La porción de Behar contiene una enseñanza fundamental y un regalo del que ya hemos hablado, pero el cual es muy importante que despertemos nuevamente porque hay una abertura para que cada uno de nosotros eleve su conciencia en un modo que no es posible en ningún otro Shabat del año.
"Por qué continuamos viviendo con carencia?”.
Behar habla del concepto de shemitá, el ciclo en el que la tierra es labrada por seis años, pero no el séptimo. El Creador le dice a Moshé que les diga a los israelitas que el séptimo año tienen que dejar descansar la tierra. Ellos se preocupan y se preguntan cómo comerán en ese séptimo año y el siguiente, a lo que el Creador respondió a través de Moshé: “No se preocupen, Yo les enviaré Mi bendición que alcance para alimentarlos desde el séptimo hasta el octavo año”.
Como sabemos, la Torá es muy precisa en su uso de las palabras y del lenguaje, aunque la manera en la que están organizados estos versículos no tiene sentido. Y esta es una de las pocas veces en las que el gran Kabbalista Rav Elimélej de Lizhensk cita una enseñanza de su hermano, Rav Zusha de Anipoli. Él pregunta: ¿Por qué necesitamos este vaivén? ¿Por qué el Creador no dice directamente que no se trabaje en el séptimo año y que no nos preocupemos porque “Yo les enviaré Mi bendición”? ¿Por qué mencionar la pregunta de los israelitas y su duda? Su respuesta es menos una enseñanza y más una esencia que queremos traer a nuestra vida en este Shabat. Al final de este Shabat queremos estar con un sentido de certeza completamente elevado; esa es la energía y la conciencia que revela esta porción.
Por tanto, él dice que el Creador, cuando estaba creando al mundo y a cada uno de nosotros, también creó el canal de Luz para todas las necesidades que alguna vez llegaríamos a tener. Desde el momento en el que nacemos, la Luz del Creador ve cada problema o carencia que existirá para nosotros y crea el canal para arreglarla y cubrirla. Y shemitá representa esa carencia; este en realidad Shabat consiste en el proceso de proactivamente ponerse en el lugar de la carencia objetiva sin tener ningún modo de cubrirla.
Pero ¿por qué continuamos viviendo con carencia por semanas, meses o incluso años si la Luz creó el canal para cubrir dicha carencia el día en el que nacimos? Estos conductos y canales de Luz nunca paran, eso significa que si no hacemos nada, esa Luz y ayuda fluirá siempre. Solo hay una cosa que los daña: la pérdida de certeza. Rav Elimélej nos dice que los pensamientos de duda y carencia literalmente salen de nuestra mente, van a los Mundos Superiores a encontrar el canal que está destinado a llevarnos a resolver determinado problema o a cubrir alguna carencia y lo corta. En consecuencia, impiden que la ayuda descienda.
"Cuando nacimos fueron creadas todas las soluciones a todos los problemas que llegaremos a tener”.
Por lo tanto, en este Shabat lo que queremos recibir es un mayor deseo de no solo tener certeza porque nos dicen que esa certeza atrae Luz, sino de volvernos más fuertes al no permitirnos seguir dudando o teniendo miedo, ya que ese pensamiento de duda y miedo provoca daños en los mundos celestiales y debilitamiento de la Luz. Entonces, desaparece la ayuda que estaba destinada a llegar. Sin embargo, si nos elevamos nuevamente, ese canal se abre otra vez, pero la Luz tiene que esforzarse más para darnos esa misma ayuda y bendición. Desde luego, no estamos destinados a ser perfectos, pero este proceso comienza con la claridad de que cuando nacimos fueron creadas todas las soluciones a todos los problemas que llegaremos a tener. Y cada vez que tenemos una carencia, tenemos que saber que fue creado un canal de Luz para cubrirla.
Así pues, ese vaivén con el Creador y los israelitas es para mostrarnos que si ellos no hubiesen tenido ninguna duda, la Luz habría fluido hacia ellos para cubrir la carencia como fue preparada para hacerlo en el tiempo de la Creación. Pero su duda cortó el flujo y necesitaron despertar nuevamente su certeza. Y aunque va a ser más difícil ahora porque dañaron ese canal, harán el trabajo otra vez y reactivarán el canal.
No obstante, en realidad todo debería ser más simple que eso; estamos destinados a vivir la carencia sin la duda, tener certeza en que fue creado el canal de Luz que cubre esa carencia y esperar a que venga. Estamos destinados a luchar esta batalla sabiendo que cada duda o conexión con la carencia daña más ese canal y hace que le sea más difícil a la Luz reabrirlo una vez más.
Si bien esta es una lección muy importante que aprendemos en Shabat Behar, es aún más importante pedirle a la Luz que nos eleve en este Shabat porque ahora sabemos el daño que nuestras dudas les están haciendo a nuestros canales de Luz. Quizá esta semana tuvimos cien pensamientos de duda y ahora le pedimos al Creador que nos dé la fuerza para luchar contra esas dudas para solo tener treinta, y la próxima semana tener aún menos. Debemos luchar esa batalla y elevar nuestra conciencia lo suficiente como para temerle a la duda y a la carencia para que menos pensamientos de ese tipo dañen los canales de Luz, también para que puedan fluir hacia nuestra vida las bendiciones que están preparadas para nosotros.