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Cuando vemos la Luz como oscuridad

Michael Berg
Enero 20, 2021
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En la porción de Bo, el Creador se dirige a Moshé y le dice: “Extiende tu mano hacia el cielo, para que haya oscuridad sobre la tierra de Egipto… La oscuridad, Moshé, debe ser más que simple oscuridad, debe ser distinta a las otras plagas…”.

Las otras plagas actuaron durante un determinado período de tiempo y luego desaparecieron, excepto Makat Joshej, la plaga de la oscuridad. Esta actuó en dos etapas: primero hubo oscuridad por tres días, una oscuridad profunda, y está escrito que después de esos primeros tres días hubo una oscuridad aún más intensa; tanto que las personas que estaban sentadas al inicio de la segunda fase no pudieron levantarse y tuvieron que quedarse en esa posición por los tres días.

Así pues, hay dos cosas que debemos entender. Primero, ¿por qué Moshé tenía que extender su mano hacia el cielo para traer oscuridad al mundo? Y segundo, ¿para qué se necesitaban las dos fases de la oscuridad? ¿Por qué pasar por tres días de fuerte oscuridad y luego otros tres de una oscuridad aún peor? Por ejemplo, el Creador no envió un día de langostas y luego otro día con aún más langostas. ¿Por qué diferenciar las dos fases?

El Rambán, Najmánides, explica que la oscuridad de la que hablamos no es la oscuridad de cada noche en la que, simplemente, el sol no está brillando. Más bien es una oscuridad especial que fue atraída desde el cielo. Había una oscuridad especial que el Creador quería que Moshé despertara, razón por la cual tuvo que extender la mano a los cielos para atraerla.

Además, está escrito en el Midrash, y Rashi lo menciona, que algo más sucedió durante esos seis días de oscuridad. Dice que la explicación kabbalística es que sólo un quinto de los israelitas sobrevivió a la plaga de la oscuridad; el 80%, o cuatro de cada cinco israelitas, murió durante ese momento, ya sea de manera espiritual o física. Sólo el 20% de los israelitas sobrevivió a la oscuridad.

¿Qué significa todo esto? El Kotzker Rebe dice, y otros kabbalistas también lo mencionan, que la plaga de la oscuridad fue una revelación de Or HaGanuz, la llamada Luz Oculta. El Zóhar nos dice que cuando el Creador creó el mundo, creó la Luz que manifestaría la eliminación definitiva de la oscuridad del mundo, el Guemar HaTikún, el final del dolor, el sufrimiento y la muerte. Pero está escrito que Él vio que habría gente negativa en el mundo, por eso ocultó toda esa Luz y sólo reveló un poco de ella. Nuestro propósito, nuestra meta en nuestro trabajo espiritual, es revelar esa Luz, el Or HaGanuz, nuevamente.

Por eso, cuando hablamos de Makat Joshej, la plaga de la oscuridad, hablamos de una revelación total y sin compromisos del Or HaGanuz. Pero ¿cómo puede eso traer oscuridad?

Quiero compartir con ustedes algo de Rav Áshlag que hemos leído muchas veces, algo escrito entre su carta número 12 y la 13 de su Introducción a las Diez Emanaciones Luminosas (publicado como Y escogerás la vida). Esta es una de las secciones más importantes de las enseñanzas de Rav Áshlag porque, sin ella, realmente no podemos lograr nuestro trabajo espiritual. Sin pasar por todos los detalles, Rav Áshlag nos dice que la Luz del trabajo espiritual de una persona sólo le puede ser revelada si tiene certeza; la Luz que una persona revela a través de su trabajo espiritual, ya sea mediante la lectura del Zóhar, la oración o compartir, sólo brillará para ella si tiene certeza total.

Rav Áshlag dice: “Si una persona hace su trabajo espiritual y estudia, pero aún no tiene certeza total en la Luz del Creador y tiene dudas, la Luz que está en el estudio y el trabajo espiritual no brillará para ella”. Aquí, Rav Áshlag hace una afirmación que debemos tener en mente todo el tiempo: “La Luz de la Torá, la Luz del Creador, sólo brilla para la persona que tiene certeza. No sólo eso, la cantidad de Luz que una persona recibe a través de su estudio y trabajo es totalmente proporcional a la cantidad de certeza que tiene”. Por esa razón, mi padre, Rav Berg, siempre decía que todo consiste en conciencia. Debido a que si una persona no tiene certeza, puede estar haciendo trabajo espiritual día y noche, pero no recibir nada de Luz.

Así pues, si a una persona le hace falta certeza, no sólo no recibe Luz de su trabajo espiritual, sino que en realidad recibe oscuridad. En el Talmud está escrito que si una persona no despierta cada vez más certeza, la Luz que cree revelar en realidad produce oscuridad para ella. Si una persona no trabaja por fortalecer y aumentar su certeza, no sólo no recibe la Luz, sino que recibe oscuridad. Esto es algo que tenemos que recordar todo el tiempo. Una persona puede estar haciendo todo bien y obtener oscuridad.

Esto tiene dos aspectos, pero acá Rav Áshlag habla específicamente sobre lo que ocurre si una persona no tiene certeza; es decir, la persona cree ser más espiritual, que está creciendo y que se está conectando, pero en realidad se está volviendo más oscura. Esto fue lo que ocurrió en Egipto. La Luz, el Or HaGanuz se reveló por completo. Sin embargo, para la mayoría de la gente —los egipcios y el 80% de los israelitas que aún estaban llenos de ego— la Luz no era Luz sino oscuridad.

Y esto es lo que le ocurre a cada uno de nosotros. Ahora entendemos que todo momento de oscuridad que tenemos en nuestra vida y toda experiencia dolorosa es el Or HaGanuz. La Luz Oculta. Sí, es Luz, pero debido a que nuestra vasija aún está llena de Deseo de Recibir para Sí Mismo, vemos esa Luz como oscuridad. Si se revela mucha de esa Luz en el mundo, tendremos mucho dolor. Cuando en el Zóhar se dice que el Creador ocultó el Or HaGanuz, se explica que fue para hacernos un favor porque si el Or HaGanuz fuese revelado hoy, la mayoría de nosotros, probablemente, sólo sentiría oscuridad y no Luz.

En Egipto, el Guemar HaTikún, la Luz Oculta, fue revelada totalmente… ¿y qué ocurrió? Fue oscuridad para los egipcios. Fue oscuridad y dolor para el 80% de los israelitas también. Primero hubo tres días de oscuridad, y ese es el punto en el que la mayoría de nosotros está en su vida.

Pasamos por dolor, dificultades, oscuridad y tenemos que entender que es la Luz del Creador; porque desde nuestro estado de Deseo de Recibir para Sí Mismo, ego y falta de cambio, lo vivimos como dolor. Esos son los primeros tres días en Egipto. Si no lo entendemos, entonces tendremos tres días de peor oscuridad.

Cuando el Guemar HaTikún fue revelado, se percibió como oscuridad y no Luz. Eso fue Makat Joshej, la plaga de la oscuridad, y debemos darnos cuenta de que cada elemento de dolor y oscuridad que vivimos en nuestra vida es esta manera de percibir la Luz del Creador que llega a una vasija, nosotros, que está llena de Deseo de Recibir para Sí Mismo y ego. Si no cambiamos y traemos más Luz a nuestra vida, esta provocará oscuridad. El regalo que recibimos, para no caer como los egipcios ni como el 80% de los israelitas, es darnos cuenta de que es mejor que ninguna Luz sea revelada a nosotros en este momento y que tenemos que enfocarnos en un completo cambio personal. En este Shabat de Bo, podemos recibir el verdadero regalo de entender que la capacidad de cambiar nuestra esencia es lo que nos permitirá ver la Luz como Luz y no como oscuridad.


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