Hay una sección en la porción Beshalaj que genera varias interrogantes. Dice: “Aquel día”, refiriéndose al día de la División del Mar Rojo, “los israelitas fueron salvados”. Los israelitas estuvieron en exilio durante 210 años con los egipcios, y luego la salida de Egipto fue la Redención. Pero enBeshalaj parece decir que lo que celebramos en Pésaj, la Redención de los israelitas de Egipto, no fue tan importante y que la División del Mar fue la verdadera Redención. Entonces, ¿cómo entendemos que la Torá descarta casi completamente todos los milagros de las Diez Plagas y de la salida de Egipto diciendo que esas cosas no significaron mucho, pero lo que ocurría “aquel día” es la gran Redención?
Los kabbalistas explican algo de lo cual Rav Berg hablaba a menudo: el único propósito del trabajo espiritual es la certeza en la Luz del Creador. Todo lo demás que hacemos y todas las acciones espirituales que llevamos a cabo son sólo para conducirnos a la certeza. La certeza es la meta. Cuando los israelitas estaban en Egipto, dice que aunque recibieron gran asistencia y Redención, no recibieron certeza. Ellos aún no estaban viviendo con certeza. Dice que sólo después de la División del Mar ocurrió la Redención… ¿Por qué?
Los israelitas no tenían certeza en Egipto y tampoco tenían certeza cuando salieron de Egipto. Tuvieron certeza sólo en ese día, y por ello la Redención ocurrió únicamente en la División del Mar. Sí, hubo una gran redención física cuando salieron de Egipto, pero la Redención real fue alcanzar certeza verdadera y duradera.
En la porciónBeshalaj, Moshé está orando al Creador y Él le dice: “Deja de llamarme. Di a los israelitas que deben ir y tú, Moshé, alza tu vara y divide el mar”. Hay dos órdenes separadas: “Di a los israelitas que deben ir”, y una para Moshé: “Alza tu vara”. Los kabbalistas explican la dicotomía entre lo que se les dice a los israelitas y lo que se le dice a Moshé. Es una enseñanza increíble y muy elevada; Rashi dice que si una persona tiene certeza por el propósito de recibir un milagro, el milagro no ocurrirá. Pero si una persona tiene certeza independientemente de lo que sucederá, entonces el milagro puede ocurrir. La mayoría de nosotros pensamos que necesitamos tener certeza para que los milagros ocurran. No obstante, aprendemos de Rashi que si tenemos certeza sólo para que un milagro ocurra, no sucederá.
Pero si tenemos certeza por el simple hecho de tener certeza, sin importar qué suceda, el milagro puede ocurrir.
Entonces, ¿por qué el Creador le dice a Moshé que deje de llamarlo? Porque cuando una persona ora y luego observa qué ocurre con esa oración, en realidad evita que ocurra el milagro por el cual está orando. Por lo tanto, el Creador le dice a Moshé que le diga a los israelitas que vayan; tal vez vivan, o tal vez mueran, pero no les digas qué va a suceder, porque si ellos van sabiendo que el milagro va a ocurrir, entonces no sucederá. Los israelitas deben llegar a tener certeza independientemente de lo que ocurra, porque si piensan que están teniendo certeza para que ocurra el milagro, no lo obtendrán.
Tener certeza para que ocurra un milagro no es certeza. La Redención real es tener certeza por el simple hecho de tenerla; así, el milagro puede ocurrir. Por ende, la Redención sucedió sólo en “aquel día” porque los israelitas llegaron a tener certeza real ese día. Y con la asistencia de Shabat Beshalaj, todos podemos al menos ser despertados para iniciar el proceso de alcanzar certeza verdadera y duradera.