Este artículo sobre la porción de la semana fue publicado originalmente en 2019.
Aunque a veces pensemos que estamos solos, no lo estamos. Nunca estamos solos en este mundo. Recuerdo que, cuando era pequeña, unos niños me arrojaron a un pozo. No podía salir y de verdad pensé que moriría ahí. En ese momento, escuché una voz que me decía que estaría bien y que todo lo que había vivido y viviría era para enseñarme a estar presente para los demás. A partir de ese momento, investigué para entender todo lo que pudiera acerca del aspecto metafísico de la vida. Sabía que había ángeles a nuestro alrededor y que había una fuerza superior observándonos siempre. Es fácil olvidar esto en los momentos oscuros de nuestra vida. Sé que la vida puede ser difícil, pero te prometo que, detrás de las nubes oscuras, el sol sigue brillando. Esa es la promesa que nos hace el Creador. No fuimos enviados a este mundo sin un propósito o sin herramientas que nos ayuden. Esta semana nos envían la mayor herramienta de todas: la Torá. El sábado en la noche comienza la festividad de Shavuot. Es el único día del año que podría contener espiritualmente la inmensa Luz de la Torá. En este día, en el Monte Sinaí, se presentó la Torá a la humanidad a fin de guiarnos, ayudarnos y purificarnos. Fuimos enviados a este mundo con el amor del Creador. Aunque quizá no siempre veamos la presencia de la Luz en nuestra vida, es inquebrantable y siempre nos acompaña. Esta semana, nos recuerdan esta poderosa energía y la voz interna que puede conducirnos a lo largo de las noches oscuras de nuestra vida.
"Fuimos enviados a este mundo con el amor del Creador”.
Nuestra guía espiritual de la semana es la porción de Behaalotjá. En Behaalotjá, los israelitas inician su primer viaje por el desierto después de haber acampado en el Monte Sinaí. Había llegado el momento para que los israelitas continuaran su viaje. El Tabernáculo ya estaba completado. Cada israelita, desde Aharón y los sacerdotes hasta los levitas y las tribus, tenía una tarea y un servicio asignados durante el viaje. Era el momento de abrirse paso hacia la Tierra Prometida. La porción de Behaalotjá nos dice:
Y el día que fue erigido el Tabernáculo, la nube cubrió el Tabernáculo, la Tienda del Testimonio; y al atardecer estaba sobre el Tabernáculo una apariencia de fuego hasta la mañana. Así sucedía siempre: la nube lo cubría de día, y la apariencia de fuego de noche. Y cuando la nube se levantaba de sobre la Tienda, enseguida los hijos de Israel partían; y en el lugar donde la nube se detenía, allí acampaban los hijos de Israel.
Lo que aprendemos aquí es que se les proporcionó una brújula espiritual a los israelitas mediante la aparición de la nube y el fuego. Ahora, hoy en día, tal vez no siempre veamos señales físicas, aunque a veces suceda; el Creador nos habla a través de nuestra intuición y voz interior. Al igual que los israelitas viajaron con el Tabernáculo junto con la palabra y la mano del Creador, nosotros también navegamos nuestra vida con la orientación de la Luz y nuestros ángeles. Quizá no siempre escuchemos los mensajes, pero siempre están allí. Solo necesitamos hacer suficiente silencio para escucharlos. “Y sucedía que cuando el Arca se ponía en marcha, Moshé decía: ‘¡Levántate, Eterno! Y que sean dispersados Tus enemigos y huyan de Tu presencia los que te aborrecen’”. El Creador nos está diciendo que a lo largo de su viaje, los israelitas serían protegidos y guiados, al igual que nosotros durante nuestro viaje. Esto es lo que me dijeron cuando era niña y me habían arrojado a ese pozo. El Creador está con nosotros y nos susurra nuestro siguiente paso. La porción de Behaalotjá viene con una sincronización divina, dado que la festividad de Shavuot está al inicio de la semana. El día de Shavuot, el sexto día de Géminis, puede contener la energía colosal de la Torá, y debido a la particularidad de este día, nosotros podemos recibirla. La humanidad recibe la Torá esta semana, nuestra guía y brújula espiritual, y Behaalotjá viene a recordarnos este maravilloso regalo. El Tabernáculo contenía a la Torá y era la guía de los israelitas en el desierto, así como lo es hoy en día para nosotros en nuestro “desierto”.
"La Luz es eterna y nunca estamos solos ni abandonados”.
La vida puede parecer atemorizante y oscura. Puedes sentir como si los muros se hicieran cada vez más estrechos. Pero en estos momentos, te motivo a que busques la espiritualidad y una conexión. Habla con el Creador o con tu Poder Superior. Busca ayuda. La Luz es eterna y nunca estamos solos ni abandonados. La orientación que los israelitas tuvieron en el desierto quizá no exista de la misma manera en la actualidad, pero sigue existiendo dentro de cada uno de nosotros. Hoy en día, nuestra orientación viene en la forma de nuestra conciencia e intuición. Esa voz suave en tu interior que te da la sensación cuando algo es correcto o no. La voz que yo escuché cuando estaba sola en el pozo quizá nadie más pudo haberla escuchado salvo yo. Tal vez provenía de mi interior y no del exterior. El Creador no nos abandonó antes, ni hoy, ni lo hará mañana. Esta semana, Shavuot y Behaalotjá llegan a nosotros para recordarnos la gran herramienta de la Torá, nuestra guía y brújula interna, y más importante aún, vienen para recordarnos el infinito amor del Creador. La Luz del Creador nos está hablando y guiando, siempre.
Esta semana, en tus meditaciones, sal a la noche oscura. Ve al exterior, después de que el sol se haya puesto y cuando la luna y las estrellas comiencen a salir. Tómate un momento para estar en la quietud de la noche. Solo cuando estamos en silencio podemos oír nuestros mensajes. Solo cuando estamos dispuestos a escuchar es que los podemos escuchar verdaderamente. ¿Qué escuchas? Cierra los ojos y levántate en medio de la oscuridad de la noche. Recuerda que no estás solo. Recuerda que el Creador te está observando, guiando y susurrándote el próximo paso a seguir. Ahora, respira profundamente. Permite que lleguen los mensajes y honra la voz interior. Cuanto más la honres, más alto te hablará. La vida puede compararse con una larga noche oscura, pero la Luz brilla eternamente. Detrás de las nubes o incluso del otro lado del planeta, el sol brilla y la luz del día está presente. Toma esta Luz interior y permite que te respalde durante tu noche. Esta Luz guía del Creador te orientará, protegerá y apoyará hasta que llegue la mañana nuevamente.