Es parte de la naturaleza humana pasar por altibajos a lo largo de nuestra vida. Cuando las bendiciones llegan a nosotros y nos levantan el ánimo, nos sentimos bien y es más probable que llevemos Luz al mundo mediante la bondad y los actos de compartir. Si somos sinceros con nosotros mismos, podemos reconocer que cuando nos sentimos bien, hacer lo anterior no nos resulta difícil. Pero es cuando atravesamos los desafíos en la vida que debemos hacer el esfuerzo adicional para permanecer positivos y compartir la Luz.
En el Centro de Kabbalah aprendemos que tenemos más control sobre nuestras reacciones de lo que pensamos. Pero ¿por dónde comenzar? Cuando la vida nos presenta un conflicto, ¿cómo alineamos nuestras actitudes con la Luz? ¿Cómo nos enfocamos en el lado positivo de la situación cuando todo lo que sentimos es frustración, dolor, decepción y negatividad?
Podemos obtener nuevamente la sensación de control sobre los eventos en nuestra vida a través de la conciencia, al escoger la Luz en lugar de las reacciones, sentimientos y pensamientos negativos. Cuando cambiamos nuestra manera de pensar hacia lo positivo, comenzamos a reducir la influencia que la negatividad tiene en nuestra vida.
Michael Berg dice: “Si tus pensamientos están conectados con la Luz, entonces atraerás Luz y bendiciones a tu vida. Si tus pensamientos están conectados con las cosas que no son Luz ni compartir, entonces tu alma está desconectada de la Luz y como resultado no puedes manifestar Luz, no puedes ser feliz, no puedes asistir a otras personas; todas esas cosas que deseamos alcanzar en nuestra vida resultan imposibles de lograr cuando nuestra alma se encuentra en ese estado… y nuestra alma llega a ese estado debido a nuestros pensamientos”.
El primer paso es observar con minuciosidad tu comportamiento en el pasado. Cuando enfrentas una situación desafiante, ¿cuáles son los pensamientos a los que recurres? ¿Buscas culpar a alguien más? ¿Te hablas a ti mismo de forma negativa? ¿Explotas y diriges tu ira o frustración a otras personas? Sé franco contigo mismo y nota si tienes algún patrón y reaccionas de la misma manera en situaciones similares. A menudo creamos negatividad al permitir que esta tenga un espacio dentro de nosotros. Con el tiempo, esto se convierte en un hábito que es difícil de romper.
Luego de que puedas precisar el comportamiento, intenta pensar en alternativas distintas para manejar esos sentimientos. Llama a un amigo, sal a caminar, escribe en un diario o escucha música que te anime. Una vez que liberes tu mente del peso de los pensamientos negativos, pregúntate: “¿Qué puedo hacer para traer más Luz al mundo en este momento?”. Puede que la respuesta sea tan simple como sonreírle a alguien (¡o incluso sonreírte a ti mismo!). Cambiar tu perspectiva hacia una acción positiva y compartir tiene el poder de cambiar toda tu energía.
Michael Berg dice: “Una persona puede hacer el trabajo espiritual todo el día y toda la noche, pero si ha perdido la batalla de la mente, al igual que la mayoría de nosotros la ha perdido, es inútil. Pregúntate: ¿cómo son tus pensamientos durante el día? Si nuestra mente fuera nuestra y estuviera libre del control del Lado Negativo, nuestros pensamientos serían puros, positivos, claros y directos en todo momento, todos los días”.
Los pensamientos y los sentimientos pueden cambiarse con práctica y persistencia. Al escoger la conciencia de forma repetida, con el tiempo podemos romper patrones y hábitos negativos.
Detén los pensamientos negativos antes de que tomen el control sobre ti al ser proactivo y recordar que tus pensamientos son de hecho tu propia percepción. Al hacerlo, podemos canalizar nuestros pensamientos y, a la larga, cambiar los eventos en nuestra vida. Sé un canal para la Luz del Creador al escoger lo positivo.