En la porción de Toldot dice que Yitsjak, el hijo de Avraham, excavó pozos de agua; primero en los mismos lugares en los que su padre los había excavado porque habían sido cubiertos por los habitantes de esa tierra, luego en dos lugares nuevos. La gente de la tierra, los pastores de Gerar, lucharon contra Yitsjak por esos dos pozos; reclamaban la propiedad del agua. Al final, Yitsjak excavó un tercer pozo por el que no hubo disputa. Y los kabbalistas explican que el secreto dentro de la historia de la excavación de los pozos es en realidad el secreto de la capacidad que tiene un individuo para desarrollarse espiritualmente.
"La Luz siempre está presente en Su forma más completa”.
En la esencia de la enseñanza de la Kabbalah, y de las enseñanzas del Arí y Rav Áshlag, hay un concepto muy simple: la Luz siempre está presente en Su forma más completa. Los únicos límites son si hay o no una vasija para esa Luz; y si la hay, cuál es su tamaño. Y mientras más grande sea la vasija, más Luz recibe el individuo. ¿Cómo creamos una vasija? Al sentir carencia. Una vez que lo entendemos, comprendemos la importancia de encontrar constantemente la carencia en nuestro interior. De hecho, incluso una persona que haga todas las cosas apropiadas a nivel espiritual, pero que no sienta una falta casi constante, está enormemente limitada en la cantidad de Luz que puede atraer… Debido a que, si no hay vasija, no hay lugar en donde se pueda recibir la Luz.
Por lo tanto, uno de los aspectos más importantes de nuestro trabajo espiritual debe ser buscar carencia, excavar en busca de ella; eso es lo que Yitsjak estaba haciendo. No quiere decir que diariamente iba a excavar un pozo físico. Más bien se sentaba en la mañana y hacía introspección para ver lo que le faltaba en el plano espiritual y la razón por la que necesitaba desesperadamente la Luz del Creador.
La Kabbalah enseña que hay cinco niveles del alma: Néfesh, Rúaj, Neshamá, Jayá y Yejidá. Una persona que siente un poco de carencia construirá una estructura espiritual que le permita solo recibir bendiciones en el nivel más bajo, Néfesh. Una persona que excava más profundo y se toma el tiempo de darse cuenta de las áreas en las que tiene carencias y en qué aspectos necesita urgentemente recibir la ayuda de la Luz del Creador, recibirá bendiciones del próximo nivel; y así sucesivamente. Mientras más profundo excave, más profunda será la carencia; mientras más alta sea la estructura, más Luz y bendiciones recibirá la persona.
Esto no era solo un día de trabajo para Yitsjak; era algo constante. Comenzaba su día diciendo: “Tengo que descubrir cuáles carencias tengo dentro de mí”. Por supuesto, es más fácil encontrar qué nos falta a nivel físico, que también es importante porque si no excavamos el pozo físico, no obtendremos la Luz para llenarlo. Pero si una persona no excava también el pozo espiritual, si no hace introspección y dice: “Estas son las áreas en las que necesito urgentemente la Luz del Creador”, entonces, reitero, podrá hacer todo el trabajo espiritual, pero no hay una base o vasija para recibir las bendiciones.
"Tenemos que excavar en búsqueda de la carencia”.
Así pues, cuando dice que Yitsjak comenzó a excavar significa que lo primero que hacía a diario era preguntar en cuáles aspectos de su vida y trabajo espiritual necesitaba la Luz con urgencia. ¿Podemos decir con sinceridad que tenemos algo en lo que sentimos que necesitamos la ayuda urgente de la Luz del Creador? Si la respuesta es no, tenemos que darnos cuenta de que toda la Luz que podríamos recibir diariamente será limitada. Nos despertamos en la mañana, nos sentimos relativamente bien, seguimos adelante y hacemos nuestro trabajo espiritual pensando que al hacerlo recibiremos bendiciones y Luz. Pero sin la profundidad de la base, no es posible. Claro, si sentimos un poco de carencia, podemos atraer un poco de Luz ese día, pero será limitada. Por lo tanto, lo que la porción de Toldot nos dice es que el secreto de excavar los pozos comienza con esto; esta tiene que ser literalmente la base de nuestro trabajo espiritual, todos los días. Tenemos que excavar en búsqueda de la carencia.
Dice que Yitsjak discutió con los pastores de Gerar. La palabra Gerar se traduce en hebreo como “ser arrastrado”. ¿Qué significa esto? Nos comparamos con los demás o somos “arrastrados” por ellos. Los pastores de Gerar recibían su sustento basados en dónde estaban los demás: “Soy mejor que muchas personas que conozco, así que estoy bien”. Por eso, cuando dice que los pastores de Gerar discutieron con Yitsjak cuando estaba excavando los pozos, hace referencia a la fuerza que le decía: “Comparado con los demás, estás bien. No te preocupes mucho, solo haz tu trabajo espiritual”, tratando de convencerlo de que no necesitaba excavar más profundo. Esa es la batalla entre Yitsjak y los pastores de Gerar; la batalla entre nuestra conciencia verdadera, que sabe cuán urgentemente necesitamos excavar para encontrar una carencia a fin de poder crear una vasija a la que pueda llegar la Luz del Creador, y la conciencia de Gerar, ser arrastrado hacia donde están los demás, un lugar en donde no se siente mucha carencia. Ese es el secreto detrás de la discusión entre Yitsjak y el pueblo de Gerar.
Y esto, como dijimos, debe entenderse como una base para nuestro trabajo espiritual. Excavar significa darnos cuenta de cuán profunda y enérgicamente necesitamos la Luz del Creador, darnos cuenta de cuán urgentemente necesitamos cambiar en una u otra área de nuestra vida. Por eso, el nivel de excavación tiene que ser la base, porque sobre ella se construye todo nuestro día, semana y vida. Debemos construir los cinco niveles, la estructura espiritual. Entonces, la pregunta que debemos hacernos cada mañana es: ¿Estoy preparando mi vasija para recibir hoy? ¿Estoy excavando para encontrar carencia? Porque cuando despertamos en la mañana y nos damos cuenta de cuán urgentemente necesitamos la ayuda de la Luz del Creador, construimos para ese día una vasija en la que la Luz y las bendiciones que podemos atraer son ilimitadas.