El miedo es algo con lo que todos lidiamos en algún nivel cada día, ya sea la ansiedad por llegar tarde a una cita, la preocupación por nuestra salud o incluso el temor de que algo malo vaya a suceder. No siempre nos damos cuenta del efecto negativo que el miedo puede tener en nuestra vida. El miedo puede impedirnos seguir nuestros objetivos y crecer de forma significativa. Afortunadamente, existen métodos tanto para aprovechar como erradicar el miedo.
He aquí cinco consejos para superar el miedo:
1. Evalúa si tus miedos son sanos, reales o ilógicos.
Hay tres tipos de miedo. Los miedos sanos nos preparan para nuestra supervivencia y protección. Nos mantienen a salvo al hacernos conscientes de nuestro entorno y nos ayudan a tomar las precauciones necesarias para no salir heridos. Los miedos reales se basan en cosas que sabemos que ocurren, como la muerte, la enfermedad o la pérdida de un ser querido. Estos miedos pueden ser útiles, ya que pueden llevarnos a comer más sano o a pasar más tiempo con nuestros seres queridos. Y luego están los miedos ilógicos. El miedo a las arañas, a las alturas, a los espacios pequeños, al rechazo, al fracaso… nos paralizan y nos impiden crear la vida que queremos.
La mayoría de las veces nos quedamos estancados en los miedos ilógicos. Los miedos sanos y reales pueden ser útiles en el contexto adecuado, pero los miedos ilógicos nos impiden crear cambios y seguir nuestros sueños. Cuando sientas miedo, tómate un momento para evaluar de dónde proviene el miedo. Pregúntate: “¿Este miedo me impulsa a crecer y cambiar, o simplemente me paraliza?”. Si el miedo te está llevando a la inacción en lugar de a la acción, es un claro indicio de que es algo en lo que debemos esforzarnos por erradicar.
2. Presta atención a lo que tu miedo te está mostrando y pregunta: “¿Cuál es la oportunidad de crecimiento?”.
La mayoría de las personas ven el miedo como una señal de alto. Algo nos da miedo, así que queremos correr en dirección contraria, evitarlo o fingir que no existe. En realidad, todo lo que llega a nuestra vida tiene un propósito. Todas las emociones, incluidas la tristeza, la ira o el miedo, son indicadores para llevarnos a una determinada conciencia. Nos dan información sobre aquello a lo que debemos prestar atención. La clave es convertirnos en un observador, reconocer la emoción y preguntarnos: “¿Cuál es la oportunidad? ¿A qué tengo que prestar atención?”.
Permítete mirar a tu miedo directamente a la cara y decir: "¿Qué haría si no tuviera miedo?". Al hacerlo, obligas a tu cerebro a pensar en otras opciones y oportunidades. En lugar de alimentar el miedo, ahora puedes elegir un camino diferente.
3. Recuerda que el miedo te está robando momentos de alegría y potencial.
La mayor parte de nuestra vida, hacemos todo lo posible para asegurarnos de que no nos roben nada. Depositamos nuestro dinero en el banco, guardamos nuestras joyas en una caja fuerte y cerramos con llave las puertas del auto. No obstante, permitimos que el miedo nos robe demasiado todo el tiempo.
El miedo es lo que impide que la gente salga y haga las cosas que le gustan. Tendemos a poner excusas para explicar por qué no podemos avanzar: estamos demasiado viejos, demasiado jóvenes, no tenemos suficiente dinero, no es el momento adecuado. Pero son excusas, porque en realidad es el miedo lo que nos frena. Cuando estás ocupado en el espacio del miedo, entonces no estás invirtiendo tiempo y energía en lo que podrías llegar a ser, y así te roba tu potencial.
El miedo también nos roba el momento presente de alegría y felicidad. Aun si las cosas que tememos acaban manifestándose, los momentos que perdemos por la preocupación no vuelven. Hay una pérdida de felicidad, alegría y placer debido a los días que damos cabida al miedo.
Mira todos los miedos que tienes ahora mismo e imagina cómo será tu vida si sigues alimentando el miedo. Imagina tu vida y siéntela profundamente. Ahora imagina que erradicas el miedo. ¿Qué camino preferirías seguir?
4. Confía en que el Creador es quien tiene realmente el control y quiere lo mejor para ti.
El miedo detrás de todos los miedos es el miedo a lo desconocido. ¿Qué va a pasar? ¿Qué pasa si algo sale mal? La parte desconocida de la vida es la que nos hace tropezar. Todo parece muy incierto y fuera de nuestro control.
En realidad, nosotros no controlamos casi nada. Podemos hacer planes, pero el día podría marchar así o no. No tenemos ni idea de lo que va a pasar. Incluso cuando respiramos, no tenemos realmente el control; nuestro cuerpo y el Creador nos asisten.
A fin de erradicar verdaderamente el miedo, tenemos que despertar la certeza en el panorama completo. El Creador, en definitiva, quiere lo mejor para nosotros; aun si no vemos cómo en el momento. Confía en el proceso del Creador. Esto no significa que vas a obtener todo lo que quieres o que todo funcionará exactamente como lo planeas, pero, en última instancia, es para el beneficio de tu alma.
5. Ten la certeza de que puedes superar el miedo con el trabajo y el crecimiento espiritual.
Con frecuencia tratamos de mitigar o reducir nuestros miedos mientras intentamos seguir siendo las mismas personas que somos hoy. En realidad, no es posible erradicar el miedo si no estamos creciendo y cambiando constantemente, y convirtiéndonos en personas diferentes. Uno de los objetivos de nuestro trabajo espiritual es elevarnos al punto de que esos miedos no tengan control sobre nosotros.
Es posible llegar a un estado en el que el miedo no te afecte, aun el miedo a la muerte. Se puede vivir una vida en la que no haya miedo. Requiere trabajo y crecimiento espiritual, pero se comienza con saber que es posible.
El miedo puede ser una herramienta poderosa para el crecimiento y la transformación, pero es algo de lo que nos podemos desprender en definitiva cuando ascendemos a una conciencia en la que ya no tenemos miedo. En lugar de esconderte de tus miedos, míralos detenidamente. Si son miedos ilógicos que no te sirven, busca la oportunidad de crecer a partir de ellos, sabiendo que te están robando la alegría y el potencial del día de hoy, y confía en que el Creador te acompaña. Y, sobre todo, ten la certeza de que es posible superar esos miedos a través de la transformación espiritual.