La porción de Mikets tiene mucho que ver o, más bien, es la fuente de la mayor parte de la película “Yosef y su sorprendente manto de sueños en Tecnicolor” de Andrew Lloyd Webber. La historia habla del faraón egipcio de aquella época quien vio en su sueño que siete vacas flacas se tragaban a siete vacas gordas. Ninguno de sus consejeros pudo interpretar ese sueño, pero uno de ellos recordó a un prisionero que era famoso por sus interpretaciones de los sueños. El prisionero, Yosef, fue llevado ante el faraón, él interpretó que las siete vacas sanas representaban siete años de prosperidad mientras que las siete vacas flacas representaban siete años de hambruna. Como resultado del consejo de Yosef, el faraón hizo que Egipto fuera próspero y tuviera recursos en abundancia mientras que el resto del mundo sufría de hambruna extrema. La porción termina con la historia de la reunión de Yosef con sus hermanos, quienes lo vendieron como esclavo cuando era adolescente; una reunión potencialmente hostil que terminó desarrollándose, de cierta manera, sin resentimiento, rencor ni venganza.
El Zóhar nos dice que la porción de esta semana, y la energía de Yosef en general, enriquecen nuestra propia vida con la energía de abundancia y prosperidad específicamente. ¿Cuál es la relación?
Comencemos con un poco de contexto:
Aquí tenemos el diagrama de las Diez Sefirot o emanaciones (también llamado Árbol de la Vida).
La Kabbalah explica que la fuerza oculta del Creador se manifiesta en nuestra vida a través de estos diez niveles. El décimo nivel es único en el que hay fisicalidad, en el que podemos tocar, ver y sentir; se llama Maljut, y es el nivel de los resultados y la manifestación. Sin embargo, Maljut sólo representa el 1% de la realidad, el otro 99% de nuestra vida está más allá de este plano. En otras palabras, un manzano no aparece de la nada, hay una fuerza oculta en la semilla que indica cómo se manifestarán el árbol y las manzanas que saldrán de él. Esa fuerza oculta está en los otros nueve niveles que están por encima de Maljut.
Según la Kabbalah, la fuente de todas las bendiciones en nuestra vida —nuestra salud, hijos, sabiduría, éxito, creatividad— es la Fuerza de Luz del Creador. ¿Yo inventé mis talentos o estos me fueron dados? También me fueron dadas las oportunidades que se me presentan, la gente que me rodea y todo lo demás. La Fuerza de Luz del Creador es la misma fuente que alimenta a la naturaleza en todo su esplendor, la magia de nuestro universo y la creatividad e imaginación de la humanidad.
Desafortunadamente, no importa cuán bondadosos, generosos o brillantes seamos, de vez en cuando las cosas se estancan. La creatividad se disipa, el cuerpo se debilita, la inspiración disminuye. Hay momentos en los que las cosas van bien y otros en los que no tanto. Así es el juego de la vida, ¿no?
De regreso a nuestra historia…
Aunque Yosef era un ser humano físico detestado por sus hermanos, encarcelado en tierra extranjera y acusado de crímenes que no había cometido, también era lo que llamamos una carroza o merkavá en hebreo. Era una persona física que alcanzó un nivel metafísico. Él alcanzó el nivel por encima de Maljut, el nivel llamado Yesod.
Yesod es un plano más allá de nuestra conciencia. Mientras que Maljut es regida por el ego, donde todo es “yo, yo, yo”, Yesod es el lugar en el que son canalizadas las bendiciones de los mundos superiores. Yesod es como el cuello de una botella y Maljut es el vaso que recibe lo que sale de ella. Todo debe pasar por Yesod para manifestarse. Incluso la energía de sanación, un impulso inmaterial del sistema inmune, debe manifestarse metafísicamente a través del puente de Yesod, esa conexión entre lo físico y lo metafísico.
Yosef vivía en el mundo físico, pero se convirtió en la carroza de Yesod para ayudarnos a cada uno de nosotros a conectarnos con ese punto de acceso a todas las bendiciones. Su proceso de vida, la manera en la que enfrentó sus desafíos y se mantuvo conectado con la Fuerza de Luz del Creador frente a las dificultades puede ser usada tanto para aprender como para energizarnos. Si podemos acceder a Yosef y a Yesod en nuestra conciencia, podremos controlar las bendiciones y la prosperidad en nuestra propia vida.
Esta semana tenemos la oportunidad y la bendición de acceder a Yesod, especialmente con la energía de Janucá. Tenemos una oportunidad, a través de la lección del Zóhar, de concentrarnos en elevar nuestra conciencia al nivel de Yesod y, como consecuencia, permitir que la energía de abundancia y prosperidad se extienda en todos los aspectos de nuestra vida.
Herramientas para conectarte con Mikets:
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