Este artículo fue publicado originalmente en 2018.
La porción Bejukotái comienza con Im bejukotái teleju, “Si siguen Mi camino”, venatati guishmeijem beitam, “merecerán todas las bendiciones que la Luz del Creador les pueda dar”. Y el Midrash habla en esta porción sobre el secreto de lo que significa “seguir un camino” aquí. Nos dice que el Rey David dijo: “Cada mañana me levantaba y tenía el plan de mi día, luego algo pasaba y mis pies me llevaban a un lugar de estudio u oración”.
“La mente puede ser una cosa muy poderosa”.
Entonces, ¿qué significa eso? Es una lección muy importante: por sí sola, la mente de una persona no tiene la capacidad para encontrar el camino correcto. A veces pensamos que si tan sólo tuviésemos más intelecto o tiempo, resolveríamos las cosas. Pero tenemos que llegar a entender que nuestra mente, incluso la mente más brillante, no puede encontrar el camino correcto por sí sola todo el tiempo. Esto no significa que no usamos nuestra mente, pero sí que comenzamos con la afirmación que dice: “Sé que sin importar cuán inteligente sea o cuánto entienda, la verdad primordial, dirección y respuesta es algo que está más allá de la capacidad de mi mente y de la mente humana en general. Por lo tanto, mientras vivo mi vida y a medida que transcurre mi día, sí, siempre uso mi mente, pero también atenúo mi mente”.
No alcanzaremos la verdad primordial ni la respuesta para cualquier pregunta que tengamos o cualquier orientación que necesitemos simplemente a través del entendimiento de nuestra mente. De nuevo, esto no niega la necesidad de usar la mente, pero sí que necesitamos tener la humildad y la claridad para aceptar que nuestra mente no nos llevará al final… no puede, está fuera de su capacidad. No obstante, al simultáneamente usar y atenuar nuestra mente, y constantemente recordar que el final del camino no puede ser el lugar al que nuestra mente quiere llevarnos porque ésta es limitada, recibimos los mensajes y orientaciones desde un nivel más alto, desde la Luz del Creador. A través de ese trabajo de conciencia —de atenuar nuestra dependencia en la manera en la que nuestra mente ve las cosas y comprender que nuestra mente por sí sola no nos llevará a donde necesitamos ir—, nuestra mente se eleva a un nivel superior.
“La mente tiene que pasar por la lucha para recibir la verdad”.
La mente puede ser una cosa muy poderosa, pero también puede ser una barrera entre nuestra vida y la Luz del Creador. Por eso, si bien tenemos que usar siempre nuestra mente, también tenemos que estar conscientes del hecho de que no debemos depender sólo de ella. Tenemos que atenuar constantemente nuestra mente en un modo que les permita a nuestros pensamientos elevarse y recibir desde un plano superior. Esto fue lo que dijo el Rey David. Él sabía que su mente estaba limitada y, como lo recordaba constantemente, siempre terminaba teniendo el pensamiento correcto y estando en el lugar exacto en el que necesitaba estar para aprender o conectarse. Y este difícil equilibrio entre la mente y la atenuación de la mente puede llevar a cada uno de nosotros al camino y al pensamiento correcto, tal y como le ocurrió al Rey David.
Ya antes hemos hablado de cómo las dudas y los miedos dañan los canales de apoyo que el Creador preparó para nosotros cuando nacimos, y hemos preguntado por qué esas dudas y miedos tienen que ser constantes. ¿Por qué no podemos pasar una semana sin que nada externo ni interno nos cause preocupación? La respuesta, la cual está relacionada con esta enseñanza, es que hay que luchar contra la mente. La mente tiene que pasar por la lucha para recibir la verdad. La mente tiene que ser bombardeada diariamente para que, cuando luchemos, la elevemos con el fin de encontrar la verdad y llevarnos al lugar correcto.
Por lo tanto, aunque queramos despertar la fuerza y el deseo de no caer ante la duda o el miedo, porque entendemos que hacerlo daña los canales de ayuda que el Creador preparó para nosotros, también queremos aceptar la batalla de la certeza. Ya que esa batalla permite que sea atenuada la mente en modo tal que luego podamos encontrar la verdad y estar en una situación en la que estemos abiertos a ver el camino correcto. Así pues, la batalla debe ser constante. Mientras más Luz recibamos en Shabat Bejukotái, más posibilidades tendremos de ganar esa batalla y de que nuestra mente comience a orientar nuestra vida hacia donde debe ir. Este es un gran regalo de elevación y conciencia que podemos recibir en este Shabat; uno con el que realmente podemos encontrar, de manera regular, tanto el lugar en el que debemos estar como la verdad de cada día.