"El color verde, de la vida, la sanación, la naturaleza y el equilibrio está conectado con ambos, Tiféret y Tauro."
Nos estamos acercando a la tercera de siete semanas del Ómer y corresponde con la Sefirá de Tiféret, la expresión de la belleza, el equilibrio y la sanación en el universo. No es coincidencia que también nos estamos acercando a la Luna Nueva de Tauro, el signo del Zodíaco que también está asociado con las mismas energías.
El verde, el color de la vida, la sanación, la naturaleza y el equilibrio está conectado con ambos, Tiféret y Tauro.
El chakra relacionado con Tiféret es el chakra del corazón. Cuando este chakra está equilibrado en nosotros, sentimos dicha, gratitud, amor y compasión. Confiamos y perdonamos con facilidad. Los desequilibrios y bloqueos en el chakra del corazón suscitan envidia, ira, cinismo, amargura y sensaciones de abandono.
La realidad es que la mayoría de la población mundial tiene problemas con este chakra, sin importar cuán espirituales, cariñosos o abiertos seamos. Cada uno de nosotros tiene pequeñas áreas en las cuales albergamos rabia, amargura, soledad o resentimiento. La pregunta es: ¿Cómo podemos emplear la energía de este mes para sanar esos aspectos?
La respuesta se encuentra en nuestra capacidad de abrazar el sencillo pero profundo entendimiento de que el mundo a mi alrededor y todos los individuos que están en él son parte de una magnífica sinfonía que MI orquesta está tocando. Y al igual que el director de una orquesta es responsable de la calidad de la música, nosotros somos también 100% responsables de todo lo que vivimos.
De todo.
Punto.
Ahora bien, muchos de nosotros —posiblemente la mayoría— creemos que la responsabilidad de lo que ocurre está en manos de otras personas. Pensamos: “Me lastimaron; hubo un problema; me robaron; hablaron mal de mí; me culparon de algo; pero no es mi culpa. Yo no causé el problema, fue él”. Más aún, cuando vemos a alguien discutiendo o sufriendo, pensamos: “No es mi problema: yo no soy responsable por cómo ellos se sienten”.
"El mundo es nuestro espejo."
Pero la verdad es que, indiferentemente de lo que sea, si está en nuestra experiencia de vida, entonces compartimos en cierta medida la responsabilidad por haberlo creado. Esto no quiere decir que estamos aquí para cargar a cuestas las fallas del mundo, sino que, más bien, tú, yo y todos nosotros podemos volvernos participantes activos en la sanación del mundo mediante el poder de nuestra conciencia.
Como dijo el gran Kabbalista del siglo XVIII, el Baal Shem Tov:
“Cada cosa que una persona ve o escucha es una instrucción para su comportamiento en el servicio de Dios”.
El mundo es nuestro espejo.
Si me lastimaron, entonces tengo que preguntarme cómo y dónde me lastimaron, y también si he lastimado a otras personas, dado que las consecuencias de mis acciones se están presentando en mi vida. Y después tengo que preguntarme cómo puedo hacer una introspección a fin de que yo no le cause ese dolor a alguien más.
Cada uno de nosotros es tanto maestro como estudiante, y todo lo que ocurre en nuestra vida es una lección o una enseñanza para nosotros, no para alguien más. Es cierto, las demás personas tienen su propia ocupación, su propio trabajo que hacer, su propio aprendizaje, su experiencia personal. Pero ellos no estarían aquí en nuestra orquesta a no ser que hayamos compartido una chispa de la energía que ellos están transmitiendo.
Cuanto más incorporemos esta conciencia en nuestras experiencias durante esta semana y el mes de Tauro —el mes de la sanación—, más podremos acercarnos a esa unión con la Fuerza Infinita de amor y vida en este universo.