“El regalo que se nos da en Yom Kipur no es religiosidad, sino una oportunidad para aumentar y mejorar la calidad de vida espiritual y física de todos los seres humanos”. –Rav Berg
Esta semana vemos que se acerca Yom Kipur, un día en el que enfrentamos a la oscuridad que está en nuestro interior, y analizamos todas nuestras acciones y hábitos negativos. Muchos de nosotros quizá deseamos evitar el día por completo porque se siente incómodo examinarnos profundamente. Es incómodo e incluso doloroso asumir nuestros actos desconsiderados y egoístas. Sin embargo, al reconocer nuestro egoísmo y el daño que les hemos hecho a los demás (ya sea intencional o no), nos abrimos a una profunda transformación espiritual y a muchas bendiciones.
Yom Kipur es nuestra única oportunidad del año para ampliar nuestra conciencia en gran medida, pero esto no ocurre de manera automática. Debemos realizar el trabajo. Dicho de manera simple, no podemos transformarnos sin reflexión. Cuando nos presentamos y somos sinceros sobre nuestras acciones, recibimos suficiente Luz como para ayudarnos a lograr grandes cosas en el año entrante.
Michael Berg compara este período intenso de reflexión con sumergirse en la Mikve, o el baño de limpieza espiritual, “Yom Kipur es una inmersión que puede eliminar por completo toda adhesión de negatividad. Pero la negatividad sólo puede ser liberada si estamos completamente inmersos”.
Eso significa que es necesario un examen propio exhaustivo y concreto.
La mejor manera de comenzar este tipo de trabajo espiritual es apartar tiempo para estar solos con nuestros pensamientos y meditar sobre cómo esperas cambiar. Ve a dar un paseo, o si estás haciendo ayuno, siéntate en un rincón tranquilo de tu casa en la que puedas dedicarle tiempo a la reflexión sin interrupciones. Aunque es cierto que algunas veces comprendemos cosas importantes cuando nos dedicamos a realizar actos mundanos como conducir al trabajo, lavar platos o bañarnos, es mejor que nos dediquemos por completo a realizar esta tarea.
El Zóhar nos dice que en Yom Kipur las acciones negativas que recordamos serán olvidadas y aquellas que olvidamos serán recordadas. Debe interesarnos dar nuestro mayor esfuerzo en este trabajo. Un compromiso a medias no nos preparará para la gran cantidad de Luz que está disponible en este momento del año. Al recordar e identificar cada aspecto de nosotros que deseamos cambiar, expandimos nuestra vasija para recibir las bendiciones que el Creador estaba guardando para nosotros.
La reflexión solitaria es una parte esencial del proceso de limpieza. Rav Berg dice: “Una de las maneras más fáciles de anular el Deseo de Recibir para Sí Mismo es sentarnos tranquilamente un momento y apartar el deseo específico que causó un accidente, pesar o sufrimiento a los demás. Debemos responsabilizarnos por los eventos y debemos decidir evitar que se repitan al destruir y cancelar el deseo que los causó. El momento en el que tomemos esta decisión, alcanzaremos un nivel alternativo de conciencia”.
La transformación duradera y verdadera está al alcance de quienes nos comprometemos a realizar este trabajo espiritual incómodo pero importante, y sólo si vamos más profundo y llegamos a estar cara a cara con las palabras hirientes que dijimos o las cosas egoístas que hicimos. Cuando deseamos de todo corazón eliminar la negatividad y los malos hábitos, podemos transformarlos de la manera más hermosa.