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Conectarse con milagros constantes

Michael Berg
Julio 14, 2024
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Este artículo fue publicado originalmente en 2019.

El Zóhar, en Bejukotai, hace una aseveración impresionante con relación a la porción de Balak. Comienza con una cita de un versículo de la Haftará que leemos en el Shabat de Balak, del profeta Mijá (Miqueas), en el que el Creador nos habla a nosotros, diciendo: “Pueblo Mío, recuerda ahora lo que ideó Balak y lo que le respondió Bilaam”. El Zóhar nos dice que cuando clamamos al Creador y decimos: “Míranos, recuérdanos y contesta nuestras oraciones”, pero nuestras oraciones no obtienen respuesta, se debe a que no estamos recordando lo que el Creador nos dice que recordemos: toda la historia de Balak y Bilaam.

“El Creador hace milagros, y solo Él los conoce”.

Brevemente, la historia es de Balak, rey de Moab, y Bilaam, quienes eran grandes hechiceros. Balak despreciaba y temía a los israelitas, y sabía que él solo no era lo suficientemente poderoso para destruirlos porque ellos estaban protegidos por la Luz del Creador. Por lo tanto, él convenció a su enemigo, Bilaam, de que lo ayudara en su objetivo de maldecir a los israelitas.

Entonces, el Zóhar nos dice que hay una lección muy importante en la porción de Balak que es la razón por la cual nuestras oraciones no reciben respuesta. En la porción de Balak del Zóhar, hay una hermosa conversación acerca del versículo que dice: “El Creador hace milagros que solo Él conoce”. Balak y Bilaam estuvieron apunto de destruir por completo a todos los israelitas en el desierto, y nadie estaba al tanto de ello. Ni Moshé, ni Aharón, ni ninguno de los israelitas. Cuando leemos la historia, vemos que nunca hubo ninguna interacción entre los hechiceros y los israelitas. Los israelitas estaban viviendo sus vidas como si todo andaba bien, mientras que, simultáneamente, Balak y Bilaam, las dos fuerzas más negativas del mundo, se acercaban cada vez más a destruirlos.

Pero el milagro de que salvaran a los israelitas era un milagro sin igual, incluso mayor que la división del Mar Rojo y la salida de Egipto. ¿Por qué? Porque ninguno de los israelitas sabía que necesitaban este milagro. Nadie estaba orando por un milagro, nadie estaba pidiendo un milagro, nadie estaba preocupado por ello. “El Creador hace milagros, y solo Él los conoce”. Por ende, el gran secreto de esta porción es que en realidad estamos en mayor peligro cuando no tenemos idea de que estamos en peligro, y que ciertamente necesitamos la mayor ayuda cuando no tenemos idea de que necesitamos ayuda.

Cuando todo marcha bien con nosotros y nuestra familia, cuando todo anda bien, ¿recordamos la historia de Balak y Bilaam? Cuando todo está bien, ¿estamos igual de preocupados como cuando cuando un médico, abogado o alguien más nos dice que tenemos algo de qué preocuparnos? No. Vemos que todo está bien y no creemos que debamos preocuparnos, así que no nos esforzamos en nuestro trabajo espiritual ni en nuestras conexiones. Y luego, cuando algo sucede, es que nos esforzamos. No obstante, el Zóhar dice que si pensamos de esa manera, nuestras oraciones no tendrán poder y nuestra conexión con la Luz no será fuerte.

"Necesitamos la mayor ayuda cuando no tenemos idea..."

Si queremos que nuestras oraciones sean contestadas, si queremos una verdadera conexión con la Luz del Creador, tenemos que reconocer que hay fuerzas de negatividad infinitas en este mundo, y la única manera de estar protegidos de ellas es sabiendo esto. Si de verdad podemos vivir nuestra vida de esta manera, sabiendo que aunque todo parezca estar bien ahora no significa que no haya una fuerza negativa ahí afuera, entonces podemos estar protegidos. El Zóhar nos dice que cada día al despertarnos, hay fuerzas que intentan inyectar negatividad. Y por ende, cada día tenemos que luchar, orar y conectarnos para protegernos de las fuerzas que no tenemos idea de que intentan destruirnos.

Por lo tanto, es importante intentar vivir nuestra vida de esta manera, sabiendo que en cada momento no podemos ser descuidados con nuestras conexiones y nuestro trabajo espiritual, porque ese podría ser el momento en el que las fuerzas de Balak y Bilaam, las fuerzas de la negatividad, intentarán entrar. Y si en cada momento, indiferentemente de cuán bien marchen las cosas, nos esforzamos siempre en nuestra conexión con la Luz y nuestras oraciones, entonces las oraciones serán respondidas y podremos tener una verdadera conexión con la Luz del Creador.

Hay una historia que mi padre, Rav Berg, solía contar. Alguien se acercó a él y le dijo: “¡No va a creerme el increíble milagro que me ocurrió hoy! Estaba de camino al Centro y un auto chocó contra el mío; su auto quedó destruido, ¡pero yo solo tuve un rayón en el mío!”. A lo cual Rav Berg contestó: “¿En serio? Yo tuve un milagro aún mayor hoy. Yo conduje hasta acá y no ocurrió nada”. ¿Por qué? Porque el Creador está constantemente creando milagros para nosotros de los cuales no tenemos idea. Y si podemos entender eso, entonces podremos atraer a nuestra vida esos milagros y esa protección con regularidad.


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