En la historia de Vayigash, Yehuda llega a comprender que su padre, Yaakov, y sus hermanos no son quienes deben ser sus protectores; en lugar de ello, debe serlo él mismo. Por lo tanto, la Luz única que se despierta para nosotros en esta porción es la de comenzar a vernos como protectores.
"La conciencia lo es todo". ~ Rav Berg
Hay una sección muy interesante en el Zóhar, en Vayejí, que habla sobre las almas; la manera en la que se elevan, sus distintas partes y cómo podemos conectarnos con ellas. Y luego, en medio de esa discusión, Rav Shimón bar Yojái habla de algo que cuando lo leemos inicialmente nos parece un poco aterrador, pero cuando entendemos su propósito, veremos que nos inspira un nuevo nivel de responsabilidad.
Rav Shimón bar Yojái, quien sabemos que vivió y enseñó en la tierra de Israel, dice: “Cuando enseño y estoy rodeado por los estudiantes de Babilonia, puedo revelarles secretos. Y cuando estas personas que viven fuera de la tierra de Israel y viven en Babilonia reciben secretos de parte mía, los sellan con un sello de hierro y los mantienen ocultos. Toda Luz y todo secreto que les revelo, lo mantienen oculto”.
Luego continúa diciendo: “Estos estudiantes de Babilonia tienen miedo de repetir los secretos que escuchan de mí. Cuando hablan entre ellos y los repiten, o intentan repetirlos, balbucen como tartamudos. Falta algo cuando reciben los secretos, no son capaces de retenerlos o repetirlos. Cuando intentan repetir los secretos y la Luz que les doy, balbucen como tartamudos”.
"Podremos darle verdadera protección a este mundo."
Sin embargo, aunque no tengan una manera de retener la Luz y los secretos que él les ha dado, Rav Shimón los juzga de manera positiva. ¿Por qué? Él dice: “Porque el aire santo y el Espíritu Santo los dejaron, porque viven fuera de la tierra física de Israel”. El Zóhar no se refiere simplemente a la tierra física de Israel, sino a un estado espiritual; aunque una persona viva fuera de la tierra de Israel, puede estar conectada con el elevado estado espiritual llamado tierra de Israel. Por eso, aquí no solo se hace referencia a quiénes en realidad viven en la tierra física o no, sino a cierto nivel espiritual.
La razón por la que Rav Shimón no los juzga duramente por perder lo secretos que él les había dado es porque no tienen este “aire santo” o “Espíritu Santo”; es decir, reciben su sustento de aire y espíritu de otro lugar distinto a la Luz del Creador. Pero Rav Shimón bar Yojái continúa y dice: “Estas gentes…”, refiriéndose no solo a los babilonios sino a nuestra generación, “…tienen tan bajo nivel espiritual que no pueden evitar que el juicio llegue a este mundo”. No obstante, hay una gracia salvadora para ellos y nosotros. Aunque no están en ningún nivel espiritual elevado y no pueden atraer o mantener Luz, ni atraer o repetir sabiduría, lo que los salva es que “Yo, el cuerpo y alma de Rav Shimón bar Yojái, existo en este mundo”.
A continuación las palabras importantes que dice Rav Shimón bar Yojái: Soy la base, el sustentador y el protector de este mundo. En mi vida, mi Luz es tan grande que el mundo no tendrá penas, no sufrirá. Los juicios celestiales no pueden llegar a este mundo mientras yo esté en él. Esto es lo que aún protege a los babilonios y a quienes no se están conectando como deberían… (Pero) después de mí, no habrá ninguna alma ni generación con un alma tan grande como la mía que pueda proteger al mundo y eliminar el juicio de él.
Ahora bien, ¿eso significa que estamos condenados?
La respuesta es no. Lo que Rav Shimón bar Yojái dice es que no podemos esperar que un alma sea la protectora como él lo era en su época, sino más bien que nuestra responsabilidad es ser pequeños protectores hoy en día. Ninguno de nosotros será Rav Shimón bar Yojái y dirá: “Gracias a mí no habrá sufrimiento en este mundo”; nuestro trabajo espiritual por sí solo probablemente no podrá, tal y como Rav Shimón bar Yojái lo hizo, proteger al mundo entero. Pero aún así tenemos que empezar a vernos como protectores del mundo.
Como sabemos, y tal como mi padre, Rav Berg, decía siempre: la conciencia lo es todo. Por lo tanto, ¿cómo nos vemos a nosotros mismos? ¿Nos vemos como protectores de este mundo? Una de las cosas más importantes que podemos aprender a partir del dolor y las tragedias que vemos a nuestro alrededor en este mundo es motivarnos más que antes para convertirnos en mejores protectores. Tenemos que ver nuestra vida, lo que hacemos, las conexiones que hacemos y preguntarnos: ¿Qué acciones no debo permitirme o de qué manera tengo que motivarme para volverme un protector más fuerte de nuestro mundo? Esto tiene que ser una conciencia y un pensamiento significativos que cada uno de nosotros necesita tener acerca de sí mismo.
Rav Shimón bar Yojái lo explica claramente: en nuestro tiempo no habrá ningún alma que pueda ser la protectora de este mundo. Por esa razón, la responsabilidad se reparte entre todos nosotros. Cuando suficientes de nosotros nos veamos como protectores del mundo, cuando nos responsabilicemos, tengamos esa conciencia y hagamos los cambios necesarios y nos movamos en esa dirección, entonces podremos darle verdadera protección a este mundo. Y en Shabat Vayigash, tenemos la oportunidad de despertar en nosotros dicha conciencia.