Estamos entrando en el segundo mes de Piscis o Adar II. Como Abraham escribe en el Sefer Yetzirá, El Libro de la Formación, cada mes fue creado con la esencia de una de las letras del alfabeto hebreo. Y a través del entendimiento de la esencia de esa letra, podemos entender el regalo que está disponible para nosotros en ese mes.
El mes de Adar fue creado con la letra kuf, que es la letra en el alfabeto que va por debajo de la línea base. Así que, ¿qué significa esto para nosotros este mes? Significa que podemos ir a la fuente, a la raíz de nuestro caos. Mientras que el regalo de los otros meses es la habilidad de escudarnos a nosotros mismos del caos que viene hacia nosotros, el regalo único de Adar es que al igual que la letra kuf que va por debajo de la línea, nosotros también vamos abajo, a la fuente del caos en nuestra vida, para ser capaces de arrancarla de raíz. La oportunidad para ir a ese espacio viene sólo una vez al año, durante este mes. Eso es lo que hace a Piscis tan especial.
Sin embargo, mientras que estemos atascados culpando a otras personas por nuestros problemas y situaciones, nos mantendremos atascados en el caos. Debemos comenzar a entender que somos la razón y la causa de que haya negatividad en nuestra vida. Si hay dolor en nuestra vida, sale de nuestra propia raíz. Y mientras que culpemos a otros por nuestros problemas, seguiremos atascados en el caos. Es por ello que es tan importante que dejemos de considerar sólo los síntomas de algo. Porque si sólo eliminamos los síntomas, aún no hemos eliminado la causa de esos síntomas, y por ende los síntomas regresarán y comenzará todo nuevamente.
Durante este mes, cuando te encuentres frustrado o deprimido y culpando a otros por tus problemas, detente y pregúntate a ti mismo: "¿Cuál es el siguiente nivel al que la Luz me está empujando?". La Luz no nos envía dificultades sólo para hacernos miserables, al contrario, sólo siendo empujados y probados podemos alcanzar nuestro potencial más alto. Así que acepta la incomodidad de este mes. Entiende que no se trata de la otra persona o de la situación. Nunca se trata de eso. Se trata de ti y de la transformación que espera para revelarse.
