La primera frase de la porción de esta semana dice: Qui tavó el haarets, vehayá qui tavó el haarets, “y sucederá que cuando entres en la tierra”, asher HaShem Eloheija notén lejá, “que el Creador te da”. Aquí Moshé les está hablando a los israelitas al final de los cuarenta años mientras él se prepara para dejar este mundo; ellos pronto entrarían a la tierra de Israel bajo el liderazgo de Yehoshúa.
Los kabbalistas enseñan que el secreto de este versículo, y por ende el secreto del Shabat de Qui Tavó, no se trata de entrar físicamente en la Tierra de Israel como los israelitas hicieron hace miles de años, sino de la elevación del individuo a lo que se conoce como el Mundo Superior. El Rav dice con frecuencia que la conciencia lo es todo; donde están los pensamientos y la conciencia de una persona, ahí es donde está esa persona. Así que la pregunta es: ¿cómo elevamos nuestra conciencia a ese Mundo Superior?
La respuesta es relativamente sencilla y simple si pensamos en ello.
Cuando damos importancia o nos enojamos o nos preocupamos por cosas de este mundo físico, es decir el mundo del Deseo de Recibir para Sí Mismo, que es lo que hacemos el 99 % del tiempo, lo que estamos haciendo es tomar nuestra conciencia y hundirla más en la materialidad de este mundo. Por ejemplo, cuando alguien diga algo que nos enoje, tenemos que preguntarnos a nosotros mismos: ¿Este es el tipo de cosas que le molestaría a un alma que se encuentra en el Mundo Superior, en un mundo que no tiene apego al ego? Si es algo que casi siempre nos enoja, nos afecta o nos preocupa, es porque estamos apegados a la materialidad de este mundo y a nuestro ego.
"¿Cómo elevamos nuestra conciencia a ese Mundo Superior?"
Esto también ocurre con las cosas que nos hacen felices y que disfrutamos; pero ¿cuáles son esas cosas? Si somos sinceros con nosotros mismos, nos daremos cuenta de que el 99,9 % de las cosas que disfrutamos no son cosas de ese mundo espiritual, sino que son cosas físicas de este mundo. Y eso es peligroso por muchas razones, porque uno de los propósitos en la vida es desapegarnos de este mundo y apegarnos al Mundo Superior. Esta porción también dice: vehayá qui tavó el haarets, y los kabbalistas explican que cuando vehayá se usa se refiere a alegría. Esto nos enseña que la única alegría que una persona puede experimentar realmente es elevarse a ese Mundo Superior. La verdadera felicidad es desapegarnos de este mundo físico y apegarnos al Mundo Celestial.
Así que, de nuevo, aquí la Tierra de Israel no se refiere a la tierra física como tal, sino al reino espiritual superior. Y tenemos esta decisión: ¿queremos continuar viviendo en el mundo del Deseo de Recibir para Sí Mismo, o queremos desprendernos y entrar, asher HaShem Eloheija notén lejá, a la tierra donde el Creador nos da Luz y bendiciones constantes? Muchos de nosotros, incluso aquellos que somos espirituales, pensamos que tenemos elección y que está bien permanecer relativamente apegados, diciéndonos a nosotros mismos: “Sé que a largo plazo probablemente no quiera estar apegado. Pero tengo tiempo, soy espiritual y estoy haciendo todas estas otras cosas”. Pero no hay elección, porque la razón por la que estamos en este mundo es para desapegarnos del mundo del Lado Negativo y apegarnos, en esta vida y en nuestra conciencia, al Mundo Superior. Y a través de eso, atraer bendiciones ilimitadas y milagros de la Luz. Este es un regalo increíble que la porción y el Shabat de Qui Tavó nos dan: la ayuda para elevar nuestra conciencia al Mundo Superior, al de la Tierra de Israel.