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Escoger ayuda únicamente de la Luz del Creador

Michael Berg
Diciembre 1, 2021
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La porción de Mikets comienza hablando del momento posterior a los dos años adicionales que Yosef estuvo en la prisión, para un total de doce años, por un crimen que no cometió. Yosef finalmente está por salir y debería ser un momento feliz. Sin embargo, la porción comienza con la palabra vayejí, la cual tiene una connotación negativa. ¿Por qué?

Los kabbalistas explican —y hay varias enseñanzas al respecto— que la razón es porque Yosef, debido a su propio proceso espiritual, purificación y corrección, debía permanecer en la prisión solamente por diez años, no doce. Mikets comienza al final de esos dos años; ¿qué tienen de especial estos dos años?

Al final de la porción anterior, Vayeshev, Yosef está en la prisión junto al copero y el panadero del Faraón, y ellos tuvieron sueños que Yosef interpretó. Yosef le dijo al panadero que iba a ser colgado y al copero que regresaría a su posición. Yosef le pidió al copero que, por favor, se acordara de él ante el Faraón cuando regresara a su posición para ayudarlo a salir de la prisión. No obstante, en el último versículo de la porción anterior de Vayeshev, el copero no recuerda a Yosef.

Por lo tanto, la enseñanza literal de esta historia es que Yosef cometió un error y no debía pedirle al copero que lo ayudara. Y debido a que cometió ese error y puso su confianza y certeza en la ayuda del copero, en consecuencia es como si hubiese sido castigado y estuviera dos años más en la prisión. Entonces, la porción de Mikets comienza con la palabra vayejí, porque los dos últimos años son una lástima ya que Yosef no necesitaba estar en prisión esos dos años.

Parece que Yosef cometió un error por el que fue castigado, y recibió dos años adicionales en prisión, pero esa no es la forma en que esta historia debería entenderse. Existe un concepto que los kabbalistas enseñan el cual dice que una persona es dirigida y se le permite ser guiada hacia el camino que decida seguir. Sin embargo, el peligro de hacer esto, poner nuestra confianza y certeza en las personas, ya sea un doctor, un abogado, un amigo, un asesor o en nosotros mismos, es que una vez que decidimos que nuestra asistencia vendrá de una persona, una situación o de nosotros mismos, eso es lo que va a ocurrir. Y esta es usualmente una decisión inconsciente.

Yosef no sabía esto, pero el Creador ya estaba listo para liberarlo en el último día de sus diez años de encarcelamiento. El Creador lo tenía todo listo. Y no hay nada de malo en que Yosef le pidiera al copero que lo recordara con el Faraón; el error no fue que le pidiera asistencia al copero, sino que, consciente o inconscientemente, decidió que el copero iba a ser el camino por el que sería liberado. Una vez que Yosef decidió que el copero lo iba a ayudar y lo mencionaría frente al Faraón, y que la forma en la que saldría de prisión sería gracias al copero, el Creador dijo: “Yo quería ayudarte el día de hoy, pero tú no quieres. Y debido a que tú decidiste que el copero te ayudaría, has hecho de ese tu camino. Ahora no sé cuántos años más tardarás en salir de prisión”. Tomó dos años para que Yosef saliera de prisión gracias a las habilidades del copero; pero con la habilidad del Creador todo habría sucedido en tan solo un día.

Quiero aclarar que Yosef no estaba siendo castigado. No era que el Creador estaba diciendo: “Ya que no confiaste en Mí y confiaste en él, te voy a castigar y a dejarte en prisión por dos años más”. No, el Creador estaba diciendo: “Yo realmente quiero ayudarte, pero tú decidiste que la asistencia del copero sería tu camino hacia la libertad, y Yo debo acatar tu decisión. Por ello, Yo quiero ayudarte hoy mismo, pero este otro camino tomará dos años”.

Hay muchos momentos, incluso en nuestra propia vida, en donde hay personas que recurren a nosotros por asistencia, pero sabemos que no podemos ayudarlos en este momento, sabemos que tienen que seguir su propio camino y quizá regresarán. Desafortunadamente, muchas veces sucede que una persona puede venir a ti y tú sabes que para que esa persona mejore y tenga éxito tiene que hacer ciertas cosas. Pero ella no está abierta a escuchar esas recomendaciones de tu parte, así que no vas a castigarla al no decírselas. Simplemente sabes que darle o no las recomendaciones no hará ninguna diferencia. Ellos tomaron la decisión y tú tienes que aceptarlo, y puede que entonces el proceso les tarde cinco, diez o veinte años.

De nuevo, para estar claros, no había nada de malo en que Yosef hablara con el copero y pensara que no era coincidencia que hubiese llegado a su vida, y luego que le pidiera que hablara con el Faraón. El problema está en lo que Yosef estaba pensando cuando hizo esa petición. En lo que debía pensar era: “No sé si me vas a ayudar. No sé si va a suceder de una forma o de otra. Yo solo quiero que la Luz del Creador me ayude. No quiero que mi sabiduría, mi cerebro, mi lógica o una persona haga el trabajo. Si el Creador quiere que esta persona esté en mi camino, que así sea. Y si no, que sea alguien más. Porque yo solo quiero la ayuda del Creador, no quiero que sea mi lógica ni esta persona”.

Si Yosef hubiese mantenido esa claridad, habría salido de la prisión el último día del décimo año. Pero debido a que decidió que el copero iba a ayudarlo, el Creador dijo: “Quiero darte una salida más rápida, pero tienes que seguir este camino”. Los dos años no fueron un castigo. Fueron simplemente un proceso que Yosef escogió. Y cada uno de nosotros, cada día de nuestra vida, escoge un proceso cada vez que decidimos un camino, ya sea consciente o inconscientemente.

Esto no quiere decir que no debamos hacer planes o que no debamos pedir la ayuda de otras personas. Pero deberíamos hacerlo teniendo la conciencia clara acerca del hecho de que no queremos recibir nuestras bendiciones y nuestra ayuda de nuestra propia lógica, o de una persona o situación. Sí, podemos utilizar la ayuda cuando llegue, porque puede que sea la forma en la que el Creador quiera hacerlo, pero solo queremos la ayuda del Creador. No debemos poner nuestra confianza en una persona, en una situación o en nosotros mismos; más bien debemos decir: “Sí, haré estas cosas porque puede que esta sea la forma en la que el Creador quiere que suceda todo. Mantengo mi certeza en la Luz del Creador. Solo quiero la ayuda del Creador”. El Creador nunca nos castiga dándonos procesos más largos, Él obedece a nuestra decisión. Una vez que decidimos que una persona, nosotros mismos o nuestra lógica serán los que nos lleven a donde queremos estar —ya sea espiritual o físicamente, en lo negocios, en la salud, etc.—, el Creador tiene que obedecer.

Puede que el Creador quiera darnos nuestra bendición el día de hoy, pero si escogemos a cierta persona para que nos dé la bendición, entonces ese es el camino que seguimos; y puede tomarnos cinco o diez años, o quizá la bendición nunca venga de esa persona en absoluto… pero nosotros tomamos una decisión y el Creador tiene que obedecerla. Y de nuevo, con respecto a Yosef, el Creador no lo castigó agregando dos años a su sentencia; simplemente Yosef puso su confianza en el copero y el Creador tuvo que aceptar esa decisión.

El regalo y el entendimiento que queremos recibir de este Shabat es nunca poner nuestra confianza en nada excepto la Luz del Creador. Y de nuevo, esto no quiere decir que no usemos la lógica, no quiere decir que no vayamos a ver a un doctor, un abogado, un contador o un asesor. Pero tenemos que ser cuidadosos porque forma parte de nuestra naturaleza el decir: “En esto es en lo que voy a confiar. Esto tiene sentido. Este es el proceso que escojo”, ya sea consciente o inconscientemente. Pero una vez que tomamos esa decisión, estamos diciéndole a la Luz del Creador: “No te metas en esto. Es de esta forma como todo va a funcionar”. Y el Creador responde: “Me encantaría darte la bendición el día de hoy. Me gustaría darte una bendición más grande justo ahora. Pero tú has escogido este camino. Debes seguirlo. Y puede que este camino te guíe hacia la bendición en cinco años o en diez, o quizás nunca la recibas. Pero no puedo interferir en la decisión que has tomado ni en el proceso que has decidido llevar”.

Por lo tanto, una de las cosas que queremos recibir en este Shabat es poder asegurarnos de que no estemos bloqueando la Luz del Creador con nuestras decisiones. Y lo que esto significa es que en cada decisión que tomemos, mantengamos la claridad y digamos: “No estoy escogiendo este camino hacia mi sanación. No estoy decidiendo que este sea mi camino hacia el éxito en los negocios. No estoy decidiendo que este sea mi camino hacia el crecimiento espiritual. Pienso que esta puede ser la manera en la que el Creador quiere manifestarse ahora, pero yo solo quiero la asistencia del Creador. No quiero la asistencia de nadie más, ni siquiera la mía”. Y cuando mantenemos esta claridad, el Creador puede derramar Sus bendiciones sobre nosotros todo el tiempo, de forma más rápida y con más grandeza que cualquier otro proceso que hubiésemos escogido.

Nuestra naturaleza nos guiará a tomar decisiones y a seguir ciertos caminos. Cada día tomamos decisiones, cada día caemos en esta trampa de poner nuestra confianza en otra persona, o caemos en la trampa de confiar solamente en nosotros mismos, en nuestras decisiones o en nuestra lógica. Lo que eso le dice al Creador es: “No puedes ayudarme ahora. Yo he elegido este camino”. Y el proceso puede tomar un año, diez años, o puede que nunca acabe. Necesitamos luchar contra ello y decir que solo queremos la Luz del Creador constantemente. Sí, utilizaremos las herramientas que tengamos disponibles. Pero cuando no ponemos nuestra confianza en otra persona, situación o en nosotros mismos, permitimos que la Luz del Creador entre todo el tiempo, de forma inmediata y con bendiciones cada vez más grandes.

Y con la asistencia de Shabat Mikets, recibimos el regalo de la claridad para no escoger nuestro camino o nuestro proceso al poner nuestra confianza en las personas o en las situaciones, y por ende, no bloqueamos la Luz del Creador.


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