Aprendemos de Rav Jayim Vital una historia sobre la vida del Arí. Usualmente, recibimos enseñanzas o conciencia del Arí, pero en este caso, cuando se trata de Simjat Torá, Rav Jayim Vital relata que este era uno de los momentos del año en los que el Arí no solo hacía las conexiones por sí mismo, cuando tenía a su grupo o estaba en su lugar de oración, sino que también hacía las hakafot (rondas). Rav Jayim Vital escribe que el Arí literalmente iba de un lugar a otro para encontrar más oportunidades para bailar con la Torá.
Esta historia nos indica que esta acción es extremadamente importante. El Arí explica que este último día de conexión se llama Sheminí Atséret, sobre el cual habla el Zóhar. Es un tiempo en que el Creador nos abraza total y completamente, y no hay abertura para la negatividad. Es cuando la totalidad de todo el trabajo que hemos realizado se manifiesta. Es un momento en el que recibimos toda la Luz que hemos despertado. El trabajo que hemos hecho y las bendiciones que necesitamos y deseamos tener en el nuevo año son despertadas debido a que el Zivug (la unión de Zeir Anpín y Maljut) está representado en este octavo día.
“Este último día de conexión… es cuando la totalidad de todo el trabajo que hemos realizado se manifiesta.”
Así que cada segundo que pasamos caminando o bailando junto a la Torá en rondas es otro segundo que atraemos de esa Luz. Por lo tanto, dice el Arí: “Fue bueno que haya hecho cuatro o cinco horas de mi propia conexión, ahora no quiero dejar de recibir. Tengo 365 días enteros de los cuales preocuparme; o no preocuparme, sino para los cuales atraer Luz”. Cada paso y minuto que mantengamos esa conciencia y seamos parte de esta acción se traduce en una gota más de Luz, una bendición más, un momento más de ayuda o alegría; es una hora, un día o un mes más de alegría que tendremos este año. Así que este es el momento en que, literalmente, tenemos una vasija ilimitada y estamos únicamente atrayendo Luz en cada segundo que estemos presentes con esta conciencia. Los mundos se están uniendo; el Creador nos está abrazando, listo para dar. Y cada paso que damos, cada vez que hacemos rondas con la Torá, nos estamos conectando con esa Luz interna del Creador que es la Luz de la Torá, y atraemos así bendiciones ilimitadas para todo este año.
“Este es el momento en que… estamos únicamente atrayendo Luz en cada segundo.”
Siempre tengo esta visión del Arí recorriendo la ciudad de Safed en una noche como esta, intentando encontrar una oportunidad más para poder bailar con la Torá, para hacer rondas con la Torá a fin de poder seguir atrayendo bendiciones ilimitadas, para sí mismo, para las personas que lo rodean y el mundo.