¿Cuál es tu motivación? ¿El deseo de amor, éxito o felicidad?
Cualquiera que sea nuestra motivación para crecer, por lo general continuamos en el proceso debido a la esperanza de que nuestro trabajo duro finalizará en algún momento. Imaginamos que una vida fácil nos espera en el firmamento, pero ¿qué pasaría si la vida resultara ser una sucesión de tareas difíciles? ¿Qué pasaría si superamos un desafío sólo para enfrentar otro? ¿Seguirías sintiéndote igual de inspirado y motivado?
Los kabbalistas enseñan que el proceso es el propósito, aun cuando sea difícil de procesar. Si bien esperamos encontrar desafíos de forma ocasional, usualmente no esperamos atravesar obstáculo tras obstáculo. De hecho, generalmente esperamos que el camino sea fácil. Sin embargo, Michael Berg dice: “Hemos sido engañados con respecto a lo que deberíamos desear para nuestra vida. No debemos pedir una vida sencilla, sino más bien tener la capacidad para enfrentar incansablemente los obstáculos y más oportunidades para hacerlo. Correr en contra de la corriente no tiene por qué desanimarnos. Esto puede resultar estimulante, emocionante e inspirador”.
La clave para enfrentar la vida con una actitud que diga “Estoy listo para todo” es muy simple: tener certeza. La certeza es confiar en el proceso, confiar en que el Creador tiene un plan y saber que no siempre podemos ver la lógica de dicho plan. Los kabbalistas enseñan que existen dos tipos de certeza: están aquellas personas que sienten certeza sólo mientras reciben bendiciones, y están aquellos individuos que sienten certeza en cada momento del día sin importar las circunstancias.
Por supuesto, nuestra meta es unirnos al segundo grupo, los individuos que permanecen conectados con la Luz del Creador aun cuando la vida se vuelve difícil. Aquellas personas que saben que todas las cosas son regalos del Creador, incluso los retos, incluso el caudal de desafíos aparentemente eterno. Ellos saben que la Luz puede crear milagros en cualquier momento, incluso en tiempos de oscuridad.
Ya sea que acojamos la certeza con deleite o de forma condicionada es nuestra elección. Es importante siempre recordar esto, porque nuestra conciencia determina los milagros que recibimos. De acuerdo con Michael Berg: “No existe ningún lugar en el que no se encuentre la Luz del Creador; pero si un individuo no tiene esa certeza y esa claridad, entonces evita que los milagros sucedan. Por lo tanto, a partir de esto aprendemos que es la falta de certeza lo que en realidad evita que ocurran los milagros”.
Una forma de mantener la certeza es a través de lo que los kabbalistas llaman restricción. Piensa en ello como la autodisciplina que nos ayuda a mantenernos en el camino, aun cuando encontremos obstáculos, para que podamos recibir las bendiciones de una vida bien vivida. Al restringir nuestro deseo de comodidad y facilidad, permanecemos conectados con la Luz. Forman parte del proceso el empujarnos incansablemente hacia adelante en términos espirituales y el tener certeza sin importar las circunstancias.
Saber que los obstáculos han sido colocados en nuestro camino específicamente para motivarnos a crecer puede ayudarnos a enfrentarlos con mayor disposición mientras seguimos conectados con la Luz.