podemos separarnos del dolor y la oscuridad de lo físico. Pero si logramos realizar acciones en las que estemos 100% involucrados, entonces eliminamos nuestra conexión con lo físico y nos envolvemos por completo con la Luz del Creador. Así desaparecen el dolor, la oscuridad y la tristeza.
Y el propósito del trabajo espiritual es sacarnos del estado de dolor, oscuridad y tristeza que representan una conexión con lo físico. Sí, tocamos lo espiritual con las acciones que no están envueltas, pero cuando nos esforzamos en estar completamente envueltos por la acción, el estudio y las palabras, nos envolvemos en una nueva realidad y logramos apartar de nosotros el dolor y la oscuridad del apego a lo físico.
Entonces, para regresar al principio cuando preguntábamos cuál era el problema con estar en paz en nuestro trabajo espiritual, la realidad es que, desafortunadamente, la mayoría de nosotros está en un estado espiritual relativamente estancado. Incluso quienes realizamos las acciones, las oraciones y el estudio tenemos que preguntarnos cuándo fue la última vez que hicimos alguna de estas cosas y dedicamos por completo nuestra mente, cuerpo y conciencia a ellas. Ahora entendemos que todas las acciones realizadas así tocan la Luz, pero no son envueltas por ella.
El propósito del trabajo espiritual es envolvernos en la Luz del Creador. De nuevo, no es fácil ir de donde estamos a donde debemos estar, y toma tiempo. El Lado Negativo quiere que estemos en paz con nuestro trabajo espiritual porque así no nos preocupamos por dedicarnos por completo, pensamos que estamos haciendo el trabajo y las acciones, y que eso es suficiente. Pero no. El propósito de las acciones es llevarnos a un estado de completo envolvimiento de la Luz, y la manera de estarlo es no tener pensamientos externos y comprometernos enteramente con eso.
Por lo tanto, debemos preguntarnos si somos vayeshev, nos conformamos con el estado de estancamiento en el que está nuestro trabajo espiritual. Pregúntate cuándo fue la última vez que durante el estudio, oración o acción de compartir no hubo nada externo, sino sólo una conexión pura con la acción. Y eso tiene que aumentar: hoy tuvimos un minuto para la dedicación total, mañana tendremos cinco y el próximo mes tendremos veinte. Porque el verdadero trabajo, la verdadera Luz, es revelada al estar envueltos por la Luz del Creador a través de las acciones, y eso sólo ocurre cuando estamos totalmente comprometidos con ellas. No podemos ser Vayeshev, estar estancados con nuestro trabajo espiritual simplemente porque estamos haciendo el trabajo. Nuestra referencia no debe ser cuánto hacemos, sino cuán involucrados estamos en lo que hacemos.