Este artículo fue publicado originalmente en 2019.
La historia en la porción de Toldot es bastante conocida: Yitsjak quería otorgar la bendición del primogénito a Esav, el hijo egoísta, pero Rivká le dijo a Yaakov que tenía que engañar a Yitsjak para que recibiera él la bendición en lugar de Esav, y que debía hacerlo al preparar comida y utilizar las vestiduras de su hermano. Y el Midrash nos da una interesante revelación sobre la psique y las emociones de Yaakov en esos momentos, y es muy importante que la entendamos.
“Yaakov se preparaba para recibir… la Luz más grande revelada en este mundo”.
El Midrash nos dice que Yaakov no quería hacer esto y que fue forzado a hacerlo. Dice que mientras se preparaba para entrar en la habitación de su padre, Yaakov estaba cabizbajo, completamente destrozado y llorando. Así que, mientras Yaakov se preparaba para recibir lo que probablemente sería la Luz más grande revelada en este mundo, ¿cómo pudo hacerlo? Obligado, cabizbajo, destrozado y llorando. Luego, entró en la habitación y su padre sintió que algo estaba mal por muchas razones: Yitsjak olía el Jardín de Edén y, sin embargo, sabía que Esav no estaba conectado al Jardín de Edén; y escuchó a Yaakov utilizar los nombres para referirse al Creador, pero él sabía que Esav no estaba conectado con la Luz del Creador. Por lo tanto, Yitsjak le dice a Yaakov: “Quiero sentirte. Quiero ver si realmente eres mi hijo Esav”.
Yaakov lloraba tanto que sus lágrimas caían sobre sus caderas y muslos, y está escrito que su corazón estaba tan débil como la cera. Estaba tan alterado y destrozado que ni siquiera podía moverse, y por ello el Creador envió a dos ángeles para apoyarlo y acercarlo a Yitsjak, ya que él no podía hacerlo por sí mismo. Yaakov había perdido el poder sobre su cuerpo y estos dos ángeles lo sostenían; ése es el secreto del versículo en Yeshayahu (Isaías): “No te rindas, porque el Creador está allí para apoyarte”.
“Solo porque Yaakov tenía tanta carencia y estaba tan vacío que pudo atraer la Luz…”
Pero ¿por qué el Creador hizo todo esto? Pobre Yaakov, ¿acaso no existen formas más fáciles para atraer toda esta Luz? La respuesta es —y esto es vital entenderlo— que la única forma para que Yaakov mereciera los grandes regalos de Yitsjak era si estaba completamente destrozado. Solo cuando Yaakov no sintió nada por sí mismo, ningún pensamiento, mérito ni habilidad, fue que pudieron llegar las bendiciones. La única manera en la que Yaakov, o cualquiera, pudiera despertar esa gran Luz y atraer esas bendiciones es estando tan vacío como él lo estaba en ese momento.
Hasta el Fin de la Corrección, el final del dolor, el sufrimiento y la muerte en este mundo, toda la Luz de elevación y revelación viene de este momento en la vida de Yaakov. Y fue solo porque Yaakov tenía tanta carencia y estaba tan vacío que pudo atraer la Luz para sí mismo y para el mundo. Por lo tanto, de aquí aprendemos algo extremadamente importante: si queremos tener una gran Luz y atraer grandes bendiciones, tenemos que sentirnos desprovisto de mérito, al igual que Yaakov. Como el Midrash nos dice, tenemos que tener un corazón tan débil como la cera, de modo que estemos tan vacíos y tan inmóviles que necesitemos el apoyo de los ángeles.