Este artículo sobre la porción de la semana fue publicado originalmente en 2018.
Muchos de nosotros quizá recordemos cuando en nuestra niñez tomamos por primera vez una piedra y la lanzamos a un lago. Quizá recordemos visualmente las ondas que se formaron en el agua. La imagen que primero estaba intacta en el lago se desestabilizó y se rompió. Probablemente conocimos en aquel momento el poder que tenemos para crear cambios en el mundo. Con tan solo lanzar una piedra vimos que la imagen se rompía y descubrimos nuestra influencia. La vida es como ese lago. Lo que lanzamos al universo es reflejado en nuestra propia vida. Al igual que cuando nos miramos en un espejo, cuando sonreímos al universo, el universo nos sonríe. También ocurre con lo opuesto, si fruncimos el ceño, la imagen también lo hace. Crear la energía de amor creará una hermosa imagen para nosotros. Esta es la magia de la interconexión de la vida. Cuando aumentamos la cantidad de amor y bondad que existe en el mundo, nosotros somos los que en efecto nos beneficiamos más de dichas acciones. Esta semana recibimos el apoyo para recordar el poder que tenemos para producir un cambio duradero en nuestra vida. Recordamos la capacidad, y la responsabilidad, que tenemos para hacer el bien a los demás.
"Nunca es demasiado tarde para iniciar el camino espiritual”.
Para hacer esto, nuestra guía es la porción de Bejukotái. Bejukotái es la última porción del tercer libro de los Cinco Libros de Moshé, también conocidos como la Torá. Hemos pasado las últimas semanas siendo fortalecidos con la energía para ayudarnos a mejorar nuestra vida. Cada semana, el Creador envía una energía única y vital para ayudarnos a lo largo de nuestro camino. La Torá es una de las herramientas más poderosas para ayudarnos a mejorar la calidad de nuestra vida. La historia de Bejukotái explica el camino de la espiritualidad y los regalos que nos fueron dados a través de la Torá. Aprendemos más sobre el funcionamiento del universo y la capacidad que tenemos para ser una fuerza creativa de bondad en este mundo. Bejukotái habla también sobre la negatividad que podemos atraer a nuestra vida si, Dios no lo quiera, inyectamos negatividad en el universo. Pero aún más importante, aprendemos sobre nuestra capacidad para imitar el comportamiento del Creador y crear bendiciones y regalos infinitos para nosotros y para el mundo. Somos fortalecidos con el conocimiento de que la vida puede ser buena y que podemos cambiarla si no es así. Bejukotái nos enseña que podemos atraer bendiciones a nuestra vida cuando nos comprometemos con un camino espiritual, un camino pavimentado con acciones de amor y dignidad humana. Ya que cuando damos, nosotros somos quienes más recibimos.
Nunca es demasiado tarde para iniciar ese camino espiritual y, sin importar cuántas veces nos salgamos del trayecto, siempre podemos regresar a él. Si nos encontramos en un espacio en el que las cosas no se dan como queremos, tenemos la capacidad para cambiarlas. Podemos comenzar en este preciso momento a enviar energía positiva al mundo y, en efecto, esa positividad fluirá de vuelta a nosotros. A veces todo lo que hace falta es tender una mano bondadosa para ayudar a un amigo o simplemente sonreírle a un desconocido que pasa. Dentro de cada uno de nosotros hay una cantidad de amor ilimitada que podemos dar, sin embargo, el amor es muy escaso en el mundo hoy en día. La bondad que impartimos a los demás crea un mundo hermoso lleno de amor y belleza, y a cambio refleja bendiciones de amor y belleza en nuestra propia vida.
"Todo en la vida está interconectado… La bondad que impartimos a los demás crea un mundo hermoso lleno de amor y belleza”.
En tus meditaciones de esta semana, visualízate en un cálido día de verano. Imagina que estás en la orilla de un hermoso lago en la montaña. El lago está liso como un vidrio. Ve en éste el reflejo del cielo azul y de la majestuosa montaña. La belleza y la gloria del Cielo se refleja en este mundo. Puedes ver que todo en la vida está interconectado. Ves la armonía y la unidad de todas tus acciones en este mundo. Sientes la paz de saber que cuando sonríes, el mundo te sonríe. Hay una conciencia profunda de que todos y todo está interconectado como dos manos sujetas. En efecto, tú tienes el poder de crear y atraer bendiciones. Eres libre de recorrer el camino de la bondad amorosa sabiendo que ésta regresará a ti. El lago está quieto y sereno, posee en su interior toda la abundancia y las bendiciones que la vida puede ofrecer. Cuando tu corazón late lleno de amor, sabes también que tu vida está llena exactamente de lo mismo.