Aún es difícil creer que mi esposo y nuestro maestro, Rav Berg, haya dejado este plano físico un día como hoy hace tres años.
La mayoría de las personas no tiene la vida que yo he tenido. No se casan con su alma gemela.
No viven con alguien por más de 40 años y logran mantener el amor todo ese tiempo. Claro, peleamos y nos gritamos como cualquier otra pareja casada, pero el resultado final siempre fue amor. Crecimos juntos. Permanecimos juntos. Luchamos juntos por las cosas en las que creíamos. Siempre fui los ojos del Rav y sé que ahora, sin lugar a dudas, el Rav está conmigo donde sea que yo esté.
Muy a menudo los estudiantes me preguntan: “¿Cómo puedo conectarme con el Rav?”. Por supuesto, como estudiantes y maestros del Centro podemos hacerlo en cualquier momento y en cualquier lugar, pero me gustaría usar este día en particular para mejorar nuestra conexión al contestar esta pregunta de la mejor manera que pueda.
Creo que una de las primeras cosas que pueden ayudarnos a conectarnos con el Rav es simplemente entender que podemos hacerlo. Cuando el Rav dejó este mundo, me tomó bastante tiempo darme cuenta de que realmente no se había ido. Tal y como en la historia bíblica en la que Yaakov no sabía que Yosef estuvo vivo los 17 años que pasó sin verlo, está escrito que la razón por la que no podía ver esta verdad es que estaba pasando por mucho dolor. Al principio quería mucho sentir al Rav, ahora puedo ver que no estaba lista aún. Me tomó tiempo, pero al final comencé a entender que sólo porque no vea al Rav no significa que él no esté allí y que no pueda vernos.
Lo segundo, que creo que cualquiera de nosotros como estudiantes del Rav deberíamos estar esforzándonos en hacer, es estudiar las enseñanzas de Rav y, más importante aún, aplicarlas en nuestra vida. Aunque ninguno de nosotros puede esperar estar, ni se espera que esté, en el nivel del Rav, lo que sí podemos hacer es tomar lo que nos dio y usarlo para aumentar nuestra capacidad espiritual un poco más cada día. El Rav siempre estará allí para quien haga el trabajo de reducción de su propio ego.
Por último, y creo que es lo más importante que podemos hacer, podemos meditar justo antes de ir a dormir y pedirle orientación al Rav. Podría venir en un sueño, de manera simbólica o quizá sólo sientas con más intensidad la presencia del Rav junto a ti al día siguiente. Recuerda, el espíritu es diferente cuando deja de estar limitado por el cuerpo y, debido a esa expansión, el Rav puede estar en varios lugares a la vez.
A veces, cuando me siento confundida y no sé qué decir, abro mi boca y las palabras que salen sé que no son mis palabras…
Sé que el Rav está conmigo. Sé que el Rav está con nosotros. Ahora y siempre.