La ansiedad puede ser una experiencia difícil y profundamente frustrante, que afecta nuestra vida de muchas maneras, desde noches de insomnio hasta días llenos de preocupación. Muchos de nosotros hacemos malabares con múltiples roles —profesión, familia, relaciones—, cada uno con su propio conjunto de demandas y presiones. No es de extrañar que la ansiedad se filtre, a menudo sin que nos demos cuenta, hasta que ya estamos en pleno ataque de pánico que nos acelera el corazón y nos deja sin aliento.
El estrés es una cosa; la ansiedad es otra. Cuando sentimos estrés, suele ser en respuesta a una causa externa, como un plazo de entrega muy cercano o un conflicto de relaciones. La ansiedad, por otro lado, es casi siempre una experiencia interna y se caracteriza por un sentimiento de aprensión o temor. No cede una vez que se ha resuelto el factor externo, como lo hace el estrés, y puede persistir incluso en momentos de tranquilidad… y empeorar en algunos casos. Esto recuerda a la visión kabbalística del 1 % del mundo de la forma y el 99 % del reino de lo invisible. El estrés es una respuesta al 1 %, y cuando ponemos en práctica técnicas para resolver el estrés, como la respiración profunda, nuestra experiencia interior vuelve a ser neutral.
Puede que no lo parezca, ¡pero en realidad es una buena noticia! Con la estrategia correcta, la ansiedad no solo se puede controlar, sino que con el tiempo puede disminuir significativamente con práctica y paciencia. No soy partidaria del sufrimiento, pero soy consciente de lo debilitante que puede ser la ansiedad, por lo que ser proactivos con nuestra salud mental es un compromiso con el autocuidado. Siempre hay formas de enfrentar los desafíos de la vida con una mente abierta y sin miedo. Incluso para encontrar momentos de paz y alegría en medio de tus experiencias aparentemente más caóticas. Y lo que es mejor, ¡estos son trucos para la ansiedad respaldados científicamente!
Pero, ante todo, tenemos que entender y tomar conciencia de nuestra ansiedad. La ansiedad no es solo sentirse nervioso o preocupado, es una respuesta muy real al estrés. Puede manifestarse de diferentes maneras, como síntomas físicos (palpitaciones cardíacas, sudoración) o emocionales (sensación de nerviosismo, inquietud). Reconocer cómo se presenta en tu cuerpo es el primer paso para desmantelarlo y, finalmente, erradicarlo. ¡Pasemos a la ciencia!
Mindfulness (conciencia plena) se ha convertido en una palabra muy de moda, pero no puede reducirse a una tendencia. Se ha demostrado que la meditación, por ejemplo, tiene beneficios significativos para la salud mental. Según un metaanálisis publicado en la revista médica JAMA Internal Medicine, los programas de meditación de conciencia plena tuvieron evidencia moderada de mejora de la ansiedad, la depresión y el dolor. La práctica consiste en centrarse en el momento presente y reconocer tus pensamientos y sentimientos sin juzgarlos. Este tipo de práctica meditativa puede reducir la respuesta al estrés en el cerebro y fomentar una sensación de paz. Sin embargo, si la meditación clásica te hace sentir estresado, ¡prueba otra cosa! Hay muchas maneras de ser consciente: dar un paseo (¡más sobre eso a continuación!), escuchar música relajante y contar las respiraciones son formas de conciencia plena.
El ejercicio físico no es solo un camino hacia la salud física, sino que también tiene un efecto igualmente profundo en nuestra salud mental. Innumerables estudios demuestran que el ejercicio físico actúa como un tratamiento natural y eficaz contra la ansiedad al liberar endorfinas, sustancias químicas en el cerebro que funcionan como analgésicos naturales y elevadores del estado de ánimo. Una simple búsqueda en Internet mostrará cientos de estudios científicos que hablan de cómo realizar actividad física con regularidad disminuye significativamente los síntomas de ansiedad, pero compartiré este: los investigadores de la Universidad de Colorado descubrieron que las caminatas de 5 minutos a lo largo del día eran más potentes para los sujetos de estudio que una caminata de 30 minutos al comienzo del día. ¡Cinco minutos! Si ese es todo el tiempo que tienes, ¡la ciencia dice que es más que suficiente!
Esta es una herramienta deliciosa para combatir la ansiedad y requiere poco o ningún trabajo de preparación. Investigadores en Nueva Zelanda realizaron un estudio de neozelandeses y estadounidenses que se centró en los beneficios de comer frutas y verduras crudas en lugar de cocidas o procesadas. Es probable que no te sorprenda, pero comer frutas y verduras crudas con el tiempo disminuyó los síntomas depresivos en los sujetos y elevó significativamente su estado de ánimo. ¿Quieres conocer los alimentos que tuvieron el mayor impacto? Zanahorias, bananas, manzanas, vegetales de hoja verde oscura como espinacas, toronjas, lechugas, frutas cítricas, bayas frescas, pepino y kiwi.
Te darás cuenta de que todos estos consejos probados y efectivos para combatir la ansiedad tienen algo profundo en común.
Todos ellos requieren que nos cuidemos bien y que nos prioricemos a nosotros mismos, a nuestros estados de ánimo, nuestra salud y nuestra mente. La ansiedad es una experiencia interna, pero usualmente surge cuando estamos dando demasiada atención e importancia a cosas que están más allá de nosotros… y fuera de nuestro control. Nuestra experiencia de la vida comienza en nuestro interior, y cuando surge la ansiedad, podemos verla como lo que realmente es: no una señal de que todo va terriblemente mal, sino más bien una alarma de que necesitamos volver a centrarnos.
La Kabbalah enseña que estamos cocreando nuestras vidas con el Creador. No es solo el Creador el que nos abre el camino, y ciertamente no somos nosotros los que dirigimos el camino por nuestra cuenta. Tener confianza en el proceso de nuestra vida, sin importar cuán difícil y aterradora pueda parecer la vida misma, significa que también estamos depositando nuestra certeza en el Creador. Esta práctica no es solo para atraer bendiciones, promulgar los milagros u observar las festividades. El Creador está en cada elemento de nuestra vida diaria, incluyendo las cosas no tan fantásticas como los plazos a cumplir, los horarios escolares, las renovaciones del hogar y, sí, las bandejas de entrada de correo electrónico.
Enfrentar la vida en bajo sus términos a veces significa enfrentar momentos estresantes y abrumadores. Estos momentos están destinados a ayudarnos a crecer y transformarnos, no a causarnos sufrimiento sin sentido. Habrá altibajos, pero también habrá experiencias hermosas y apasionantes. En especial cuando confías en el proceso y tienes certeza en el Creador… y quizá des un paseo corto y agradable.