En algún nivel, todos nuestros objetivos en la vida vuelven a una pregunta central: ¿Qué me hará feliz? Buscamos relaciones, carreras y aventuras que esperamos que nos aporten dicha y plenitud. Entonces, ¿por qué tantas personas simplemente son infelices?
La sabiduría de la Kabbalah enseña que cada uno de nosotros está destinado a tener una vida en la que seamos felices la mayor parte del tiempo. No se trata solo de los grandes momentos de logros, sino de vivir con verdadera felicidad todos los días de nuestra vida. No solo es posible lograrlo, sino que es el mismísimo propósito por el que nuestras almas vinieron a este mundo.
He aquí cinco consejos para encontrar y mantener la felicidad cada día:
1. Deshazte de cómo crees que “deberían” ser las cosas.
Con demasiada frecuencia, en nuestra mente creamos una imagen de lo que creemos que debería ser nuestra vida o de lo que tenemos que alcanzar para ser felices. Cuando esas cosas no suceden, nos sentimos decepcionados, frustrados y deprimidos.
Tener certeza en el Creador significa saber que estás exactamente donde debes estar para que tu alma crezca. Los momentos en los que la vida es desordenada, impredecible, dolorosa o desconocida son los momentos en que nuestras almas se amplían. Acepta esos momentos y confía en el proceso. Deshazte de todas las cosas que creías que la vida debía darte, que debías tener o que te debían. Ten presente que estás siendo conducido a un lugar mucho más grande de lo que podrías imaginar para ti.
2. Trabaja en ser más altruista.
Solemos considerar la felicidad como el efecto de algo externo: un gran ascenso o una nueva relación, por ejemplo, que despierta la alegría en nuestro interior. Pero la plenitud verdadera y duradera viene de dentro. La manera de perseguir la felicidad es transformándonos y mejorándonos, lo que nos permite experimentar la felicidad en consonancia con nuestra alma.
Cada acción de egoísmo, en especial cualquier acción que hagamos que lastime a otra persona, está desalineada de la naturaleza de nuestra alma y, por lo tanto, hace que nos cueste mucho más ser felices. Cuanto más altruistas nos volvemos, más actuamos en sintonía con nuestra verdadera esencia, y eso es lo que trae paz interior y armonía.
3. Céntrate menos en lo que los demás piensen de ti.
Pasamos tanto tiempo preocupados por lo que los demás piensan y dicen de nosotros que a menudo nos lleva a ir tras las cosas equivocadas en busca de la felicidad. Intentamos impresionar a la gente o silenciar a los detractores obteniendo mucho dinero, profesiones de alto nivel y relaciones dignas de Instagram. Aunque ciertamente no hay nada malo en ninguno de esos logros, perseguirlos para que otras personas nos vean de una determinada manera es operar con base en el ego en lugar de hacerlo con el alma.
A nuestra alma no le importa lo que los demás opinen de nosotros. Cualquier énfasis que pongamos en cómo somos vistos, o en lo que la gente dice de nosotros, nos aleja de nuestra esencia y, de hecho, nos roba la felicidad.
Pregúntate por qué persigues las cosas que deseas en la vida. ¿Es para cambiar la forma en que los demás te ven o porque tienes un deseo más profundo de experimentar la vida de esa manera?
4. Encuentra un mayor aprecio por tus bendiciones y desafíos.
Una de las mejores formas de alcanzar la felicidad no es obtener más, sino apreciar más lo que tienes actualmente. Cada uno de nosotros tiene suficiente en su vida ahora mismo para obtener una gran alegría si tan solo desarrollamos el suficiente aprecio por ello.
Cultiva el aprecio por las bendiciones actuales que tienes. No solamente por el cielo azul y el canto de los pájaros, sino también por los desafíos y obstáculos a los que te enfrentas, sabiendo que te están ayudando a crecer. Nuestro propósito en este mundo es transformarnos, y ese cambio a menudo se produce a través de la dificultad y la lucha. El aprecio es la clave de la felicidad a largo plazo.
5. Elige permitirte ser feliz hoy.
¿Cuán a menudo has pensado que serás feliz cuando consigas o encuentres algo que deseas? Quizá sea un buen empleo, más dinero, un alma gemela, un hijo. O por el contrario, quizá has pensado: “Si tan solo este desafío no estuviera ocurriendo ahora, sería feliz”.
Con demasiada frecuencia, nos hacemos la ilusión de que la felicidad es un objetivo final por el que estamos trabajando, en lugar de algo a lo que podemos acceder cada día, aun en momentos de dificultad. Creemos que una vez que alcancemos nuestro destino, tendremos una felicidad duradera. Estamos esperando que ocurra. Y con demasiada frecuencia, incluso una vez que alcanzamos esos objetivos, descubrimos que seguimos siendo infelices de alguna manera.
La mayoría de la gente no sabe que podemos elegir la felicidad cada día. Permítete ser feliz hoy. La felicidad no es el resultado final; es una herramienta que podemos usar en el aquí y ahora para aliviar cualquier oscuridad y revelar la Luz dentro de nuestras bendiciones en su máxima capacidad.