La porción de Vaerá comienza con uno de los más dramáticos y famosos eventos de la Torá: el viaje de los israelitas cuando salieron de Egipto conocido como Éxodo. Se han hecho muchas películas sobre esta historia y específicamente sobre el gran fenómeno de las diez plagas.
Mi maestro, Rav Berg, siempre preguntaba, “¿Cuál es la conexión entre una historia que ocurrió hace unos cuantos miles de años y mi vida? ¿Qué relación tiene esa historia conmigo hoy en día?”.
El Zóhar revela que Egipto representa una fuerza en nuestra vida que nos limita en el proceso de alcanzar nuestro más grande potencial. A menudo, en lo más profundo de nuestro ser, sentimos que hay algo grande en nuestro interior, un gran potencial que aún no ha sido revelado. Sabemos que podemos hacer mucho más para ir más allá de donde estamos actualmente. Desafortunadamente, hay una fuerza que no nos permite avanzar. Puede ser la duda en nosotros mismos, miedo, ira, necesidad de controlar, celos, complacencia u otra fuerza negativa limitante. Nos sentimos atrapados en una jaula. Esto es “Egipto”.
En la porción de Vaerá comenzamos el proceso de salir de esta jaula invisible. La primera vez que la Luz del Creador ayudó a la humanidad en el proceso de liberarse de su propia jaula fue en el antiguo Egipto. El Creador se ha revelado cada año desde ese momento para ayudarnos en este proceso.
¿A cuántos de nosotros nos parece que hay áreas en nuestra vida en las que sentimos que estamos en “Egipto”? Podría ser una relación en la que estamos “estancados” y no sabemos cómo avanzar, o que estamos en un trabajo que no nos satisface completamente, o tenemos un negocio que acabamos de abrir pero que no está dando frutos.
Hay una clave en la porción del Zóhar de esta semana que nos puede ayudar antes de empezar “el viaje del Éxodo”:
Cuando Yisrael salió de Egipto, no conocían al Santísimo, bendito sea Él. Cuando Moshé llegó a ellos, les enseñó este primer Precepto, como está escrito: “…y sabrán que Yo soy Hashem su Elohim que los saca…” (Shemot 6:7). Si no fuera por este Precepto, los hijos de Yisrael no serían fieles A HaSHEM, AUN DESPUÉS de todos estos milagros y actos poderosos que el SANTÍSIMO, BENDITO SEA ÉL, realizó para ellos en Egipto. Después que conocieron este Precepto en lo general, milagros y actos poderosos fueron realizados para ellos, PORQUE YA ESTABAN SEGUROS DE QUE CREERÍAN EN HaSHEM A TRAVÉS DE ELLOS, COMO ESTÁ ESCRITO: “Y VIO YISRAEL...Y CREYERON EN HaSHEM, Y EN MOSHÉ, SU SERVIDOR” (Shemot 14:31).
~El Zóhar, Vaerá, 57
Lo primero que Moshé le enseñó a los israelitas antes de dejar Egipto es saber que el Creador mismo es quien los saca de allí.
Cuando pasamos por momentos difíciles (o ‘Egipto’) en nuestra vida, ¿cuántos de nosotros piensa que una solución u orientación vendrá directamente a través de la Fuerza de Luz del Creador? ¿Cuántos de nosotros lo sabemos?
La tendencia es pensar “encontraré un solución”. Sí, necesitamos hacer un plan, buscar soluciones, pedir ayuda e intentar maneras distintas de lidiar con nuestros asuntos. Lo que el Zóhar nos dice es que antes de buscar la solución, hacer un plan, pedir ayuda o hasta usar las herramientas espirituales (el Zóhar, los 72 nombres, etc.), debemos saber que la Fuerza de Luz del Creador es quien permitirá la transformación y producirá el avance en la situación.
Si aplicamos este conocimiento en nuestra vida, repitiéndonoslo una y otra vez, puede cambiar completamente la manera en la vivimos nuestros momentos “Egipto”. Cuando nos enfrentamos a un momento difícil, oscuridad, confusión o falta de orientación, debemos decirnos, “Sé que sólo la Fuerza de Luz del Creador transformará esta situación y producirá un avance. Sin la Luz estaré limitado en la creación de un avance real, sin importar que tan perfectos sean mis planes e ideas”.
Una vez que lo internalicemos y lo sepamos, el Zóhar promete que los milagros y actos poderosos se realizaron para ellos.
Rav Berg solía repetir una y otra vez: sólo con la ayuda de la Luz podemos transformar lo imposible en posible. El Rav dice que “creer” incluye dudar, pero “saber” es certeza sin ninguna sombra de duda.
Con la Luz de la porción de esta semana deberíamos pedir fuerza y mérito para apropiarnos de este concepto y hacerlo parte de nuestro ser, atrayendo de ese modo increíbles milagros y bendiciones a nuestra vida.