Rav Berg enseñó hace muchos años que en la energía de esta semana está el secreto de la plenitud duradera. Tal y como una bombilla, necesitamos un filamento para disfrutar Luz duradera (plenitud espiritual) y obtenemos dicha Luz cuando usamos el poder de la restricción en nuestro comportamiento.
En términos kabbalísticos, la restricción es actuar de manera distinta a la que queremos en un momento determinado y convertir nuestra negatividad interior en algo positivo. Por ejemplo, “No quiero ir a mi entrevista de trabajo hoy porque tengo miedo de comprometerme con un nuevo trabajo”, pero, a pesar del miedo abrumador, voy a la entrevista de todas formas.
“Con nuestra restricción consciente revelamos Luz”
-Rav Berg, Iniciación a la Kabbalah.
Apliquemos esto en la principal enseñanza kabbalística, la “Certeza”. Cuando tenemos certeza sobre una decisión particular queremos tomar, ¡nos sentimos excelente! Todo es claro como el agua: estoy totalmente seguro de que es bueno para mí, en consecuencia, me siento feliz.
Imagina si cada paso en nuestra vida viniera con certeza y claridad automática, natural y sin necesidad de esfuerzo. ¡Imagina tomar decisiones de manera rápida y fácil en cada momento y no tener que enfrentar ninguna duda o miedo en el camino!
Suena muy bien, suena como que la vida sería mucho más fácil, pero ¡ahí está el problema!
La certeza verdadera y duradera sólo puede ser nuestra cuando la ganamos, es decir, cuando se nos pone a prueba para merecerla y pasamos dicha prueba. Debemos generar la certeza a través de la restricción consciente.
Tener certeza y actuar es casi imposible cuando tenemos miedos y dudas. Obtener certeza requiere una gran cantidad de restricción. Entre más grande sea la duda o el miedo que superamos, más grande es la Luz y la certeza que se revelan en el otro lado. Por ejemplo, entre más me moleste con alguien, más le puedo amar cuando nos reconciliemos. Sentirse feliz con una persona todo el tiempo no es tan poderoso como transformar los sentimientos negativos en positivos.
Si nunca tuviera dudas o miedos, podría sentirme mejor conmigo mismo, pero perdería la oportunidad de hacer restricción. Hace falta tener un alma valiente para enfrentar constantemente a la duda y al miedo; Karen Berg, la directora espiritual del Centro de Kabbalah, a menudo nos recuerda que debemos caer al fango para poder elevarnos.
¿En qué momento llega la mayor cantidad de dudas? Podemos estar 100% seguros de algo, cuando se acerca el momento de la verdad, ya no estamos tan seguros. Después quizás nos sintamos mal, inseguros, con miedo, apenados o simplemente perdemos el deseo de actuar. Pero espera, antes de caer en esas dudas es bueno recordar lo siguiente.
¡Ser más espiritual no significa no tener dudas y miedos! Por supuesto, debemos transformar esas dudas y miedos, pero el hecho de que aparezcan no es algo malo.
Si estamos haciendo nuestro trabajo espiritual, un ataque de dudas y miedos nos muestra que:
1. Estamos a punto de tener un gran avance.
2. Estamos creciendo espiritualmente y, en consecuencia, podemos resistir con más fortaleza, así probamos nuestra restricción a los miedos y dudas cada día más.
¿Cómo sabemos que estamos en el camino correcto, tomando las decisiones adecuadas y revelando Luz a nuestro paso? Si esas dudas y miedos aparecen pero los resistimos y continuamos, ¡entonces estamos bien! Las dudas y los miedos son mentiras inteligentes invocadas por el ego y sólo son una prueba. La verdadera certeza y deseo deben ser puestos a prueba.
¡Por supuesto, la meta no es tener sólo dudas todo el día! Rav Berg siempre decía que la “Certeza total” es la verdadera meta. Esta semana podemos comenzar a ver cómo esos momentos difíciles en nuestra vida son una prueba para ganar certeza total a través de la restricción.
Mientras recordemos decirnos que sólo es una prueba que superaremos con honores, la duda y el miedo se convertirán en nuestro trampolín hacia niveles superiores de espiritualidad.