Cuando pensamos en personas que han alcanzado la grandeza, solemos pensar en personas que han logrado grandes proezas o han llegado al pináculo de su profesión, ya sean filósofos importantes, estrellas del deporte, músicos galardonados o actores famosos. Sin embargo, la verdadera grandeza no se trata de logros o reconocimiento. Grandeza significa revelar la parte más profunda de tu ser, cuyo origen está en el alma. Esto es algo que todos podemos alcanzar.
He aquí cuatro consejos para comenzar a manifestar tu potencial:
1. Concéntrate en tu motivación interna, no en cómo los demás te perciben.
Grandeza significa expresarte plenamente todo el tiempo. No consiste en esforzarse por obtener reconocimiento, aceptación, halagos ni éxito siquiera. No todos están destinados a ser un autor de best sellers, pero todos tenemos un propósito espiritual en este mundo. Si tu alma dice que necesitas hacer algo, entonces necesitas hacerlo.
A fin de manifestar tu grandeza, debes ser guiado por un deseo interno de expresar la esencia de tu alma. Pregúntate: “¿Estoy haciendo lo que mi alma vino a hacer en este mundo? ¿Por qué lo estoy haciendo? ¿Lo estoy haciendo suficientemente bien o puedo dar más?”.
2. No dejes que el rechazo te detenga.
El ego puede frenarnos por miedo al rechazo, preocupándonos por lo que los demás podrían opinar o decir de nuestro trabajo. También puede hacernos abandonar cuando recibimos críticas. Cuando sabes con certeza absoluta que lo que estás haciendo es lo que tu alma debe hacer, tu motivación surge desde dentro, y se hace infinitamente más fácil aceptar el rechazo.
Ser grande no es equivalente de fama, popularidad ni halagos. Concéntrate en la expresión de tu alma y no permitas que el rechazo te desvíe o te haga decaer.
3. Sé consciente de dónde inviertes tu energía.
Solemos hablar mucho de las cosas que queremos lograr en la vida, pero ¿cuánto tiempo dedicamos efectivamente a trabajar por ellas en comparación con el tiempo que pasamos hablando de ellas? Alguien podría saber cómo su alma necesita expresarse, pero no hacer el esfuerzo necesario a fin de llevarlo a cabo y, por lo tanto, nunca alcanzará su potencial.
Tenemos una cantidad determinada de energía cada día. Si permitimos que esa energía se filtre hacia mala voluntad, hostilidad, rabia o resentimiento, entonces limitamos nuestra capacidad de ser grandes ese día. Pregúntate: “¿Dónde estoy invirtiendo mi energía hoy? ¿De qué manera estoy malgastando mi energía e impidiendo que me convierta en la mejor versión de mí mismo?”.
4. Confía en que el universo te apoya.
Todos pasamos por momentos de miedo, duda y ansiedad, pero hay veces en las que nos permitimos quedarnos en esos estados por demasiado tiempo. Esto agota nuestra energía e impide que revelemos nuestra grandeza. Tener una certeza firme en el Creador ayuda a eliminar la ansiedad y la duda que nos limita.
En lugar de pensar en alcanzar un resultado determinado con tu trabajo, simplemente comienza a crear. Puedes tener una meta, pero expresa tu energía y deja de pensar en el resultado. Ten certeza en que todo ocurre para tu beneficio y que el proceso es el objetivo. Confía en el Creador que las cosas funcionarán del modo en que deberían, aun si el resultado es diferente al que habías imaginado.
La grandeza no es cómo nos perciben o reconocen los demás. Es vivir en un estado en el que nos esforzamos por expresar nuestra Luz, alma y propósito. En lugar de preocuparte por el resultado o cómo te ven los demás, entra en contacto con el propósito de tu alma y lánzate con todas tus fuerzas en esa dirección, sabiendo que estás en alianza con una poderosa fuerza espiritual que desea lo mejor para ti.