El mes de Aries (Nisán) es considerado como el primer mes de todos. Los kabbalistas dicen que el Creador le enseñó a Moshé un concepto relacionado con el principio del mes de Aries llamado Kidush HaJódesh, que significa “santificación del mes” o hacer que el mes sea santo. Como enseñan los kabbalistas, santo es una palabra que connota elevación; así pues en este caso, “santificación del mes” significa elevar el mes pero, ¿qué significa eso?
Todos nacimos con determinada naturaleza. Nuestra naturaleza es lo que nos lleva a hacer cosas egoístas, cosas provenientes del Deseo de Recibir para Sí Mismo o a hacer cosas positivas. Es importante entender que hasta aquellos que están involucrados en un trabajo o estudio espiritual viven la mayor parte de su vida dentro de los límites de su naturaleza. Nuestra naturaleza controla el 99% de todo lo que hacemos y pensamos, ya sea bueno o malo.
Seguir viviendo dentro de los límites de nuestra naturaleza es peligroso, hasta vivir dentro de una buena naturaleza, porque uno de los principios kabbalísticos más importantes es que venimos a este mundo para alejarnos de nuestra naturaleza.
Cuando intentamos ver y entender el propósito de nuestra vida, tenemos que tomar todo lo que cae en el plano de nuestra naturaleza y ponerlo a un lado. Tenemos que desprendernos de esa naturaleza para cumplir el propósito de nuestra vida en este mundo y, para hacerlo, hay que limitar nuestros actos egoístas y, aún más importante, esforzarnos por cambiar.
De hecho, el alma que no se aleja de la naturaleza con la que nació no es feliz. Cualquier tipo de infelicidad o tristeza que sentimos viene del hecho de que nuestra alma está triste, aunque nuestros actos sean espirituales y realicemos actos de compartir dentro de los límites de nuestra naturaleza. La tristeza de un alma proviene de vivir dentro de los límites de nuestra naturaleza, aunque sea buena. ¿Cómo nos apartamos de ella? Primero debemos desear y saber que no queremos vivir dentro de los límites de esa naturaleza, aunque sea buena, y que queremos alejarnos de ella. Uno de los propósitos del mes de Nisán es darnos la habilidad de separarnos de esa naturaleza.
Por eso los kabbalistas enseñan que cuando hablamos sobre Kidush HaJódesh, hacer que el mes sea santo y elevar el mes, significa que debemos separar el mes de nuestra naturaleza. Debemos saber que en la Luna Nueva podemos plantar las semillas para el mes siguiente. Nuestra vida y nuestro mes están preparados dentro de un camino basado en la naturaleza. Lo que tenemos que desear es alejarnos de esa naturaleza para elevar el mes. Haz que sea un mes diferente del que pudo haber sido porque sabemos que vivir dentro de nuestra naturaleza no satisfará nuestra alma ni es la razón por la que estamos en este mundo.
El Creador le habla a Moshé y le dice que tiene que santificar el mes en la noche de Rosh Jódesh de Nisán. Este es el momento en el que inicia nuestro deseo y conciencia sobre este mes. Sabemos que tenemos a nuestro alcance la Luz para vivir este mes de manera distinta a la que está naturalmente preparado y podemos tomar la decisión de elevar este mes para no vivir dentro de los límites de nuestra naturaleza. Queremos alejarnos de las cosas negativas, pero más importante aún, de las cosas positivas y los actos que nos conectan con la Luz del Creador porque aquellos que se hacen dentro de los límites de nuestra naturaleza no cumplen el propósito de nuestra alma en este mundo.
Los kabbalistas nos dicen que este es el mes para cambiar la naturaleza, pero si no entendemos en donde estamos, nunca podremos ir al siguiente nivel. Tenemos que conocer los límites de nuestra naturaleza y cómo la mayor parte de nuestra vida, en especial las cosas buenas que hacemos, aún están en el plano de esa naturaleza. El propósito del mes de Nisán es tener un mes que esté separado de nuestra naturaleza, un mes que esté elevado. Los kabbalistas nos dan la herramienta de la Luna Nueva del mes de Aries, el inicio de este mes, un mes en el que podemos pedir y recibir la fuerza, la conciencia y la habilidad para alejarnos de los límites de nuestra naturaleza.