En el Zóhar, en la porción Qui Tisá, Moshé les dice a los israelitas que él se irá y que regresará en 40 días. Sin embargo, los israelitas se equivocan calculando el momento de su regreso por seis horas y creyendo que él no volverá, crean el Becerro de Oro.
El Becerro de Oro, explica el Zóhar, era como una computadora, eso era todo lo que era. Hablaba, respondía preguntas, cantaba, hacía todas las cosas que hacen las computadoras hoy en día. ¿Era un dios? ¿Nosotros tratamos a las computadoras como un dios? No. Las vemos como una herramienta que puede ayudarnos. A pesar de que muchas personas confíen en las computadoras, nadie espera que su computadora lo guíe. Así que, ¿por qué los israelitas crearon el Becerro de Oro? No tiene mucho sentido.
El Zóhar nos dice que lo que ocurrió en el desierto hace 3400 años está ocurriendo hoy en día en nuestra propia vida, porque desafortunadamente la misma conciencia que existía en ese entonces, existe ahora. Muchas personas prefieren vivir con el Becerro de Oro, lo que significa, que aún consideramos que las cosas físicas que proveen entretenimiento y lujo son más importantes, y que tienen más significado en nuestra vida que nuestra conciencia.
La conciencia no es algo que podamos sentir y tocar, esto es lo que los kabbalistas quieren decir cuando dicen “mente (la conciencia) sobre (controla) materia (el aspecto físico)”. La frase “mente sobre materia” significa que nuestra conciencia controla nuestro mundo físico. Esta es una idea muy noble y bella, sin embargo cuántos de nosotros cuando estamos atrapados en una circunstancia en particular, nos rendimos ante la condición física o a la circunstancia de desesperación. Corremos a un abogado o un contador, sin pensar por un momento: "espera un segundo, yo puedo cambiar esto con mi conciencia". Lo que nosotros observamos como problemas en nuestra vida siempre se relaciona con algo de naturaleza física. Pero nunca hay errores, a menos que hayan errores en nuestra conciencia.
Ya que Moshé no estaba con los israelitas físicamente, a ellos les dio pánico la idea de quién iba a remplazarlo. Ellos necesitaban algo físico, así que permitieron que fuera el Becerro de Oro. ¿Suena familiar? La naturaleza humana tiene un impulso a creer que la existencia física es la única realidad. El Zóhar explica que de esto era de lo que se trataba el Becerro de Oro y por qué Dios le dijo a Moshé: "Baja y mira a tu nación". Dios no se refería a los israelitas, a la persona común. Dios se refería a "haam", aquellas personas conocidas como el "erev rav", quienes están decididos a asegurarse de que estamos atrapados sólo en este mundo físico, y que no quieren que desarrollemos conciencia.
En Éxodo 32:10 Dios le dice a Moshé: "Déjame sólo, permíteme destruirlos y hacerte una gran nación". Y Moshé le suplicó a Dios, diciendo: "No los destruyas". ¿Cómo podemos entender este verso? ¿Por qué Dios quería empezar todo de nuevo?
Sabemos por el Zóhar que esencialmente hay un propósito para la existencia: eliminar nuestro propio Pan de la Vergüenza y corregir los errores que hemos hecho en vidas pasadas, razón por la cual aún sufrimos el caos. Y así cuando Dios habló y dijo: "quiero deshacerme de estas personas y hacerte una nación grande", Él en realidad quiso decir que con la conciencia de Moshé de que el mundo físico es una ilusión, saber que la conciencia es lo que controla la realidad, y que la conciencia de que el mundo físico sólo está aquí para nosotros para que superemos la fuerte convicción de que esto es todo lo que existe, podemos eliminar todo el caos del mundo.
Esta porción del Zóhar es un recordatorio de que la intención original para nosotros era que entendiéramos que el aspecto físico fue creado para que pudiéramos eliminar los obstáculos del aspecto físico como el tiempo, el espacio y el movimiento con nuestra conciencia. Incluso, la única razón por la que estas limitaciones existen es porque nuestra conciencia está tan incrustada en la realidad física. Aquí, con estas palabras, Dios intenta que nosotros comencemos de nuevo con esa conciencia original.
Al enseñar la sabiduría del Zóhar intentamos cambiar la conciencia del aspecto físico a uno de Luz. Si los israelitas hubiesen hecho esto, no hubiese existido un Becerro de Oro.