¿Recuerdas la secundaria? No hay otra época de nuestra vida que se le parezca; los bailes escolares, pasar notas en clase y la incomodidad de crecer y desarrollarnos.
¿Quién puede olvidar ese inestable momento de nuestra vida en el que las dos cosas que más queríamos eran encajar y sentirnos valiosos? Si solo hubiésemos sabido en ese momento lo que los kabbalistas saben que es cierto: todos encajamos. De hecho, cada uno de nosotros encaja de una manera tan perfecta en la vida que nadie puede ocupar nuestro lugar. Como las piezas de un rompecabezas esparcidas en una mesa, pasamos la etapa temprana de nuestra vida tratando de descifrar cuál es nuestro lugar. Esta búsqueda puede ser tan inquietante que es fácil olvidar que sí somos valiosos, cada uno de nosotros desempeña un papel igualmente importante en la película completa.
¿En dónde encajamos? Aunque comenzamos a responder esta pregunta en una etapa temprana de nuestra vida, algunos pasan toda su vida buscando la respuesta. Al hacer esto podemos concentrarnos demasiado en nuestro propio lugar en la vida. La Kabbalah nos enseña que mientras buscamos el lugar en el que mejor encajamos, también somos responsables de ayudar a otros a encontrar su lugar en la película completa. No somos ni los más importantes ni los menos importantes (nuestro ego querrá convencernos de lo contrario). Todos debemos ser tomados en cuenta, todos desempeñamos un papel esencial. La película completa no será íntegra hasta que cada uno de nosotros alcance la transformación espiritual.
Michel Berg dice que “La mayoría de nosotros cree que todo lo que necesitamos hacer es contribuir con una parte justa en traer el Guemar HaTikún, el fin del dolor y sufrimiento en el mundo”. Sin embargo, la vida no es una labor solitaria, debemos trabajar juntos.
Michael continúa diciendo que “Como otras personas también están involucradas en el proceso, creemos que algunas harán un poco más, otras harán un poco menos, pero unidos nuestras contribuciones equilibrarán la balanza, pero así no es como funciona.
Cada persona tiene un trabajo específico en este mundo que nadie más puede realizar. Si no hacemos nuestro trabajo, retrasaremos a los demás”. Todas las piezas del rompecabezas deben encontrar su lugar.
Nuestro lugar en este mundo es aquel en el que podemos producir los más grandes cambios y hacer la diferencia en la vida de otros. Nuestro lugar es aquel en el que crecemos, pero lo que debemos recordar es que “encajar” puede sentirse como no encajar al principio. Puede sentirse extraño mientras salimos de nuestra zona de confort para compartir y ayudar a otros. La incomodidad nos lleva a crecer, el crecimiento nos lleva a la transformación espiritual. Sabremos que hemos encontrado nuestro lugar cuando alcancemos la transformación espiritual.
Somos más importantes de lo que creemos. La manera en la que nuestras vidas encajan entre ellas nos fortalece, mejora nuestra experiencia y nos ayuda a crecer colectivamente. Sincronizar nuestras metas con la película completa ayuda a que todo esté en su lugar. Michael Berg dice que “Debes aprender a ver la unidad de tus propios intereses con los intereses de quienes te rodean. Todos ustedes forman parte de la Vasija que se partió en pedazos y que debe unirse nuevamente”. Unidos completamos la película.